¿Cómo y cuándo apareció nuestra especie? El debate está ahí desde Darwin, pero se ha intensificado en los últimos decenios con el hallazgo de espectaculares yacimientos y —quizá principalmente— con los avances en genómica y biología molecular. Este libro nos pone al día de esta cuestión desde una perspectiva por demás acertada: exponiendo la sucesión temporal de fósiles homo desde el último antepasado común (UAC) que nos vincula a otras especies vivas; en este caso, a los chimpancés y bonobos.
Es en el UAC donde arranca la última rama del árbol evolutivo, a la que pertenecemos. Empezó a separarse hace alrededor de 6 millones de años y, hasta hoy, en su desarrollo, ha ido secando sucesivos retoños (como los neandertales, denisovanos…) para dejar un único brote: el homo sapiens. En el camino quedaron distintas variaciones que los paleontólogos, con mucho esfuerzo y una pizca de imaginación, van colocando en un tapiz que los interrelaciona. Arriba del todo, nuestra especie, pero estos pasos intermedios, que fotografían el proceso en momentos concretos, son fundamentales para interpretar el resultado final, que no es otro que nosotros mismos.
Cada capítulo está dedicado a uno de tales hitos; por otra parte, ya legendarios. Lucy, Laetoli, Turkana, Atapuerca… El autor nos lleva al yacimiento para presentarnos al fósil, pero no se queda en lo descriptivo. En un ejercicio de buena divulgación, va insertando teoría y rellenando los huecos para que lo que, en puridad, es una sucesión de jalones inconexos, pueda ser percibido por los no especialistas inserto en su contexto científico. Como quien disponiendo de pocos trozos de un jarrón roto, con habilidad consigue recomponerlo.
Y, naturalmente, el capítulo final es el más interesante porque, al igual que en una novela (y esto es la novela de nuestra vida como especie) toca presentar el desenlace. El autor aporta la última información disponible sobre los grandes temas abiertos: modelos —multirregional, de origen único o de asimilación— para la eclosión de la especie sapiens, hibridaciones, fechas y fases de la salida de África y expansión por los distintos continentes…
Nos quedamos con que todo apunta a la necesidad de desechar un viejo paradigma: el modelo lineal —de origen netamente darwiniano, tan confortable para nuestro ego como especie— donde la propia mecánica evolutiva parecía orientarse a primar los cambios que, en definitiva, llevaron a constituir lo que hoy son las cualidades definitorias del homo sapiens. Hay, como señala el autor, demasiados procesos imbricados como para que pueda certificarse una tendencia. No somos una especie imprescindible, ni biológicamente relevante. Solo azarosa.
Un libro espléndido. Seis millones de años bien condensados en trescientas páginas. La cosa sale a cuenta
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Título: Los fósiles de nuestra evolución. Autor: Antonio Rosas. Edita: Ariel. Venta: Amazon
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