El escritor José María Merino ha querido volver a la literatura comprometida, y lo hace con un libro de relatos en los que advierte sobre el cambio «profundo, rotundo y peligroso» que afronta el planeta: «Dios debe de estar harto de cómo estamos llevando las cosas», dice en una entrevista con Efe.
Son cincuenta cuentos con los que Merino, Premio Nacional de Narrativa y Premio Nacional de la Crítica, entre otros muchos galardones, quiere alertar de la falta de conciencia que hay en la sociedad sobre el futuro de la Tierra, y la «desazón» que le causa lo que el premio Nobel de Química Paul Crutzen denominó Antropoceno, una nueva era geológica causada por la influencia del comportamiento humano sobre la Tierra.
La línea que llevamos es hacia un futuro «más oscuro», sostiene el escritor José María Merino (A Coruña, 1941), que echa de menos una «conciencia planetaria» del momento histórico, y cree que es peligroso, a pesar de que, sostiene, no quiere ser «apocalíptico». Así, ha querido retornar a la literatura comprometida, ya sea a través de la sátira, lo fantástico, lo onírico o lo distópico, para despertar conciencias del momento que atraviesa el planeta y de los cambios que se estén llevando a cabo, frente al «negacionismo» que, asegura, todavía existe. Algo que ya hizo en 2008 con otro libro de cuentos, titulado Las puertas de lo posible, que en cierto modo, dice, ya expresaba su desazón con lo que se vive en la actualidad.
El cambio climático, los nuevos recursos, el empleo masivo de plástico, la deforestación, la ganadería masiva, el uso de insecticidas y las nuevas tecnologías están transformando la sociedad, y a estos cambios quería dedicar su escritura José María Merino. Porque «esto no es un invento», sostiene el autor, que asegura que la Tierra está sufriendo «un cambio rotundo, profundo y peligroso, y no hay conciencia. Tengo una nieta de 5 años y pienso qué va a ser de su futuro».
José María Merino cree que el ser humano es «demasiado avaricioso» y sostiene que ese es posiblemente el origen de los males. También hay que resolver, dice, la fragilidad de los sistemas democráticos: «Con lo que nos ha costado en España tener una Constitución, y que estemos siempre a la greña, que nunca tengamos adversarios sino enemigos…». «¿Hacia dónde vamos?», se pregunta José María Merino, que dedica otro de sus cuentos a la manipulación de las voces: «Ahora no sabemos lo que es verdad o una manipulación. La falsa verdad anda por ahí continuamente danzando».
En el prólogo de su libro de relatos, un hombre decide volver a visitar con calma, cuando empieza su jubilación, los sitios recordados de su juventud, pero lo que descubre es desalentador y tiene la sensación de que «su jubilación personal, cuando ya tenía severos avisos de decadencia física, fuese una forma simbólica de la jubilación del planeta, cada vez más acorralado por las sucesivas actuaciones dañinas de una especie que, a su juicio, no había sabido acoplarse a él». También, uno de sus personajes dice en el libro: «Esto se va a la mierda». Y el autor asegura que es el lector el que tiene que deducir si comparte esta impresión: «No sé si esto se va a la mierda pero, que desde luego que no estamos bien orientados, está claro; estamos derivando por una zona demasiado incierta».
Sobre los efectos de la pandemia del coronavirus en el mundo, recuerda que «de la peste de los siglos XIII y XIV acabó naciendo el Renacimiento, y a lo mejor de esta terrible pandemia viene algo positivo».
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