Dada su versatilidad como autora —no en vano escribió además de poemas, novelas, cuentos, ensayos y hasta libretos de ópera—, fue una figura central dentro de las letras alemanas de mitad del siglo XX. Sin embargo, su poesía se sostiene por sí misma como un hito dada su capacidad para entrelazar política y forma en un contexto sociocultural, el de la posguerra, en el que la poesía se enfrentaba a importantes dilemas éticos de cara a su futuro. A continuación reproducimos Invocación a la Osa Mayor, un poema de Ingeborg Bachmann.
Invocación a la Osa Mayor, de Ingeborg Bachmann
Osa Mayor, baja, hirsuta noche,
animal de piel de nubes con ojos viejos,
ojos de estrellas,
por la espesura irrumpen relucientes
tus patas con las garras,
garras de estrellas,
mantenemos despiertos los rebaños,
pero encantados por ti, desconfiamos
de tus flancos cansados y de tus dientes
agudos y semidescubiertos,
vieja osa.
Una piña: vuestro mundo.
Vosotros: sus escamas.
Yo la muevo, la hago rodar
desde los abetos del principio
hasta los abetos del final,
la resoplo, la pruebo en la boca
y la agarro con las zarpas.
Ya tengáis miedo o no lo tengáis,
pagad en la limosnera y dadle
al ciego una buena palabra,
para que sostenga a la osa de la correa.
Y sazonad bien los corderos.
Podría ser que esta osa
se soltara, no amenazara ya más
y corriera tras todas las piñas caídas
de los abetos grandes y alados
que cayeron del paraíso.
Traducción: Cecilia Dreymüller y Concha García.
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