Imagen de portada: Héctor Vila
Entre los cinco y los doce años, Ana María Matute escribió numerosos cuentos que ella ilustraba, y que su madre guardó en una caja de zapatos que le entregó el día de su boda. Desde muy joven tuvo claro cuál quería que fuera su profesión, animada por lecturas como Cumbres borrascosas y por las palabras de todo un premio Nobel como Vicente Aleixandre que después de leer el borrador de Luciérnagas le dijo: «Escribe, niña, escribe». Con solo 10 años, Inma Rubiales terminó su primera novela, escrita en las páginas del cuaderno de pentagramas del conservatorio. Con su obra bajo el brazo se dirigió a una librería para pedirles que pusieran su libro en las estanterías del local. Una década más tarde, su última publicación, Hasta que nos quedemos sin estrellas (Planeta, 2022), ocupa un lugar destacado en el escaparate, convertida en todo un fenómeno de ventas.
Conversamos en Zenda con Inma Rubiales de Wattpad, miedos, jóvenes y de Liam y Maia, los protagonistas de su último libro.
—Ha triunfado en Wattpad, donde tiene más de 12 millones de lecturas. Por favor, una breve exposición para boomers sobre esta plataforma editorial. Explíquenos a los viejunos qué es una «Wattpad Star».
—Es una red social, como Facebook, Twitter o Instagram, en la que en lugar de compartir fotos se comparten libros escritos por los usuarios. Cualquier persona de cualquier parte del mundo, en su idioma, puede publicar aquí su relato. La particularidad es que no subes la novela del tirón, sino que lo haces capítulo a capítulo. Eso provoca que vayas manteniendo la atención del lector entre una entrega y la siguiente. Aquí se genera mucha interacción entre los escritores y los lectores porque estos últimos pueden añadir sus comentarios entre los párrafos, sus opiniones sobre los diálogos y sus anotaciones de los protagonistas de la historia. Una Wattpad Star es una escritora reconocida por tener éxito dentro de la plataforma. Esto les convierte un poco en los privilegiados de esta red social: menciones, nos colocan en lugares destacados de la web…
—¿Es una plataforma femenina?
—Depende. Hay mucho público femenino porque es una plataforma en la que sobre todo se publica romance, y parece —por desgracia— que todavía existe ese prejuicio de que el hombre no puede leer este tipo de libros. Hay muchos chicos a los que les da vergüenza reconocer que lo hacen.
—¿Cómo animaría a esos lectores masculinos de romance para que visibilicen sus gustos?
—Yo les diría que los prejuicios dicen más de quien los tiene que de quien los sufre.
—Dedica su novela a los que alguna vez han sentido miedo. ¿A qué lo tiene usted?
—Yo sobre todo tenía miedo de que esto me quedase grande: la publicación de una novela con una editorial como Planeta. Tenía las típicas inseguridades de un escritor: si iba a gustar mi libro, si se iba a vender…
—Del principio de la novela damos un salto hasta el final del libro. Allí publica una nota sobre la enfermedad mental. ¿Cómo podemos perder el miedo a ir al psicólogo? ¿Cómo podemos acabar con los prejuicios sobre la salud mental, sobre todo entre los jóvenes?
—Entre los jóvenes creo que está más normalizado ir al psicólogo y hablar sobre salud mental. Mi madre es psicóloga y se ha dedicado toda su vida a hablarme con normalidad sobre salud mental. Ir al psicólogo no nos hace cobardes, al contrario, nos hace valientes; no es un paso atrás, es un paso hacia adelante.
—En su última novela hay una alternancia natural entre el humor y el drama. ¿Con qué género se siente más cómoda?
—Yo soy muy dramática, me gusta mucho el drama. Me encanta hacer llorar a los lectores, aunque cuando leo me cuesta mucho conectar con una obra en la que no haya nada de humor. Por eso procuro ir intercalando la risa y el llanto en mis relatos.
—Su escritura fluye con naturalidad. Huye de los adjetivos. ¿Le obsesiona el ritmo de sus textos?
—Sí. Bastante. Cuando escribo siento que en mi cabeza va sonando una melodía y que todo tiene que encajar. Por eso paso mucho tiempo reescribiendo. A veces terminó un párrafo y vuelvo sobre él horas y horas hasta que tiene ese ritmo que quiero, aunque al final diga lo mismo. Hasta que no logro que la melodía sea perfecta no paro.
—¿Cuántas horas le dedica a la escritura de un libro?
—Depende un poco de la época, porque escribir lo compagino con mis estudios. Voy usando las horas libres que me deja la vida para escribir. El tiempo que dedico varía un poco en función de la inspiración, pero para cada capítulo puedo estar unas ocho o nueve horas. Muchas veces la mayor parte de este tiempo lo dedico a reescribir un mismo párrafo una y otra vez; como te he comentado antes, soy muy machacona. Primero escribo un borrador del capítulo en el que suelto todas las ideas, luego me fijo en cómo lo narro y de qué manera encaja en la historia y una vez que lo tengo todo es cuando corrijo.
—Estudia publicidad. ¿Cree que es necesario aplicar técnicas de storytelling —gamificación, lenguaje natural y visual, autenticidad, empatía…— a la hora de escribir una novela para atrapar a los lectores de la Generación Z y a los millennials?
