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Jade puro y El color de la granada

Jade puro y El color de la granada

Además de la evidente belleza de ambos objetos, el jade y la granada comparten la cualidad de poseer una vistosidad tal, que sus nombres son utilizados para denominar sus respectivos colores. Desde el carmesí o escarlata de la granada hasta el verde intenso del jade, la naturaleza de las cosas es observada por la clarividente y honda mirada de dos mujeres, cuyas vidas están separadas por diez siglos y miles de kilómetros, pero unidas por el temblor del misterio sólo contenido en la poesía. Se ha dicho muchas veces de la poesía que su intemporalidad y universalidad permite que sus versos comuniquen la esencia misma de las cosas sin importar el lugar ni el momento en que fueron escritos. Así, el lector de poesía puede sentirse igualmente identificado con un poeta actual de su propia ciudad que con un poeta antiquísimo de un país remoto. Las dos poetas cuya obra nos concierne aquí, nacieron con mil años de diferencia, la primera a finales del siglo X en la floreciente y refinada China de la Dinastía Song, y la segunda en la andina República del Ecuador a finales del siglo XX. Diez siglos de historia y el inmenso Océano Pacífico las separan, pero las une un mismo sentir poético, un mismo asombro, una misma delicadeza en el uso de las palabras, una misma certeza del misterio, un mismo aliento vitalista. Ni los siglos ni los continentes apartan a la poesía de lo que es, la memoria íntima de la humanidad, o, en palabras de Rabindranath Tagore:el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”.

Jade Puro

Jade puroLi Qingzhao fue una poeta absolutamente excepcional, que  empezó a dar muestra de unas extraordinarias dotes poéticas ya desde la niñez. Como afirma en la introducción de Jade puro Miguel Salas Díaz, quien es además responsable de la edición y de la traducción junto a Kuo Tsai Chia, es muy posible que su existencia no hubiera podido tener lugar unas décadas antes o después, pues su crianza en el periodo de la dinastía Song, una de las más florecientes económica y culturalmente de la historia china, hizo de esta mujer un espíritu avanzado a su propio tiempo, con una educación primorosa y distinguida y una concepción del mundo que no deja de asombrarnos por su actualidad. Qingzhao llegó a escribir trece volúmenes -siete de prosa ensayística y seis de poesía-, aunque desgraciadamente es muy poco lo que de su obra se conserva hoy en día. No han sobrevivido, por ejemplo, sus poemas shi (poemas compuestos para ser cantados, que versaban sobre temas solemnes). Los poemas recogidos en Jade puro son todos ellos poemas ci (un tipo muy concreto de composición, donde no hay lugar para los razonamientos, sino para la mera descripción de los sentimientos, tratándose pues de poemas altamente líricos, con unas reglas de composición muy complejas). La poeta nos introduce en un universo de inigualable hermosura visual, en el que las imágenes y las sensaciones se superponen para conformar un estado anímico de gran belleza, vitalismo y profundidad. Canta Li Qinzhao a la frescura del primer amor adolescente, a la felicidad de las horas compartidas, a la hermosura de la naturaleza, a la melancolía de la amante obligada a esperar a su amado, a la aridez de la vejez, al vigor del recuerdo, al desgarro de la nostalgia, a la luz de los sueños. Un caleidoscopio de tal sinceridad, humanidad y delicadeza que contribuye tanto a comprender la eterna cadencia de la poesía  como la propia experiencia humana.

El color de la granada

Carla Badillo Coronado, nacida en Quito en 1985, fue galardonada por El color de la Granada con el XXVIII Premio Loewe a la Creación Joven. En el prólogo del libro, el poeta Antonio Colinas afirma: “nos llama la atención de qué manera va alternando en el poema el resplandor de la imagen con la meditación, las imágenes con las escuetas reflexiones”. Parte Badillo Coronado del origen mismo del ser, conformando Sayat Nova (poeta armenio del siglo XVIII, cuyo nombre significa en persa ‘Maestro de los Cantares’) el hilo conductor del poemario, junto con Sergei Paradjanov (director de cine soviético y uno de los grandes maestros del género del siglo XX). En su biografía sobre Sayat Nova, filmada en 1968 y cuyo título El color de la granada toma prestado Badillo Coronado para su poemario, Paradjanov muestra en clave simbólica una serie de escenas vivas que representan los momentos culminantes de la vida del poeta armenio, en lugar de seguir una narración lineal de los hechos y circunstancias. Así, la poeta ecuatoriana también va recorriendo, durante las ocho partes en que está dividido su libro, la vida del poeta, desde la niñez y la juventud, hasta llegar a la muerte y la transfiguración. El resultado es un libro brillante, plagado de destellos reflexivos y de hondas imágenes sutilmente irracionales, que se complementan para recorrer la existencia misma, con un lenguaje pulcro y pleno de sentido, y una madurez formal de una inusual belleza. El lector de Badillo Coronado debe estar preparado para sobrepasar los límites que separan el lenguaje y la vida, porque, como la propia poeta canta: “Mi lenguaje sobrepasa la oscuridad de estos versos / la verdadera luz jamás se describe”.

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TítuloJade puro. Autor: Li Qingzhao. Editorial: Hiperión. Edición: Papel

Título: El color de la granada. Autor: Carla Badillo Coronado. Editorial: Visor. Edición: Papel

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