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Jack Spicer y el verano: una elegía traducida

Jack Spicer y el verano: una elegía traducida

Foto de portada: Carlos Pérez Siquier y Martin Parr, ‘La playa’.

Jack Spicer fue un poeta nacido en Los Ángeles en 1925. Encontró su espacio en los bares de North Beach, San Francisco, animando noche tras noche a los jóvenes poetas con su obra. Gran parte de su vida en la poesía entre 1957 y 1965 en San Francisco se produjo en torno a la creencia de las necesidades de la práctica de la poesía no como una visión superior, sino como implicación vital y comprometida en todo lo que estaba sucediendo. Atraído siempre por la frescura del oral más informal y por temas como el amor y el béisbol, durante sus años en Berkeley (1945-1955) estuvo acompañado por Robert Duncan y Robin Blaser. A este último se unió después en Boston para trabajar como editor y funcionario de la Sala de Raros de la Biblioteca Pública de Boston. Fue durante los meses en esta ciudad cuando empezó a sentir una profunda insatisfacción con su obra escrita hasta el momento, lo que tendría como consecuencia la creación del «Taller de poesía como Magia» en el San Francisco State College en 1957. Comenzó a trabajar en su libro After Lorca, obra en la que el mismo Lorca —muerto veintiún años antes— escribe el prólogo y donde casi todos los poemas son traducciones libres de Spicer de los poemas del poeta granadino, con quien dialoga en anotaciones en prosa a lo largo del mismo. A partir de esta publicación Spicer empezó a concebir su obra alrededor de poemas seriales en lugar de poemas individuales, a los que llamó one night stands (alguien con quien te acuestas sólo una vez). La libertad con la que Spicer “traduce” el material lorquiano seguramente se relaciona también con su teoría de las correspondencias: “Las cosas no se conectan”, asegura Spicer en otra carta dirigida a su querido Lorca, “sino que se comunican entre sí. Por eso es posible que el poeta traduzca objetos reales; por eso es posible que los traiga a través del lenguaje, como a través del tiempo”. Murió en San Francisco en 1965. Aprovechando el final del verano, presentamos un texto del autor, traducido por Juan Domingo Aguilar, en el que Spicer realiza, más que un poema, todo un manifiesto sobre lo que es escribir y habitar de manera poética el mundo.

***

Psicoanálisis: una elegía

¿En qué estás pensando?

Estoy pensando en un comienzo de verano.
Estoy pensando en colinas mojadas bajo la lluvia.
Verter agua. Derramándola
Abajo, acres vacíos de roble y manzanita.
Hasta la vieja maleza verde enredada al sol,
Greasewood, salvia y mostaza de primavera.
O el viento caliente que baja de Santa Ana
Volviendo locas las colinas,
Un viento rápido con un poco de polvo
Machacar todo y endulzar la semilla.
O allá abajo en la ciudad donde crecen los melocotoneros.
Son torpes como caballos jóvenes,
Y hay cometas atrapadas en los cables.
Allá arriba de las farolas de la calle,
Y los desagües pluviales están todos obstruidos con ramas muertas.

¿Qué estás pensando?

Creo que me gustaría escribir un poema que fuera lento como un verano.
Tan lento para empezar
Como el 4 de julio, en algún momento alrededor de la mitad de la segunda estrofa.
Después de mucha lluvia inusual
California parece larga en verano.
Me gustaría escribir un poema tan largo como California.
Y tan lento como el verano.

¿Me entiende, doctor? Tendría que ser lo más lento posible.

Como punta del verano.
Tan lento como parece el verano
En un día caluroso bebiendo cerveza afuera de Riverside
O parado en medio de una carretera al rojo vivo
Entre Bakersfield y el infierno
Esperando a Papá Noel.

¿Qué estás pensando ahora?

Pienso que ella es muy parecida a California.
Cuando está quieta, su vestido es como un mapa de carreteras. Autopistas
Viajando arriba y abajo por su piel
Largas carreteras vacías
Con la luna persiguiendo liebres a través de ellos
En las calurosas noches de verano.
Estoy pensando que su cuerpo podría ser de California.
Y yo un rico turista oriental
Perdido en algún lugar entre el infierno y Texas
Mirando un mapa de una California larga, húmeda y danzante
Eso nunca lo he visto.
Envíame algunas postales con fotos de un centavo, señora.
Envíalos.
Una de cada mama fotografiada mirando
Como curiosos monumentos nacionales,
Uno de tus cuerpos barriendo como una autopista de tres carriles.
A veintisiete millas de un lugar donde pasar la noche
En el hotel más antiguo del mundo.

¿Qué estás pensando?

Estoy pensando en cuántas veces se ha repetido este poema.
Se repetirá ¿Cuántos veranos?
Torturará a California
Hasta que ardan los malditos mapas
Hasta el cartógrafo loco
Cae al suelo y posee
La dulce y espesa tierra de la que se ha estado escondiendo.

¿Qué estás pensando ahora?

Pienso que un poema podría continuar para siempre.

***

Jack Spicer, Psychoanalysis: An Elegy, extraído de My Vocabulary Did This to Me: The Collected Poetry of Jack Spicer (Middletown: Wesleyan University Press, 2008).

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