La escritora norteamericana Jane Smiley ha mostrado su felicidad porque se puede volver a leer en español su novela Heredarás la tierra, convertida en un clásico moderno desde que fuera publicada en 1991, aunque ha reconocido que algunos de los hechos que cuenta han cambiado poco desde entonces.
Publicada ahora por Sexto Piso (Tusquets la había editado en los años 90 del siglo pasado), en la novela, Premio Pulitzer y Premio Nacional de la Crítica, muestra lo que se desencadena el día en el que Larry, un hombre severo y acostumbrado a mandar, decide ceder de forma inmediata la extensa propiedad a sus hijas.
Cuando Caroline, la pequeña, que es abogada y vive en la ciudad, muestra sus reticencias ante esta decisión, el padre dictamina que debe quedar al margen de la herencia.
Historia que se inicia en el año 1979, sobre relaciones familiares y amorosas, abusos y traiciones, es también un retrato de una determinada forma de agricultura en un país, entonces gobernado por el demócrata Jimmy Carter.
TODAVÍA HAY MUCHOS LARRY EN NUESTRO MUNDO
Smiley, que en las últimas horas ha caminado mucho por las calles barcelonesas, no ha escondido que a pesar de las tres décadas que han pasado desde que finalizara su obra sigue habiendo «muchos Larry en nuestro mundo, hombres que quieren salirse con la suya y que no piensan rebajarse ni cambiar por nada».
Sin embargo, «la mayoría de mis amigos y todos mis maridos son hombres decentes, considerados, atentos, con lo que tenemos gente que va a la suya y otros que quieren ayudar».
«En la historia de la humanidad —ha argumentado— 30 años es poco tiempo. Cuando los hábitos de maltratar a los otros tienen esta dilatada historia, cuesta muchísimo cambiarlos y hacerlos desaparecer, es como la cuestión racial en los Estados Unidos».
A su juicio, a las personas «nos gusta que las cosas avancen de la manera que ya conocemos, si no, nos ponemos nerviosos y tenemos miedo y rechazamos las novedades».
A pesar de ello, considera que hay gente que sí está abierta a las transformaciones y, por tanto, «lo mejor que podemos hacer es continuar intentándolo y esperar que, al final, las cosas salgan bien».
Justamente, en el libro aborda los cambios en la agricultura norteamericana, a partir de una familia ficticia de Iowa, y refleja cómo entonces había muchos propietarios, con sus pequeños reinos, mientras que ahora la mayoría de las granjas son «propiedad de grandes empresas, con mucho dinero y acres, y las personas que viven allí son trabajadores, muchos de ellos emigrantes y cómo les pagan es un interrogante».
«La agricultura —prosigue— es como cualquier otro modo de vida, está cambiando constantemente y mi esperanza es que en el futuro alguien diga que fui capaz de plasmar una buena imagen de una época concreta de nuestra historia».
Al final, apunta, «cada novela que escribes en presente acaba volviéndose ficción histórica. Por tanto, cuando lo lees dentro de 30 años puedes ver cómo se sentía la gente o cómo funcionaba la agricultura en aquella época».
Aunque oscuro, cree que el libro, convertido en película en 1997 con Michelle Pfeiffer, Jessica Lange y Jennifer Jason Leigh, tiene un punto de esperanza.
De hecho, indica que a la hora de leer prefiere los libros optimistas, y cita como a uno de sus autores favoritos a Charles Dickens.
Autora de una trilogía formada por Some Luck, Early Warning y Golden Age, avanza que el próximo libro que publicará es una «autobiografía alternativa de mí misma».
Relata la peripecia de una persona que tiene su misma edad, que ha ido a las mismas escuelas que ella y que se crió en San Luis (Missouri) como ella, pero «teniendo el talento de la música, que me gusta mucho, me anima, me encanta», especialmente la que compuso Gaetano Donizetti.
Precisa que en su casa, sin saber qué hacer, siempre se pone música y sabe «seguro que me sentiré mejor. Hubiera sido fantástico ser músico», remata.
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