El día 5 de febrero de 1919 comenzó en Barcelona la huelga de la Canadiense, una de las más importantes registradas en la historia de España. Durante 44 días los obreros paralizaron la ciudad y la industria catalana hasta que consiguieron la readmisión de los compañeros despedidos y la implantación de la jornada de trabajo de 8 horas —48 semanales, al incluirse el sábado como laborable—.
¿Cómo fue la huelga de la Canadiense en Barcelona?
A principios de año, la fábrica Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited, conocida como la Canadiense, había despedido a varios oficinistas, que habían recurrido una bajada de sueldos. La CNT, una confederación de sindicatos de ideología anarquista, puso en marcha una huelga que acabó convirtiéndose en el mayor éxito del movimiento obrero español. Esta fábrica era fundamental para el suministro de energía de servicios y otras empresas de la ciudad. Cada día que pasaba el conflicto era más mayoritario y virulento en la Canadiense, y pronto se adhirieron a la protesta otros obreros, como los del sector textil. El 21 de febrero todas las compañías eléctricas apoyaban el paro y el gobierno del conde de Romanones comenzó a intervenir, mientras el capitán general de Barcelona, Joaquín Milans del Bosch, pedía la declaración del estado de guerra. Barcelona comenzó el mes de marzo sin luz, gas ni agua. Empezaron entonces unas negociaciones que no fructificaron, y comenzó la represión: 3.000 trabajadores fueron encarcelados en el castillo de Montjuic.
¿Qué consecuencias tuvo la huelga de la Canadiense en Barcelona?
El gobierno tenía miedo de que esta movilización se extendiese a otras ciudades y de que la UGT se sumase a la lucha de la CNT. Romanones apostó por la negociación —envió al subsecretario de la presidencia José Morete a Barcelona— mientras mantenía el estado de guerra y la censura de prensa. A mediados de marzo se consiguió el acuerdo: se liberó a los presos, readmitieron a los huelguistas, hubo un aumento salarial y quedó instaurada la jornada laboral de ocho horas —España se convirtió de esa forma en el primer país del mundo en incluirla en una ley—. Durante los meses siguientes los enfrentamientos entre sindicatos y fuerzas policiales y del ejército continuaron. La situación empeoró con el cambio de gobierno: Maura no era partidario de la negociación como Romanones, y estableció unas medidas represivas. Al mismo tiempo, los empresarios contrarios a los acuerdos alcanzados decidieron unirse para luchar contra los sindicatos. Esta situación de inestabilidad continuó hasta el golpe de estado de Primo de Rivera.
Otras efemérides históricas del 5 de febrero
El 5 de febrero de 1146 tuvo lugar la batalla de al-Luŷŷ o batalla de Albacete, que enfrentó a los castellanos con el rey musulmán Áhmad al-Mustansir Sayf al-Dawla.
El 5 de febrero de 1556 el monarca español Carlos I y el francés Enrique II firmaron la Tregua de Vaucelles.
El 5 de febrero de 1597 Pablo Miki fue crucificado en Nagasaki junto al resto de los cristianos que formaron el conocido como grupo de los 26 mártires de Japón.
El 5 de febrero de 1810 el general Sebastiani entró en Málaga al frente de las tropas napoleónicas.
El 5 de febrero de 1852 tuvo lugar la inauguración del museo Hermitage de San Petersburgo.
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