Un premio seguro en tiempos inciertos. Así ha sido el Planeta de este año. En medio de una ceremonia cargada por la tensión política de la crisis independentista catalana, el escritor Javier Sierra se ha alzado como ganador del LXVI Premio Planeta con El fuego invisible, una novela presentada como La montaña artificial y firmada con el pseudónimo Victoria Goodman. El puesto del finalista correspondió a Cristina López Barrio con Niebla en Tánger, manuscrito que concursó como La nueva vida de Penélope y firmada con el pseudónimo Bella Linardi. Autores solventes, con buenas cifras de ventas y capaces de entretener. Una apuesta directa y sin equívocos, al menos de cara al último trimestre editorial.
El anuncio de Javier Sierra como ganador del Planeta no ha sorprendido. Es un autor de la casa y con una obra de éxito comercial que garantiza lectores. El veredicto se dio a conocer en la tradicional cena celebrada en el Palau de Congresos de Catalunya y tras el reciente cambio de sede del Grupo desde Barcelona a Madrid, una medida anunciada justo después de la declaración unilateral de independencia. A pesar de eso no hubo ni una sola palabra al respecto ni en las palabras de los ganadores ni en las intervenciones del jurado. Las declaraciones más significativas ya las había hecho la directiva de Planeta en la rueda de prensa de la víspera. Así que las intervenciones de los ganadores se centraron, por supuesto, en las novelas.
El fuego invisible, con la que Javier Sierra se impuso en las deliberaciones del jurado, está protagonizada por un joven profesor radicado en Dublín, un personaje de raíces españolas (es nieto de un famoso escritor fallecido) que permitirá a Sierra volver al mecanismo que sabe usar: el misterio y su infalible receta del tipo «Santo Grial». El personaje terminará envuelto en la búsqueda de un objeto de propiedades misteriosas que despierta el interés y la codicia de otros. Sierra apela así al mecanismo de El maestro del Prado (Planeta 2013), su décima novela, que mezclaba la historia del arte, las profecías y los secretos oscuros detrás de las pinturas de la pinacoteca más importante de España. El éxito de novelas anteriores suyas como El ángel perdido, La dama azul o La cena secreta—publicadas en más de cuarenta países—, apuntan a Sierra como una opción de solvencia editorial y comercial para tomar el testigo de Dolores Redondo, ganadora de la edición pasada del Planeta con Todo esto te daré, una novela que ha registrado las mejores cifras de ventas en los últimos años del Premio.
La historia de El fuego invisible nace, según explicó Sierra en la rueda de prensa del domingo por la noche, de una primera lectura de El cuento del grial, de Chrétien de Troyes, «una novela frustrada porque no termina de resolver la pregunta que da título al poema medieval de qué es el grial». A partir de esa incógnita, Sierra se pone las botas de Wolfram von Eschenbach, que es quien escribe la continuación veinte años después con «Parsifal», y de Robert de Boron, quien con el cuento de Merlín trata también de resolver esa historia. Con estos mimbres, Sierra construye «una trama de intriga participante para que el lector vaya descubriendo por sí mismo las pistas y los cebos que el autor le va tendiendo», .
La finalista, Cristina López Barrio (Madrid, 1970), tiene sus bemoles este año. Entre otras cosas, porque supone un zarpazo al catálogo de Plaza & Janés, el sello en el que hasta ahora había publicado sus primeros libros y que pertenece a Penguin Random House, grupo competidor de Planeta en España. La novela elegida como finalista por el jurado, Niebla en Tánger, narra la historia de una mujer atrapada en la mediocridad cuya vida “da un giro después de acostarse con un desconocido”. La búsqueda de ese “hombre misterioso” la lleva a una “ciudad exótica”, para encontrar a la autora de una novela cuyo protagonista se llama igual que su amante. “Es una novela con toques de metaficción”, comentó en la rueda de prensa. Cristina López Barrio, al igual que Sierra, viene con un buen historial de lectores. Ganó el II Premio Villa de Pozuelo de Alarcón de Novela Juvenil, de la editorial Everest (2009). Con su primer libro para adultos, La casa de los amores imposibles (Plaza & Janés, 2010), se dio a conocer al gran público. Su segunda novela, El cielo en un infierno cabe (Plaza & Janés, 2013) fue traducida a distintas lenguas.
El Premio Planeta de Novela, que está dotado con 601.000 euros para la obra ganadora y 150.250 euros para la finalista, ha sido concedido por un jurado integrado por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales. Este año se recibieron 634 novelas. Madrid (68) y Barcelona (46) son las provincias españolas de las que proceden más manuscritos. Del extranjero, destacan las procedentes de América del Sur (127 obras), América del Norte (71), América Central (19) y resto de Europa (17). En América, los países con más escritores que han presentado sus originales al premio son: México (47), Argentina (41), Colombia (35), EEUU (21) y Venezuela (19
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