Nueve Letras en Sevilla. Ya van nueve ediciones de uno de los acontecimientos más interesantes del mundo de las letras y la cultura española. Un formato original, participativo y de enorme atractivo que lo distingue de cualquier otra jornada divulgativa del país. La convocatoria de conferencias y coloquios se celebra en el corazón de Sevilla, en el edificio señorial sede de la Fundación Cajasol, patrocinadora del evento. ¿Su éxito? Un totum revolutum de ingredientes difícilmente superables
LOS TEMAS ELEGIDOS
Durante estas nueve ediciones se han abordado desde los temas más controvertidos y polémicos a otros genuinamente literarios: “Guerra Civil y la Literatura”, “Chaves Nogales, una tragedia española”, “España, ¿mito o realidad?”, “¿Monarquía o República? Un debate de tres siglos”, “Toros sí, toros no: ¿Cultura, tradición o barbarie?”, “Orgullo y prejuicio: los Hermanos Quintero y Andalucía”, “¿Que nos queda de Don Juan? y, España, frontera de Europa. Ediciones que aun pasadas siguen vigentes a través de la red, donde reciben, pese al tiempo transcurrido, un chorreo continuo de visitas. Despiertan interés tanto las sesudas disertaciones académicas como las líricas intervenciones como la de Espido Freire o inesperados rifirrafes como el de Macarena Olona con Roberto Vaquero.
UN TÍTULO, UN CARTEL Y UN PROGRAMA DE EXCEPCIÓN
Esta novena convocatoria se dedicaba a la mujer con un título potente, «El poder de las mujeres», y un subtítulo lapidario y desafiante: «Hasta aquí hemos llegado».
El maravilloso cartel diseñado por Zenda lo protagonizaba la Amazona herida de Fidias. Una amazona guerrera digna hija de Ares, dios de la guerra, y muy femenina, digna hija de la ninfa Harmonía. Tiene un semblante doliente. ¿Presentarla herida simboliza la milenaria acción del varón sobre ella?
El tema lo llevaban barajando desde años Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, y por fin lo abordaron en esta edición. Para ello quisieron contar con una mujer compartiendo coordinación: Carmen Calvo. Calvo había dejado un buen recuerdo en la última intervención de Letras en Sevilla, «¿Puertas o alambradas?», a la que llegó exultante tras que su partido saliera victorioso de la moción de censura. Resuelta, brillante y elegante, entonces se adueñó del escenario y agradeció “la existencia de este espacio de pensamiento, de contrastes, en los que se tratan temas de gran envergadura, donde procuramos cambiar algunas ideas preconcebidas y aprender unos de otros”. Una frase perfectamente ad hoc para cualquiera de las ediciones y para la que se iba a celebrar.
Al final, en el feminismo, bien o mal entendido, no llueve a gusto de todos, y podría preverse que esta nueva hornada desencadenaría polémica, pero curiosamente fue de las ediciones más pacíficas… hasta la última comparecencia, en la que se detectó una gran tensión verbal que, por cierto, apasionó al público.
LA RUEDA DE PRENSA: ANUNCIO Y POLÉMICA
En la rueda de prensa a los medios comparecían Pérez-Reverte, Vigorra y el presidente de Cajasol, Antonio Pulido. Declaraban que la presencia de las mujeres en mecanismos de decisión era cada vez mayor y que eran “las cartógrafas” de un mundo que estaba por venir, ininteligible sin la mirada de las que han alcanzado los más importantes puestos en distintos ámbitos.
Anunciaron también que en esta novena edición solo participarían mujeres, que darían testimonio de lo que les ha supuesto llegar a la cima en sectores representativos de la sociedad: políticas, periodistas, escritoras, militares, artistas, influencers, deportistas, juezas o científicas. Carmen Calvo, por compromisos, no pudo estar presente en dicha rueda de prensa… y ya llegaban las primeras críticas. En el mismo inicio. Resulta que ¡la edición dedicada a las mujeres la anunciaban tres hombres! En fin…
También su declaración de que las invitadas eran mujeres de trayectoria sólida desataba controversia… ¿Quiénes eran estos hombres para decidir en qué consistía la solidez de la trayectoria de una mujer? Se les acusaba de mansplaining, que no es ni más ni menos que un nuevo palabro que consiste en que un hombre explique algo a una mujer de una manera condescendiente o paternalista. Cousas veredes, que dicen los gallegos y apócrifamente el propio Don Quijote a Sancho. Lo cierto es que, haciendo balance de las jornadas, han sido en las que Vigorra y Pérez-Reverte han tenido menos protagonismo de todas las celebradas.
LA PRIMERA JORNADA: ABARROTE TOTAL
La primera jornada desató un abarrote total, tanto que se tuvieron que habilitar distintas salas en el edificio para albergar al público. Esta vez la mayoría femenina se revelaba abrumadora. Por otro lado, como siempre, la emisión en streaming, perfectamente sincronizada con Twitter —ahora X—, daba la posibilidad de opinar y preguntar a los comparecientes en tiempo real. Las pantallas iban recogiendo el sentir del público a través de tuits que marcan el pulso con aportaciones, matices críticos y alabanzas a unas y otras comparecencias.
Del feminismo de alto voltaje a la belleza
La primera jornada se abrió con una introducción por parte de Antonio Pulido que —seña de la casa— fue directo, atento, breve y conciliador: la pluralidad era leit motiv de las jornadas. Y para muestra, la elección de las tres primeras invitadas. Carmen Calvo, gran oradora, desenvuelta y muy segura, convertía su disertación en un alegato feminista de alto voltaje. Contundente y a veces despiadada en su crítica al varón, pasaba de la vehemencia a la cercanía con el público de forma intermitente, lo que dio gran magnetismo a su conferencia. Curiosamente, cuando más conectaba con el público afloraba en ella su suave acento andaluz, que la hacía aún más atractiva. Una de sus frases más aplaudidas fue sobre los jóvenes que «quieren a una chica de ahora que se comporte como su bisabuela, y las dos cosas no pueden ser».
La segunda ponencia correspondió a Fina Sanz, sexóloga, que recorrió cronológicamente su trayectoria profesional ayudando a las mujeres, desde los años en los que todavía se las institucionalizaba en «manicomios» hasta la fecha actual, en la que señaló la pornografía como una de las principales fuentes de violencia.
La tercera ponencia habría correspondido a Julia Navarro y Ángeles Caso, que estaban anunciadas en el programa inicial. Pero contingencias de última hora impidieron su asistencia y se invitó a Raquel Revuelta, que compensó con creces la desilusión de los que habían ido a oír a una u otra. La incorporación casi “a salto de mata” de Revuelta fue todo un acierto, porque pocas veces se ve a una mujer que conjugue belleza, comunicación y un discurso brillante. Pionera absoluta en distintos sectores de la moda, contó su experiencia en primera persona, lo que la hizo empatizar mucho con el público, que fue viviendo con ella su trayectoria desde su cetro como Miss España hasta consolidarse como la persona que marcó un antes y un después en el devenir de la moda flamenca a través del SIMOF. De la costura en talleres clandestinos o domésticos al diseño rutilante y a la dignidad de la artesanía como industria complementaria. Sorprendió confesando que su sentimiento feminista le venía de la infancia, al ver el trato desigual entre ella y sus hermanos. “Desde entonces abogué por la igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades entre hombres y mujeres».
Que Letras en Sevilla es una marca de cultura pero también de concordia volvió a ser uno de los ítems. Tanto fue así que la confrontación fue inexistente. Con Carmen Calvo, en la diana por su posición política, no hubo ni una sola recriminación o crítica por ello, y se la juzgó única y exclusivamente por lo que dijo. No se le pidieron cuentas sobre los ámbitos en los que su gobierno ha legislado “para las mujeres” en el lenguaje inclusivo, la ideología de género, o la ley que llevó a violadores a la calle. Su alegato por la defensa del cuerpo de la mujer en la cuestión del aborto se respetó y nadie sacó a la palestra los derechos del no nacido. Con Raquel Revuelta tampoco hubo críticas. Su belleza, que sigue exultante, no desató que el feminismo recordara que en los concursos de misses se mercadea con el cuerpo de la mujer.
La ciencia no es cosa de hombres
La tarde del miércoles empezaba muy plácida y sosegada con «La ciencia ya no es cosa de hombres», que corría a cargo de Margarita del Val, viróloga e inmunóloga, investigadora en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), y Adela Muñoz, catedrática de Química Inorgánica y divulgadora científica.
Margarita del Val, a quien la pandemia dotó de una visibilidad atípica en la sociedad española, habló de su referente: Margarita Salas. Abordó las dificultades de ser líderes de grupo y cómo pesan las prioridades familiares en el mundo de la mujer investigadora, pero también transmitió la emoción que se siente al investigar. Su frase más entrañable fue: «El día que descubres y sabes algo que no sabe nadie en el mundo es increíble. Un subidón».
Por su parte, Adela Muñoz, que usó el lenguaje inclusivo, agradeció la presencia de mujeres científicas, explicó que «el prestigio está asociado a las profesiones en las que predominan los hombres», y lamentó que desde los 6 años hay una autopercepción en las niñas de que están menos capacitadas para las ciencias que los niños. «La divulgación consigue no solo captar vocaciones, sino hacer partícipe a la sociedad de la belleza de aumentar nuestro conocimiento del mundo que nos rodea».
Las mujeres y la justicia
Las mujeres y la justicia fueron el segundo tema abordado, de la mano de Ana Tárrago, fiscal superior de Andalucía, Ceuta y Melilla, y María José López González, abogada especialista en derecho deportivo y directora del Departamento Jurídico de la Asociación de Futbolistas Españoles.
Tárrago dejó frases contundentes. «Es importante que podamos celebrar el poder de las mujeres, pero no sólo las mujeres, sino la sociedad en general». Asimismo dio datos estadísticos de la presencia de la mujer en cargos a los que se llega por durísimas oposiciones. «Por su propio mérito, están aumentando la representación sobre el hombre en el sector judicial, y aunque en las cotas de edad más alta sigue predominando el varón, es cuestión de tiempo».
Por su parte, María José López González recalcaba las desigualdades del deporte: «El baloncesto femenino no tiene convenio colectivo y sí lo tienen los hombres. Hay diferencias en sus derechos laborales».
En relación con el tema del día, la detención de Luis Rubiales, narró que se había cometido un delito que debía ser juzgado según el código penal. «La Asociación de Futbolistas esta personada en las dos causas: una en la Audiencia Nacional por agresión sexual y coacción, y otra en el juzgado por tres temas: La Supercopa, el seguimiento de los detectives y Salobreña».
Pese a que podían suscitarse cuestiones peliagudas con cualquiera de las dos, tampoco se desató confrontación alguna. La custodia compartida, la hipótesis de qué pasaría si hubiera sido Rubiales el besado o el efecto de la ley trans en el deporte fueron algunas de las cuestiones planteadas por los presentes. La abogada fue clara en este sentido. En la competición solo debe prevalecer el sexo biológico.
Periodista veterana versus influencer
Joana Bonet, veterana periodista y escritora, comparecía con Sheila Hernández, periodista y CEO de es-decirdiario.com. Ambas abrían la última jornada con «Glamour y patitos feos».
Joana Bonet repasaba con solvencia el tratamiento del sector de la moda, como «altavoz cambiante y transformador». Y matizaba que «cuando las mujeres llegan a un puesto de poder, tienen que entrar por moldes construidos por hombres». También personalizó: «Tuve que dejar oportunidades. No entendía la cultura de cerrar los tratos a las ocho de la tarde cuando tienes familia».
Sheila Hernández narró su periplo personal. Criada por sus abuelos, sufrió bullying, y cuando acabó su carrera «me iba a comer el mundo y el mundo me comió a mí». Las puertas no se abrían y decidió crear su propio medio de comunicación. «En él hago algo diferente: intentar demostrar a la sociedad que no todo gira en torno a las catástrofes, también existen cosas positivas. Con mi medio abrazo la vida», expresó.
Posteriormente llegó una de las ponentes más esperadas, Almudena Cid, exgimnasta olímpica y actriz, que encandiló a los presentes. Radiante, contó su experiencia profesional y vital, llena de obstáculos. Se centró en un tema que no había sido abordado hasta el momento: el edadismo. «Me decían que tenía que dejar paso a las nuevas generaciones ¡y tenía 20 años! Aposté por ser una gimnasta creativa, haciendo cosas que no se habían hecho hasta el momento y abrí paso a gimnastas maduras. La gimnasta madura ofrece un tipo de gimnasia diferente, porque nuestra capacidad de expresar y entender las emociones es distinta. Nuestra gimnasia es muchísimo más artística». Su frase más potente fue que «reconstruirse depende en gran medida de uno mismo, es cuestión de tiempo y esfuerzo».
