Las novelas de John le Carré son un material puramente cinematográfico, tanto que ha sido fácil mantener su esencia en el salto a la gran y pequeña pantalla, con excelentes adaptaciones, como El espía que surgió del frío, El jardinero fiel, El topo o El infiltrado.
John le Carré y el cine
La primera de las adaptaciones de sus novelas fue la que Martin Ritt realizó en 1965 de El espía que surgió del frío, tan solo dos años después de su publicación. Fue el primer éxito de ventas de Le Carré, y su fiel traslación al cine se convirtió inmediatamente en un clásico cinematográfico, apoyado en la soberbia interpretación de Richard Burton, que fue nominado al Oscar por su trabajo.
Un año después, otro director de renombre, Sidney Lumet, contaba con James Mason como el agente Smiley y, adaptando su primera novela, Llamada para un muerto, logró el éxito en Reino Unido y optó a cinco premios BAFTA.
La chica del tambor, con Diane Keaton y dirigida por George Roy Hill, se estrenó en 1984 y mantuvo el nivel. Una de las novelas más populares de Le Carré, que volvió a ser adaptada, esta vez para la televisión hace tan solo dos años.
En 1990 le tocó el turno a La Casa Rusia, con Sean Connery y Michelle Pfeiffer y guión de Tom Stoppard, que fue una digna adaptación, aunque ha soportado mal el paso de los años.
Y en 2005 llegó la película más recordada de las basadas en las novelas del escritor británico, El jardinero fiel. Basada en el libro homónimo publicado en 2001, centrado en las intrigas de la industria farmacéutica, este filme supuso la puesta de largo del brasileño Fernando Meirelles en el cine internacional tras Ciudad de Dios. Las interpretaciones de Ralph Fiennes y Rachel Weisz —ganadora del Oscar por esta película—, el espectacular tratamiento cromático y la bellísima partitura del español Alberto Iglesias —nominado al Oscar— garantizaron la calidad de este filme, que consiguió que, por primera vez, un guión basado en material del escritor optara a los premios de la Academia.
El perenne tirón del espionaje en lo literario y en lo cinematográfico fue explicado por el propio John le Carré cuando, además de prestar su novela El sastre de Panamá a John Boorman, produjo y escribió el guión de su adaptación cinematográfica, estrenada en la Berlinale de 2001 y ajena ya a la bipolaridad de la Guerra Fría. «Es posible que con la caída del Telón de Acero los espías hayan perdido fuerza en términos de relato, pero siguen ahí. En el mundo siempre habrá espías», sostuvo entonces el escritor, para quien la única diferencia es que los espías en la actualidad «no se mueven por ideales sino por dinero». Aquella película no fue una de sus adaptaciones mejor recibidas, pese a las interpretaciones de Pierce Brosnan, Jamie Lee Curtis y Geoffrey Rush.
Sí está entre las mejores adaptaciones de sus textos El topo (2011), dirigida por el sueco Tomas Alfredson, con un espectacular reparto encabezado por Gary Oldman, acompañado por Colin Firth, Tom Hardy, John Hurt o Benedict Cumberbatch. El libro, escrito en 1974, tuvo en 1979 una brillante adaptación televisiva protagonizada por Alec Guinness, pero Alfredson aportó una mayor contención, una imagen claramente pictórica y un elegante corte clásico, subrayado por otra gran partitura de Alberto Iglesias, de nuevo nominado al Oscar. «Fue el mejor guión que leí este año y no necesité mucho tiempo para decidirme», explicó Colin Firth a EFE tras la presentación del filme en el Festival de Venecia.
Anton Corbijn se encargó de la siguiente adaptación, El hombre más buscado (2014), con una de las últimas interpretaciones de Phillip Seymour Hoffman, que fallecería al año siguiente. Una película más trepidante que otros de los filmes basados en la literatura de Le Carré.
Las últimas traslaciones destacadas han sido dos series de televisión. La ya mencionada La chica del tambor y El infiltrado, con Hugh Laurie y Tom Hiddleston, en la que la directora danesa Susanne Bier supo mantener la elegancia de los personajes trazados por Le Carré en sus novelas, y que fue una de las series más destacadas de 2017, con tres Globos de Oro (Hiddleston, Laurie y Olivia Colman).
También se anunció recientemente un proyecto para adaptar de nuevo El espía que surgió del frío para la televisión: un ejemplo de que los espías, la Guerra Fría y, sobre todo, la visión cinematográfica de Le Carré, no pierden vigencia.
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