Foto de portada: Jeosm
Presentar al complejo personaje que es Juan Hermida es tarea complicada que requeriría mucho tiempo, así que me centraré en describir una de las muchas facetas que ocupan su larga trayectoria: la de escritor.
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—¿Cómo se define a nivel profesional?
—Como historiador del juguete. Para mí el juguete es algo serio. No sólo retrata el grado de desarrollo de los pueblos, sus gustos, aficiones, costumbres o creencias, además de la actitud de la sociedad hacia el juego, sino que refleja su concepción del papel de la infancia.
—Está claro que antes de escribir se le tuvo que despertar el instinto coleccionista.
—Empecé a coleccionar juguetes como hobby por la nostalgia de la niñez, hace casi treinta años. Fue lo que me provocó empezar a conocer e investigar las historias que había detrás de ellos. Como circulaban muy pocos catálogos entre un grupo reducido de coleccionistas, fui a las fuentes originales y pasé varios años visitando diariamente el registro de patentes y marcas, porque si bien los fabricantes de juguetes no patentaban todos sus artículos, sí sus marcas. De esta manera conseguí localizar a los propietarios o sus herederos, transmitiéndome su historia. Una vez conseguí montar ese inmenso puzle, pensé en compartirlo con los demás por medio de libros.
—¿Cuánto tiempo ha invertido en esta trilogía?
—Toda la vida. Es decir, la cantidad de conocimientos que he ido y sigo acumulando desde hace casi treinta años es lo que me permite hacer estos libros tan documentados. Para mí es fundamental seguir aprendiendo cada día.
—¿Qué nos encontraremos en estos libros? ¿Por qué vale la pena leerlos?
—Esta trilogía está basada en uno de mis primeros libros, Plastic Toy Figures Made in Spain, publicado en el 2012. Una edición de lujo muy ilustrada, con un formato de 30×30 centímetros, 640 páginas y limitada, que es muy buscada pero ya imposible de conseguir. Es por todo ello que decidí actualizarlo y tematizarlo en tres grandes áreas: el Oeste, soldaditos tanto históricos como de la Segunda Guerra Mundial, y un tercero con el resto de las series dedicadas al circo, Tarzán, buzos, animales… En un formato manejable y a un precio asequible. Siendo los indios y vaqueros y los soldaditos de plástico en general un juguete tan popular en España, esta trilogía tiene un componente nostálgico, y con ella quiero que los lectores disfruten de esos momentos entrañables.
—¿Qué le reporta a nivel personal editar este trabajo?
—Escribo y publico libros que a mí me gustaría tener. Lo que más me motiva es cuando me dicen que con ellos han conseguido pasar un rato de nostalgia y felicidad. Es lo que más me satisface, lo que más busco.
—No quiero ser indiscreto y se puede reservar la repuesta si lo considera. No conozco a ningún escritor en su género que viva de la venta de sus libros. ¿Es usted una excepción?
—Es que antes se me olvidó decirle que también soy “funambulista”, siempre ando haciendo equilibrios sobre el alambre. (Risas). Para conseguirlo, los publico en mi propia editorial, Coleccionismo de Juguete, en ediciones muy cuidadas, y los financio por medio de crowdfunding, así que cuando salen a la luz normalmente ya están vendidos. El último libro que publiqué dedicado a Juguetes Borrás, Palouzié y Poch (PBP), La historia del juguete, vendió 2.900 copias, figúrese. Por lo que veo, la trilogía que acabo de publicar dedicada a las figuras de plástico fabricadas en España y decoradas a mano por familias en sus casas alcanzará una cifra muy superior.
—¿En qué próximos proyectos está trabajando?
—El próximo año publicaré varios libros también muy visuales, titulados Coches de juguete y Cochecitos de juguete, que recogen todos los modelos fabricados en España durante el siglo XX por empresas como Payá Hermanos, Rico, Pilen, Dalia, etc. Otro dedicado a los dibujantes que ilustraron las cajas de juguetes, con las que se perseguía impulsar aún más la imaginación de los niños y que muchas son auténticas obras de arte: el trabajo realizado por Rafael López Espí, Vicente Segrelles, Ballestar, Rafael Cortiella, Bargalló, Roc Riera Rojas, Karpa, Grupo Crónica o Ramón Sabatés entre otros. Ellos ilustraron las cajas españolas de Juegos Reunidos, Masters del Universo, Madelman, Magia Borrás, Scalextric, Comansi o Ibertren. Para el 2025 estoy trabajando en un libro que por primera vez va a recoger las 24 empresas de juguetes de Núremberg que fueron arianizadas tras la ascensión de Hitler al poder, de las cuales algunos de estos fabricantes y artesanos judíos vinieron a España incorporándose a la industria del juguete antes de la Guerra Civil, tan importantes como la familia Spear, creadores del Scrabble y otros muchos juegos instructivos.
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