Tres ángulos de un desafío
Cerraban las jornadas «Tres ángulos de un desafío». Resultó ser la edición más dinámica, donde los argumentos golpeaban al auditorio con rapidez. Tanto que Pérez-Reverte tuvo que poner orden intermitentemente. Al frente del debate dos diputadas, Cayetana Álvarez de Toledo y Zaida Cantera, comandante del Ejército de Tierra en la reserva. La tirantez entre ambas se palpaba sin que hubiera química alguna entre ellas, y pese a compartir espacio apenas se miraron. Fue una magnífica elección el haber seleccionado un tándem ideológico tan dispar que fue arrebatando aplausos entre los correligionarios de una y de otra mientras Pérez-Reverte llamaba al sosiego. Cayetana Álvarez de Toledo polemizaba: «Estoy contra la corrección política, las cuotas, y contra el victimismo, que es un sentimiento poderoso, políticamente rentable». La diputada explicó que su objetivo en la vida era que «mis hijas se conviertan en mujeres fuertes, libres e independientes, y que sepan que la gran amenaza contemporánea de las mujeres no son los hombres, sino el victimismo».
Entre sus frases destacó la que afirmaba: «No quiero que ningún hombre hable en mi nombre, pero tampoco una mujer como miembro de un colectivo». Aclaró que, a su entender, las dificultades de las mujeres «no vienen marcadas por el patriarcado, sino por la naturaleza: cómo conciliar nuestro mandato ancestral, genético, de supervivencia de la especie con las aspiraciones laborales». También tocó el tema de la indefensión y el hostigamiento del varón en algunos ámbitos o el dinero de los chiringuitos sin resultados eficaces.
Zaida Cantera narró su trayectoria en el ejército. «Cuando te miran te ven como una mujer, no como una profesional. En las Fuerzas Armadas hay machismo, como en toda la sociedad… El feminismo radical es radical en el sentido de raíz, de ir al fondo del problema».
Y junto a ellas sorprendió Carmen López Manzano. Con un look de niña estudiosa, era nada menos que una luchadora de MMA, química y militante del Frente Obrero, que pese a haberle dado menos cancha se hizo con la máxima atención del público. Las dos diputadas miraban con desconcierto a la luchadora política de calle, que se expresaba sin florituras y con la mayor claridad de todas las ponentes de la edición.
Manzano disparaba sin parar frases contundentes como que las «políticas victimistas generan polarización y una guerra de sexos absurda», que «los problemas de las mujeres son la conciliación, el acceso a la educación infantil o el riesgo de perder el trabajo cuando se quedan embarazadas». Consideró que la acción política debe estar por encima de las listas cremallera o los cupos de género. O que «los políticos no se toman en serio el problema de la natalidad. No vamos a dejar un legado si seguimos así». Abordó la realidad tan actual de los jóvenes adictos a las redes sociales, a los que les da ansiedad formar una familia. «Se está imponiendo una cultura individualista, egoísta y consumista». Denunció el daño de las plataformas que «hipersexualizan» a las mujeres para poder abrirse espacio y que «promueven la prostitución. El feminismo es una moda sistémica que solo busca el edificio económico».
Preguntadas por las cuotas, ni Álvarez de Toledo ni Manzano estaban a favor, pero Cantero sí. La comandante manifestaba que «ojalá no fueran necesarias las cuotas, porque eso significaría que cuando a mí me eligen me estarían eligiendo por mi cerebro o porque soy una profesional, lo que se llama meritocracia, pero eso no ocurre».
Preguntadas por el feminismo histórico y el actual, ambas se manifestaron muy lejos de su línea ideológica y coincidieron con matices. Cayetana fue firme: «Ha sido una causa política que se ha convertido en una religión, una superstición. Apartó la igualdad como objetivo y busca la venganza contra el hombre», mientras para Manzano «los dos feminismos resultan hipócritas porque hablan de ciertos tipos de violencia y ocultan otras». Refiriéndose al patriarcado islámico, sacó a la palestra el aumento y la ocultación de las agresiones cometidas por población inmigrante. «Tenemos un modelo de inmigración suicida», muy en la línea del Frente Obrero.
