Irene Vallejo: «El libro fue la primera revolución tecnológica de la Historia»

El infinito en un junco, editado por Siruela, es el título de este ensayo en el que Vallejo (Zaragoza, 1979) indaga el nacimiento de los libros y hace inventario de sus formas a través del tiempo: de piedra, de juncos, de seda, de piel, de harapos, de madera y, ahora, «de luz», con los ordenadores.

Vallejo ha explicado este martes en un encuentro con periodistas en Madrid que los lectores «somos una familia joven» de «solo» alrededor de 5.000 años, por lo que hay mucha historia de la Humanidad sin libros, pero sostiene que sin ellos cada generación tendría que comenzar de cero. Hasta la invención de la imprenta, el libro vivió en un peligro constante, ya que la copia manuscrita exigía un esfuerzo desmesurado y su destino más previsible era la desaparición: se incendiaban, se pudrían, morían constantemente, ha indicado. Desde la caída del Imperio romano hasta el siglo XII transcurrió la época de mayor riesgo para su supervivencia, los siglos «en los que los libros vivieron más peligrosamente», dice la autora, que se muestra convencida de que les queda «mucho futuro por delante». Porque hay pocos objetos que hayan sido capaces de sobrevivir milenios, sostiene Vallejo, que recuerda no obstante que la historia de su destrucción es tan antigua como la del libro en sí mismo.

También habla la autora de las primeras iconografías de la lectura y explica cómo las primeras representaciones de personas leyendo son de mujeres. Con los libros conocemos las mejores pero también las peores historias, recuerda Irene Vallejo: de hecho, el Mein Kampf (Mi lucha) de Adolf Hitler fue superventas en su época. También ha habido libros «que matan», ha señalado la autora, que ha rememorado la ola de suicidios que siguió a la publicación de la novela Las penas del joven Werther, de Johann Wolfgang von Goethe, publicada en 1774, en la que el protagonista sufre por amor hasta quitarse la vida.