Joaquín Sabina pide en verso el Premio Cervantes para Bryce Echenique

Era un acto de «celebración de la vida y obra» del autor de Un mundo para Julius, y así, junto a las obras literarias de Bryce Echenique (Lima, 1939), sus amigos han recordado anécdotas, reuniones, viajes y juergas en los años en los que el escritor vivió en la capital española.

Antes de eso, Bryce Echenique depositó este martes en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado consistente en varias ediciones de sus obras en diferentes idiomas, así como libros de sus obras que había dedicado a varios amigos que tiene en Madrid y a los que ha pedido que se los cedieran al Cervantes. Es un «legado de amistad», según ha indicado el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que ha explicado que el depósito de Bryce Echenique permanecerá guardado en la caja de seguridad número 1216 de esta antigua cámara acorazada bancaria durante un siglo: su apertura se producirá en julio del año 2119.

Tras este homenaje, en el que Bryce Echenique ha mostrado su agradecimiento a sus amigos madrileños, el autor peruano ha participado en una mesa redonda con algunos de ellos: Almudena Grandes, Joaquín Sabina, Chus Visor y José Esteban. Son algunos de sus más queridos amigos españoles, con quienes alternó durante su larga residencia en España, que han recordado entre risas anécdotas durante sus salidas nocturnas en Madrid, viajes y reuniones. Entre ellas una que, como ha recordado el propio director del Cervantes, Luis García Montero, «dio la vuelta al mundo» y en la que participaron varios de los asistentes, entre ellos él mismo. Ocurrió en la clausura de un curso de verano en Roquetas de Mar, en Almería, tras una noche en la que, ha recordado el director del Cervantes, el escritor peruano no había dormido mucho. Durante el discurso de clausura, el director del curso, José Caballero Bonald, habló en un momento dado del filólogo Manuel Alvar. «Y entonces Alfredo dijo: «Eso, eso, todos al bar, todos al bar».

Joaquín Sabina ha sido otro de los amigos del autor peruano que ha participado en el encuentro, al que ha dedicado varios poemas, el último de ellos pidiendo que le concedan el Premio Cervantes. Con Bryce Echenique, ha recordado, ha tenido tres tipos de relación: la primera de admiración por su obra, pero no por Un mundo para Julius sino por La vida exagerada de Martín Romaña, a su juicio una de las mejores novelas escritas en español. Sabina ha destacado la maestría del peruano en utilizar el humor y el sentimentalismo, «tan difícil en el límite de hacernos reír o llorar». Y también ha destacado sus «antimemorias» y sus cuentos, que ha considerado un prodigio. También le ha conocido como amigo porque es una persona muy dotada para la amistad, ha indicado Joaquín Sabina, tanto que a los diez minutos de conocerle se hizo «hermano». Y la tercera forma es desde la añoranza que tiene de él desde que Bryce Echenique se fue de Madrid.

La autora madrileña Almudena Grandes ha destacado también que ha conocido a Bryce como lectora, como autora y como amiga y vecina. «Es un escritor que me ha influido mucho como autora y escritora. Cuando construyó Un mundo para Julius creó un mundo para mí», ha recordado Grandes, que ha dicho que «Alfredo tiene una voz personal absolutamente inconfundible en el equilibrio imposible de las emociones».

«¿Qué voy a decir, qué puedo hacer? Me he quedado totalmente tieso. Agradecido por palabras de cariño y afecto. Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido, como decía el cantante mexicano Pedro Vargas», ha señalado el homenajeado.

Antes, en declaraciones a los periodistas, Bryce Echenique ha asegurado que fue absuelto «plenamente» de las acusaciones de plagio en las que se vio envuelto hace años. «Contraté un abogado, gané el juicio en primera y segunda instancia y la Fiscalía no solo me absolvió plenamente sino que archivó el asunto definitivamente», ha recalcado.