Cantero, por su parte, sin entrar nunca en el tema que la llevó a la política, negó todos los planteamientos de Manzano y Álvarez de Toledo, e hizo un alegato final sobre lo que las mujeres deben al feminismo. Zaida y Manzano llegaban casi casi a enzarzarse, y Pérez-Reverte tuvo que poner orden antes de las preguntas finales que redondearon las intervenciones.
Esta vez sin intriga, pero vuelven a apostar fuerte
Tras finalizar estas últimas comparecencias, Antonio Pulido quiso dar las gracias a todas las ponentes y a los coordinadores. «Siempre han sido Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, y este año han tenido la delicadeza de invitar a Carmen Calvo». Recordó que Letras en Sevilla «se ha convertido ya en un foro referente, no sólo en Sevilla, sino en Andalucía y en España, y tiene dos componentes: pluralidad, porque todo el mundo viene a dar su opinión, y respeto, que es el que han manifestado todas y todos los participantes».
Lo que es ciertamente extraño es la desafección de las fuerzas vivas, a las que parece no interesarles la cultura, lo que se plasma en los pocos dignatarios, alcaldes o consejeros de cultura que han aparecido en esta y otras ediciones de Letras en Sevilla, algo que es compensado por el público sevillano, que siempre se vuelca y que ha hecho que su fidelidad sea uno de los bastiones de la marca Letras en Sevilla.
Por su parte, los coordinadores del ciclo esta vez no dejaron al público con la intriga y desvelaron el tema de la que será la 10ª edición de Letras en Sevilla. Van a arriesgar fuerte. El título «Políticos: ¿Solución o problema?». ¿Se mantendrá el respeto y la tolerancia en una tesitura en la que los ánimos están más caldeados que nunca desde distintos frentes ideológicos? Suponemos que sí, pero todo es posible en Letras en Sevilla, y estaremos ahí para contarlo. Y esta vez nada menos que será la décima.
VÍDEO: PODER DE LAS MUJERES. HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO. LETRAS EN SEVILLA IX
¿Carmen Calvo? ¿»Resuelta, brillante y elegante»? ¿»Gran oradora, desenvuelta y muy segura»? ¿»Despiadada en su crítica al varón»? ¿A qué varón, a uno concreto o a todos los hombres en general por esa especie de pecado original con el que a veces parece que hemos nacido? La parte de la crónica referida a la ex-ministra roza la autoparodia involuntaria (ahí es nada lo de que «afloraba en ella su suave acento andaluz, que la hacía aún más atractiva»…), menos mal que luego hablaron gentes más dignas y algunas muy respetables. Lo que no se le perdona a ciertos personajes es, precisamente, el daño que le han hecho al feminismo por interés, por cerrazón o por simple estupidez.
Estoy en las antípodas absolutas de esta señora, pero como dicen en Andalucía » lo que é, é». Fue resuelta y brillante ( no leyó ni una línea) y elegantísima con su conjunto blanco y negro y maravillosamente peinada. En lo de su crítica al varón, es cierto que criticaba al varón como género en su relación en pareja cuando la pareja sobresale. Y lo de » afloraba el acento». Es cierto. Pasaba de un castellano neutro cuando era más dura e intermitentemente le salía un andaluz precioso que hacía su discurso más atractivo. Soy la cronista y escribo una crónica formada de lo que vi y sentí con conocimiento de causa. Y eso fue. Haga usted una crónica y la leeremos con gusto.
Tardísimo pongo el comentario, lo siento.
Que maravilla esta última edición de Letras en Sevilla, con la falta que nos hace, muchísimas gracias por organizarla.
Me han encantado todas las ponencias, debates.., recordándonos precisamente el poder de las mujeres.
Con lo mal que pintan las cosas en España y Europa ( para las mujeres) sobre todo por la inmigración de gente de fuera: Africa, los Balcanes, China, India, países musulmanes, etc; me refiero a que no son occidentales.
Bueno, pues que está muy bien recordar que no todo está perdido, que se puede pelear y que hay esperanza.