Foto: Daniel Mordzinski
Escritor, periodista y «viajero de mochila». Javier Reverte, que falleció a los 76 años, fue uno de los grandes narradores de viajes en castellano y, como trabajador infatigable hasta el último momento, deja tras de sí tres libros que están aún por publicar.
Aunque pasó años trabajando como periodista, Reverte es sobre todo conocido por su faceta de gran viajero y gran escritor de viajes, para quien escribir era «una auténtica aventura y una forma estupenda de pasarlo bien».
El escritor será enterrado en Valsaín (Segovia), que era el lugar donde transcurría veranos en su infancia y donde ha pasado parte de sus últimos meses «muy bien acompañado de su familia, sus libros y su trabajo», ha señalado a Efe su editor David Trías.
Reverte, nacido en Madrid en 1944, fue compañero de viaje —real, literario y con la imaginación— de miles de lectores, que pudieron recorren con sus textos desde África al Amazonas, pasando por Alaska, Centroamérica, Italia o la Grecia clásica.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mostrado en Twitter su pesar por el fallecimiento del escritor. «Su pasión por viajar plasmada en sus libros, lo convirtieron en uno de los grandes referentes de la literatura de viajes en nuestro país. Seguiremos disfrutando su inmensa obra. Mi cariño a su familia y seres queridos».
En la misma red social, el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, ha destacado que de Reverte «nos queda su obra, su excelente literatura de viajes, aquella trilogía maravillosa sobre África».
Una trilogía que le alzó a la fama, en la que combinaba sus experiencias directas durante el viaje con referencias históricas, y que comenzó con El sueño de África (1996), seguida de Vagabundo en África (1998) y Los caminos perdidos de África (2002).
Un trabajador infatigable, «que no ha parado hasta el final», —destaca su editor— Reverte dejó tres nuevos libros preparados. El primero una novela, que será publicada en marzo y titulada Un hombre al agua, que habla de un Madrid apocalíptico.
También estaba corrigiendo el que será su último libro de viajes, sobre Irán y Turquía, país este último al que, pese a su estado de salud, viajó hace poco para rematar la información que necesitaba, y el tercero un texto autobiográfico.
Reverte era «un hombre muy comprometido y exigente. Se tomaba muy en serio su obra literaria y estaba preocupado y ocupado en terminar lo mejor posible» estos dos nuevos manuscritos.
«Era el mejor escritor de literatura de viajes en español, sin ninguna duda», opina Trías, quien recuerda que se consideraba «un viajero mochilero».
Le gustaba viajar solo, mochila a cuestas, hacer fotografías, pero no para compartirlas en redes sociales, ir a las bibliotecas de los lugares que visitaba, planificar sus viajes, vivirlos y, cuando volvía Madrid, escribirlos.
Sin embargo, todo había empezado en el mundo del periodismo, tras estudiar Filosofía y diplomarse en la entonces Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, en el que ejerció durante casi 30 años.
Llegó a ser subdirector del diario Pueblo, ejerció como corresponsal en Londres y París, fue enviado especial a diversos países y cubrió el conflicto de los Balcanes, además de trabajar en Televisión Española.
Sin embargo, siempre quiso dedicarse a escribir, recordaba en una entrevista con Efe en 2014. «Fui periodista por tradición familiar y porque también es el oficio de la palabra».
Reverte también escribió novela, ensayo y poesía, con títulos como Barrio cero (2010), además de una trilogía sobre la Guerra Civil y los primeros tiempos del franquismo, otra sobre la situación social en Centroamérica o el poemario El volcán herido, hasta su última obra publicada: Suite Italiana (2020).
«Toda su obra está viva en el catálogo de Penguin Ramdom House» y obras como la trilogía de África o Corazón de Ulises son libros de «referencia que se reimprimen constantemente, algo que —dice Trías— le hacía mucha ilusión».
En los últimos años, Reverte fue uno de los creadores de la plataforma «Seguir creando», nacida para luchar por la modificación de un artículo de la Ley de Régimen de la Seguridad Social, que impedía compatibiliza el cobro de la pensión con los derechos de autor y que, desde el punto de vista jurídico se solucionó el año pasado.
Reverte, uno de los afectados directos a quién la Seguridad Social multó por este motivo, fue una de las «puntas de lanza» de aquella plataforma junto a autores como el humorista gráfico Antonio Fraguas, ‘Forges’, señala a Efe Manuel Rico, presidente de la Asociación Colegial de Escritores.
Era «un gran luchador por las causas sociales», destaca por su parte Trías. «Javier no se callaba y no se cortaba. Luchaba no solamente por lo que él consideraba justo para él a nivel personal, sino también a nivel colectivo».
Un hombre que «siempre viajaba hacia adelante», recuerda su editor. Cuando recientemente le preguntó adónde iría si pudiera hacer un ultimo viaje, ese sitio no era África, «donde fue tan feliz», pues le contestó: «No, no. El mejor viaje es siempre el siguiente, iría a un sitio donde nuca haya estado».
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: