La riqueza del español es irrefutable en la variedad de insultos que tenemos y que no existen en otros idiomas. Me van a comparar un triste madafacka con un genuino “será subnormal el mierda seca”. Eso sí que es insultar. De hecho, es algo que viene de perlas cuando los libreros recibimos las novedades de la temporada y aparecen unos cuantos youtubers (no todos) que publican a base de tener muchos suscriptores, pero pocas ideas y menos mano literaria. Pero esto no es una queja. ¡No! De hecho, gracias a los ingresos que producen esos libros se financian las editoriales que luego nos pueden ofrecen verdaderas maravillas, muchas minoritarias, y que no verían la luz sin la holgura económica que dan los bad-best-sellers. Por eso, el madafacka del librero se diluye rápido y aparece al instante el sentimiento de gratitud.
Para muchas editoriales, buscar en las redes sociales se ha convertido en una herramienta de trabajo más, y no siempre lo que encuentran son youtubers. De repente aparecen joyas en forma de escritores, ilustradoras o artistas desconocidos (o casi). No hay duda de que la red de redes es vital para conocer la obra de cualquier autor en una sociedad donde la comunicación es primordialmente digital. Para un editor, comprobar que el trabajo por el que apuestan tiene buen feedback en la red ayuda en una etapa inicial a interesarse por lo que el autor o autora quiere contar con sus textos u obra gráfica. Lo que ocurre, al contrario que con los youtubers y sus lectores fan, es que la excelencia del trabajo que une lo literario con lo plástico es lo que acaba trascendiendo lo digital para acabar de crecer en las páginas de un libro.
Un ejemplo de esa excelencia es el de Paula Bonet (Vila-real, 1980), una de las artistas-escritoras más leídas en nuestro país. Aunque su trabajo era conocido dentro del circuito artístico, las redes sociales (cuando comenzaban allá en los 2000) le dieron el empujón definitivo para que el público se enamorara de su forma de desgranar el corazón y la cabeza del ser humano. La obra de Paula nos alerta de que ni recoges lo que siembras, ni cada uno tiene lo que se merece, ni te aman como tú amas, ni el universo te escucha. La autora valenciana está empeñada en nombrar lo que no se nombra para que empiece a existir, principalmente la realidad que viven las mujeres. Pero no una realidad de mujeres para mujeres, no, su discurso traza una realidad que afecta a las mujeres, y que por lo tanto es universal.
Roedores, editado por Random House, es una de esas realidades que Paula nos muestra directamente. Un libro desplegable e ilustrado que la autora pintó y escribió para una hija que nunca nació. Esta edición de libro-arte viene acompañada por Cuerpo de embarazada sin embrión, que son fragmentos del diario íntimo que Paula escribió durante ese año traumático donde se contrapuso el origen de la vida y el de la muerte. Sus textos exploran la corporeidad de la ausencia, comparten miedos y esperanzas, e intentan digerir el dolor de la pérdida. Roedores se atreve con lo que nunca se cuenta en relación a la perdida de un hijo a punto de nacer, algo que Paula pone en valor para las generaciones de mujeres que vienen detrás.
También ilustradora, y con mucho que contar, es Sara Herranz (Tenerife, 1986). Hija editorial de las redes sociales y descubierta por Lunwerg, nos sitúa frente al blanco y negro de sus ilustraciones, detalladas con rojo sobre un fondo vacío donde aparecen los personajes con algún detalle que muestra el lugar en el que se encuentran. La obra de Sara se basa en viñetas unidas por personajes anónimos, desconocidos, pero a la vez tan iguales a todos nosotros que los pensamientos que les dan vida nos impregnan desde la primera página y se acercan a nosotros de forma íntima.
“¿Crees que la nostalgia solo sirve para romantizar el pasado?”. Cuando el tiempo pasa, los recuerdos y las razones que nos llevaron a actuar de determinada forma se vuelven borrosos, olvidamos aquello que fuimos hace tiempo, y nos preguntamos: “¿Qué pasaría si volviéramos unos años atrás?”. De esta forma Sara Herranz, en su segundo libro, La persona incorrecta, nos sacude con una historia sencilla de dos personas que fueron pareja y que se reencuentran repentinamente. Poco a poco el lector se da cuenta de que ese fortuito encuentro es una excusa para hablar de otros temas, como el paso del tiempo o la huella que dejamos (si es que la dejamos) tras nuestro paso por el mundo.
Otra ilustradora crucial en la escena contemporánea es Moderna de Pueblo, nombre por el que se conoce a Raquel Córcoles (Reus, 1986). Ella es la visionaria por excelencia de internet para promocionar su trabajo literario, la autora que antes de Facebook, Twitter o Instagram dio a conocer sus cómics y viñetas gracias a un blog que alimentaba con esfuerzo e ingenio. Es cierto que Raquel ya había sido premiada en diferentes certámenes, pero con las redes sociales fue capaz de llegar al gran público y, sobre todo, a una gran editorial. Desde entonces, el humor de Moderna de Pueblo ha evolucionado con sensibilidad, autocrítica e inteligencia en cada uno de sus cuatro libros que tiene publicados, hasta llegar al último, Idiotizadas (Zenith).
“Internet nos ha dado un espacio de creación y de interacción entre nosotras que de otra forma no habríamos tenido”. (1) Idiotizadas es una historia ilustrada con tintes autobiográficos en la que el personaje de Moderna de Pueblo, que ha crecido escuchando frases como «estás gorda”, «eso no es propio de una señorita», «esa es una zorra» o «el día de tu boda será el más feliz de tu vida«, se muda a la gran ciudad, donde conoce a Zorricienta, Gordinieves y la Sirenita Pescada. En la ciudad, rodeada de sus nuevas amigas, va despertando de esas y muchas otras idiotizaciones y emprende un largo camino para desaprender el discurso machista por excelencia que han interiorizado tradicionalmente las mujeres.
De esta manera, cuando la protagonista encuentra repentinamente al amor de su vida, siente pánico de regresar al romanticismo más tóxico en el que ha sido educada y caer hechizada de nuevo en las idiotizaciones. “Muchos hombres también están idiotizados, porque esperan de nosotras que seamos las princesitas tontitas, bellas y gráciles a las que rescatarán y protegerán”. (2)
1. Entrevista en Zenith Magazine.
2. Entrevista en Tribus ocultas (la Sexta).
Si te interesa alguno de los libros, puedes encontrarlos en:
Roedores, de Paula Bonet.
La persona incorrecta, de Sara Herranz.
Idiotizadas, de Moderna de Pueblo.
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