¡Hola de nuevo! Hace unos días, César Pérez Gellida me decía por Twitter que, aunque gustándole el primer artículo del blog (cosa que me llenó de alegría), él haría una pequeña distinción entre “bestseller” y “longseller”. Voy a respetar su definición de manera textual, citando: hay libros que detonan (bestseller), mientras que otros arden para siempre (longseller).
Estoy muy de acuerdo con esta afirmación, y además, no seré yo quien contradiga a quien es capaz de imaginar más de cien formas de matarme y que parezca bonito hacerlo. Bromas aparte, es de uno de estos libros de los que vamos a hablar hoy. Uno de esos que siguen ardiendo, que arderán siempre y que estoy seguro de que casi todos los que estáis leyendo estas líneas, tenéis un ejemplar en vuestra casa.
Como pista os diré que su autora es la novelista más vendida de la historia. Sus libros son los más publicados sólo por detrás de Shakespeare y la Biblia. Es la autora más traducida y este libro ha vendido más de 100 millones de ejemplares en más de 100 idiomas distintos. Sí, sí, los números son correctos, no me sobra ningún cero. ¿Ya lo tenéis?… ¿No? De acuerdo, a ver ahora:
Diez negritos se fueron a cenar, uno de ellos se asfixió y quedaron: nueve.
Nueve negritos trasnocharon mucho, uno de ellos no se pudo despertar y quedaron: ocho.
Ocho negritos viajaron a Devon, uno de ellos escapó y quedaron: siete.
Siete negritos cortaron leña con un hacha, uno se cortó en dos y quedaron: seis.
Seis de ellos jugaron con una avispa, a uno de ellos le picó y quedaron: cinco.
Cinco negritos estudiaron derecho, uno de ellos se doctoró y quedaron: cuatro.
Cuatro negritos se fueron a nadar, uno de ellos se ahogó y quedaron: tres.
Tres negritos se pasearon por el zoológico, un oso los atacó y quedaron: dos.
Dos negritos se sentaron a tomar el sol, uno de ellos se quemó y quedó nada más que uno.
Un negrito se encontraba solo, se ahorcó y quedó… ¡Ninguno!
¡Exacto! Hoy hablaremos de Diez Negritos, de Agatha Christie.
Las cifras alcanzadas por la autora inglesa son mareantes: 66 novelas, más de 100 relatos, 17 obras de teatro, dramas radiofónicos, y un montón de creaciones más bajo el pseudónimo de Mary Westmacott, hacen de Agatha Christie una de las escritoras más prolíficas del pasado siglo. Educada en el seno de una familia cristiana acomodada, es conocido que Agatha Mary Clarissa Miller y su familia sentían cierta curiosidad por los temas esotéricos. Esta curiosidad terminó por derivar en un profundo interés por el misterio, que acabó dejándonos el legado literario que todos conocemos. El legado de Agatha Christie, considerada por una gran cantidad de lectores y crítica como una de las mejores escritoras de la historia, le ha conferido el sobrenombre de “Reina del Crimen”, debido a sus novelas magistralmente escritas y electrizantes de principio a fin. Aunque Christie catapultó a la fama a personajes como Hércules Poirot o Miss Marple, son novelas como la que hoy nos ocupa, las que mejor reflejan el talento y la calidad literaria de la autora británica. Como anécdota, citar que El asesinato de Roger Ackroyd fue considerada en 2013 como la mejor novela negra británica de todos los tiempos por la Asociación de Escritores de Crimen de Reino Unido.
Diez Negritos es la historia de diez desconocidos reunidos en una lujosa mansión, dentro de una isla llamada “Isla del Negro”. Cada uno es citado por un motivo diferente pero cuando todos se juntan para cenar, reciben el siguiente mensaje:
“Os acuso de los siguientes crímenes:
Edward George Armstrong, usted causó la muerte a Luisa Mary Gless el 14 de marzo de 1925.
Emily Caroline Brent, es responsable de la muerte de Beatriz Taylor el 3 de noviembre de 1931.
John Gordon McArthur, usted envío a la muerte con la mayor sangre fría al amante de su mujer, Arthur Richmond el 4 de enero de 1917.
William Henry Blove, es usted causante de la muerte de James Stephen Landor el 10 de octubre de 1928.
Vera Elisabeth Claythorne, el 11 de agosto de 1933 mató usted a Cyril Oglive Hamilton.
Philip Lombard en el mes de febrero de 1932 llevó a la muerte a veintiún hombres miembros de una tribu de África Oriental.
Anthony James Marston, el 14 de noviembre último mató a John y Lucy Combes.
Tornas Rogers y Ethel Rogers, el 6 de mayo de 1929 dejaron morir a Jennifer Brady.Lawrence John Wargrave, el 10 de junio de 1934 condujo a la muerte a Edward Seton.
Acusados: ¿tienen ustedes algo que alegar en su defensa?”
Christie desarrolló pronto la capacidad de hacer adictivos sus relatos y Diez Negritos es buena prueba de ello. Un lenguaje llano y directo pero sin simplezas, la extensión exacta de cada una de las historias que nos cuenta y el trepidante ritmo al que somete al lector, hace que aún hoy, casi cien años después, esta novela siga siendo un referente para toda obra de misterio. Para mí, en cualquier caso, hay algo que diferencia los libros de Agatha Christie de las del resto de autores. El reto. El enigma constante con el que nos desafía. Esa capacidad para despertar algo dentro del lector que hace que pongas el cerebro a funcionar. Diez Negritos es el máximo exponente de esta técnica. El impacto que Diez Negritos ha tenido en la literatura a lo largo de los años viene de que esta historia no te plantea un caso, sino que te reta a descubrir al asesino. Este detalle distingue esta obra del resto de novelas de la autora ya que, generalmente, tenemos un detective siguiendo pistas de diferente índole, pero aquí no. Los asesinatos son en tiempo real y el lector se vuelve parte activa de la novela al tener que analizar los comportamientos y frases de los habitantes de la isla si no quiere convertirse en la próxima víctima del asesino.
En esta historia al contrario que en otras, Christie consigue una buena ambientación sin ahondar en descripciones físicas, ni en mostrar cómo es la sociedad británica de la época sino que apoya todo el peso de la trama en los personajes. Es, claramente, una novela de personajes. Este es un detalle fundamental. Diez Negritos tiene ¡10 protagonistas! Todos son igual de importantes y van llevando el peso de la narración hasta el punto de tener una voz propia que diferencia a unos de otros. Personajes perfectamente perfilados de los que conoceremos su pasado y asistiremos a cómo la sospecha empieza a planear sobre cada uno de ellos. Personajes llenos de sospechas de las que sólo se libran al morir, haciendo de esta novela el máximo exponente de una de las normas de narración de la autora: “El detective nunca debe saber más que el lector”. En Diez Negritos, además, ambos coinciden. Es destacable además, la importancia de los personajes femeninos en esta obra y más aún cuando nos damos cuenta de que se trata de un texto de los años treinta. Un detalle maravilloso.
En definitiva, la novela es magistral. Es un thriller muy bien llevado bajo unos parámetros muy difíciles. Una trama en la que desde la primera página todo el mundo sabe lo que va a ocurrir y en la que lograr mantener el interés hasta el final, es una tarea de mucha dificultad. El ritmo narrativo es altísimo y la autora no da tregua al lector al pasar de un personaje a otro. Una novela que te absorbe y en la que aunque parece que tienes claro el final, en la última página se pone todo patas arriba. Diez Negritos es la antítesis de esos largos finales a los que les sobran cincuenta páginas. Un final original, conciso y magistralmente escrito que hace que te quedes con un gran sabor de boca.
Puedo decir que, aunque no me gusta particularmente hacer listas, Diez Negritos está entre mis diez novelas de misterio preferidas. Ya sea calidad, extensión, estilo, originalidad o cualquier cosa que se nos ocurra pedirle a un buen libro de misterio, Diez Negritos lo tiene. Agatha Christie, sus Diez Negritos y sus cien millones de copias vendidas ponen contra las cuerdas nuestra “paradoja” así que creo que me va a hacer falta que me echéis una mano. Para ello, no tenéis más que leerlo y como siempre, contádmelo después.
Un abrazo a tod@s.
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