—Sí. Por supuesto. En la carrera me he dado cuenta de que muchas de esas técnicas de storytelling yo ya las utilizaba antes de estudiarlas. Intento usar un lenguaje fácil de leer, hablar de situaciones cotidianas que le puedan pasar a cualquiera, con personajes creíbles.
—¿Por qué sus personajes se llaman Nash, Liam y Maia, en lugar de Pedro, Juan y Marta?
—En mis primeros libros no sabía muy bien cómo situar la acción y a mis personajes, y lo hice en un espacio geográfico inventado; les llamé como me dio la gana. Dímelo cantando está ambientada en Londres, y esa es la explicación por la cual los protagonistas tienen nombres ingleses. Mi última novela no tiene relación con las anteriores, pero sí que quise que hubiese una conexión entre los nombres de los personajes. Te voy a confesar un secreto (risas): excepto el de Maia, todos los nombres de mis personajes los elijo en una página web que se llama nombreparatubebe.com De esa forma, al final todos ellos son un poco mis hijos. (Más risas)
—Esos personajes, independientemente de cómo se llamen, sorprenden al lector por su gran presencia. ¿Cómo los trabaja en su cabeza, en su mesa de escritura?
—Me encantaría decir que preparo escaletas, resúmenes y esquemas, pero lo único que hago al principio de la novela, aparte de apuntar las características físicas de cada uno, es definir unos cuantos adjetivos para crear a los personajes. Luego dejo que ellos fluyan, y a veces ocurre que los personajes se alejan de esos atributos que yo les puse. Una chica me comentó algo muy bonito sobre mi último libro. Me dijo que cuando narraba Maia era como que hablaba la propia Maia, y que cuando lo hacía Liam parecía que en realidad era él quien hablaba.
— ¿Le ha costado asimilar el éxito? ¿Ha sentido vértigo?
—Sí. Mucho. Con Wattpad no tanto. Yo después de publicar apago el móvil y puedo seguir mi vida normal. Pero cuando voy ahora, después de publicar con Planeta, que me ha permitido llegar a un público más amplio, a las firmas de libros, y veo las colas de lectoras con mis libros en la mano me asusto un poco. Te preguntas si toda esa gente está realmente allí por ti y por lo que has escrito.
—¿Cree que hay prejuicio con la literatura escrita por y para jóvenes, como es su caso?
—Sí. Terrible. En mi caso se juntan tres prejuicios: Wattpad, literatura juvenil y romántica. Me da coraje cuando alguna vez me han preguntado si me había planteado escribir algo serio. Hay un prejuicio muy grande con la literatura para jóvenes que tenemos que ir disolviendo entre todos.
—Cuando escribe sus libros, ¿lo hace pensando en un formato audiovisual? ¿Se imagina sus historias en una serie de Netflix?
—Ojalá. Cuando escribo sí que me imagino a mis personajes en un formato audiovisual, aunque una cosa muy curiosa es que cuando pienso en ellos nunca tienen cara. Son como cuerpos sin rostro.
—¿Quiénes son los autores que la motivan a la hora de escribir?
—Me encanta poder mencionar a compañeras como Carolina Casado, Flor M. Salvador y Alice Kellen.
—¿Y a la de leer?
—Leo de todo. Me encanta la saga de Los Juegos del Hambre; para mí es un referente. Siempre que estoy bloqueada voy a la estantería y me leo un capítulo.
—¿Se arrepiente, o cree que puede llegar a hacerlo, de alguna situación que ha tomado en su carrera literaria?
—Me alegro de haber tomado ciertas decisiones, porque cuando publiqué mi primer libro, que ganó un premio, muchas editoriales contactaron conmigo. Yo ignoré a la mayoría de ellas —con algunas de ellas ha habido compañeros que han tenido muy malas experiencias— y publiqué con la que quería hacerlo. Hice caso a mis padres y tuve paciencia.
—Usted ha conseguido una gran comunidad de lectores, que la ha llevado al éxito. ¿Puede acabar siendo una rémora, unos grilletes que le impidan avanzar como escritora?
—Para nada. Tengo la suerte de contar con una comunidad de lectores que me dicen que leerían hasta mi lista de la compra. Hace poco subí el primer capítulo de una novela sin título, y me sirvió para comprobar que mis seguidores siguen leyéndome aunque no tengan referencias sobre la obra.
—¿Hacia dónde quiere continuar con su carrera como escritora? ¿Cómo se ve dentro de 10 años?
—En un futuro me veo escribiendo sobre las cosas que me llenan. Yo nunca he escrito para el público, siempre lo he hecho para mí. He tenido la suerte de que esas historias le gustaban a muchas personas. No creo que escriba una novela de terror, pero puede que pruebe otros géneros. Con que haya una sola persona interesada por mis libros, yo seguiré compartiendo mis historias.
—¿Tiene previsto abandonar Wattpad?
—No lo sé. Al 100% no. Quiero seguir en la plataforma, pero no descarto publicar una novela completamente inédita con una editorial.
—¿Cuál es su próximo proyecto literario?
—Estoy escribiendo otra novela de romance. Dramática, pero con mucho humor (risas).
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