En 2020, Enrique Llamas publicó una novela, Todos estábamos vivos, ambientada en la movida madrileña, y ahora regresa a las librerías con otra ficción, Lo nuestro, cuyo escenario es la Barcelona de los Juegos Olímpicos de 1992. La historia gira en torno a tres jóvenes que accederán al futuro, y por tanto a la vida adulta, en una ciudad, la capital catalana, en plena efervescencia.
En este making of Enrique Llamas explica el origen de Lo nuestro (AdN).
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Las novelas, como cualquier historia, parten habitualmente de una imagen cotidiana, vulgar incluso. Imágenes que a los que ficcionamos nos levantan una pregunta en ocasiones absurda: qué es esta imagen, cómo ha tenido lugar, cuándo, en qué contexto y, sobre todo, por qué. La imagen de la que se levanta este libro no es vulgar ni mucho menos, porque fue estudiada a fondo antes de proyectarla al mundo. Sí es una imagen que, por efectiva, es repetida hasta la náusea en todas las recopilaciones de noticias que intentan contarnos quiénes somos.
En ese sentimiento de haber vivido con la ingenuidad perdida se origina Lo nuestro. La novela nace de la necesidad de saber cómo pensaba una generación, la que vivió su juventud a principios de los noventa, cuando España era el centro del mundo. También nace de preguntarme quién hubiera sido yo, de haber vivido con veinte, con treinta años, en un país que había dejado definitivamente atrás una época oscura. Quién hubiera sido de haber vivido en un país que empezaba a ser privilegiado. Quién hubiera sido yo en aquel año fantástico de 1992, en aquel país de moda llamado España si hubiera sido hombre, blanco, con estudios y heterosexual. Así nació el protagonista de la novela, Polo, y así nació su vanidad y su entorno. Así nació una historia en la que él se empieza a dar cuenta de que hay una parte importante de su juventud que ya se ha acabado, al igual que le empezaría a ocurrir a la joven democracia. Paloma del Río, Sergio Sauca… y testimonios de muchos barceloneses y barcelonesas me abrieron las puertas de lo que fue vivir los Juegos Olímpicos de Barcelona desde dentro y, sin embargo, una historia pequeña, inesperada, se coló en el camino de Polo.
Hablo del magnífico documental El año del Descubrimiento (Luis López Carrasco, 2020), que aborda la multitud de aspectos sociales que rodearon a la quema del Parlamento Regional de Murcia, en Cartagena, en aquel glorioso año. Una quema. Un incendio provocado. Con cócteles molotov. En la España democrática y fantástica de 1992. Gracias a los testimonios de los entrevistados, en su mayoría obreros con economías domésticas pulcras pero alejadas del bienestar, gracias a sus caras, expresiones, sueños y frustraciones me vi obligado a pedirle a Polo que cediera la mitad de las páginas a Clara. Clara es su coprotagonista: una adolescente que se escapa de una población indeterminada de la periferia sur madrileña para conocer de cerca a la deportista que la inspira y cuyos pasos quiere seguir. La elección de Arantxa Sánchez Vicario como motor que hace girar a este personaje tampoco es casual. Joven, trabajadora, talentosa y reconocida a nivel mundial (ganó su primer Roland Garros con 17 años), su nombre es de los pocos que precisamente los comentaristas de TVE mencionaron de toda aquella comitiva capitaneada por el príncipe. La tenista funcionaba tan bien como metáfora como si me la hubiera inventado. Tal es así, que es su figura la que entrelaza (y no) las historias de los protagonistas.
Lo nuestro es muchas cosas: son las historias de Polo y Clara, las de sus amistades, es lo de España y lo de Cataluña, lo de 1992 y lo que vino después: FILESA, Mario Conde, Alcasser o la crisis económica de 1993, por citar solo algunos hechos. Pero Lo nuestro es también lo de la clase media, lo de esa clase media con estudios e hipotecas a la que pertenezco, a la que pertenece Polo, pero sobre todo lo de esa otra clase media de Clara, que trabaja de sol a sol para poder comprar a sus hijos una equipación deportiva de imitación, que lucha para no perder sus empleos, que ven el mar sólo por la televisión. Una clase media que nos sostiene con sus impuestos. Lo nuestro es también una historia de amor. O no.
Dije antes que la imagen que da lugar a este libro no es vulgar, porque fue estudiada a fondo: popular pero excepcional. Efectiva, porque la recordamos incluso los que no teníamos memoria para percibirla. Esa imagen es también Lo nuestro: al final, algo tan común, tal manido, como la pérdida de la inocencia.
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Autor: Enrique Llamas. Título: Lo nuestro. Editorial: AdN. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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