El escritor chileno Juan Pablo Meneses asegura que será la literatura la que escribirá la historia y lo hará de una manera fidedigna, a partir de la ficción.
Meneses cree que la sociedad ha vivido engañada, con la certeza de que no ficción significa verdad y ficción es mentira, lo cual calificó como una falacia porque gran parte de la no ficción es mentira, por tener un solo punto de vista y la buena ficción tiene una verdad imposible de encontrar en otra parte.
Considerado como uno de los cronistas más lúcidos de habla hispana, el chileno está en México presentando Una historia pérdida, su primera novela, que recrea un suceso de los ataques al Palacio de La Moneda (sede de Gobierno) en Santiago de Chile en 1973.
Publicada por el sello Tusquets, la obra de 258 páginas relata la historia de un escritor que de niño fue testigo del bombardeo de los hombres de Augusto Pinochet a la capital chilena y decide investigar sobre un piloto que giró su avión y disparó contra el hospital de la Fuerza Aérea.
Ganadores de caricatura
Pablo, el protagonista de Una historia perdida, escribe historias de chilenos exitosos por el mundo que vende a una revista. Son ganadores de caricatura, como el que triunfa vendiendo tortilla en un carrito en New Jersey, pero a la editora le sirven.
«Funciona en el mundo actual inventarnos historias de éxito como una especie de telenovela cotidiana, en la cual estamos viendo finales felices que en realidad no son así, pero nos queremos inventar ese tema porque la gente que dirige a los medios piensa, y lo debe tener medido, que esas historias funcionan», contó.
El libro habla sobre Chile, pero también recrea el tema de las relaciones, la emigración y la escritura, con un homenaje al argentino Tomás Eloy Martínez, una de las plumas principales de la literatura en español en el siglo XX y principios del XXI, quien ligó en su obra la buena ficción con la crónica.
«Fui parte de un taller con Tomás Eloy y en el libro hay una recreación de eso. Él participó en el boom de la novela latinoamericana, pero era muy joven, y participó en este boom de la crónica latinoamericana, pero era muy mayor. Puede ser como un nexo», explicó.
Con Martínez, como uno de los modelos, Una historia pérdida liga ficción con realidad y puede verse como una crónica novelada o una ficción construida con los materiales de la verdad.
«Siempre yo digo que pasé de la crónica literaria a la literatura crónica», sostuvo.
Un país partido
Meneses, un niño bombardeado como el personaje de su novela, cree que medio siglo después de la dictadura de Pinochet (1973-1990), Chile es un país dividido, con una herida abierta.
«Estos 50 años han servido para demostrar que esa cicatriz es permanente. Es una sociedad dividida que está en proceso de escribir una constitución; cuando la escribe un bando, el otro la rechaza; y cuando el bando que rechazó la va a escribir, el otro la rechaza. Hay que vivir con esas divisiones y eso es difícil», señaló.
Cree el fabulador que la verdad de lo sucedido en el país no se conocerá jamás porque el poder escondió detalles de los bombardeos y de lo que pasó después y un ejemplo de eso es la historia del piloto, punto de partida de su novela.
«Hasta hoy, la Fuerza Aérea nunca ha reconocido que se bombardeó el hospital. Esta novela pone ahí esa historia que yo viví. Mi primer recuerdo también es mi primer registro de cronista. Yo soy cronista desde el día que tengo uso de razón porque mi primer recuerdo es ese bombardeo que terminé escribiendo», concluyó.
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