Si no hubiera existido todo ese ruido mediático en torno al nombre de Carmen Mola tras descubrirse el pastel, todos los artículos que hablan de la novela ganadora del Premio Planeta de este año comenzarían diciendo que, en tiempos de la COVID, se ha alzado con el galardón una novela marcada por la peste. Algo que resulta llamativo, o quizás no tanto, puesto que la novela fue concebida durante el confinamiento y, evidentemente, todos nos vimos más que afectados por ello.
Superada esta primera parte en la que se sacrifica el término trepidante para ganar profundidad en la acción y presentar personajes periféricos, la maquinaria negra se pone en funcionamiento y la novela empieza a girar hasta convertirse en lo que todos habíamos estado esperando, y nos deja sorprendidos al desvelar su gran secreto mientras aún le queda recorrido.
Construida sobre una prosa simple y dispuesta a desnudar la maldad y la vileza tanto del ser humano como de la época en la que le ha tocado vivir a los protagonistas, deja al lector impactado más que sorprendido por algunos de sus pasajes mientras pensamos si no es algo habitual en el ser humano eso de que los peores momentos escondan aún más profundamente lo mejor de nosotros mismos. Cargan tintas en ambientación y también en el fondo de los personajes que transitan la historia, muchos de ellos niños que pierden la inocencia, y tocan extremos buscando ese toque de sensacionalismo literario que arrastra página a tras página a sus lectores desde que publicaron La novia gitana.
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Autor: Carmen Mola. Título: La bestia. Editorial: Planeta. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
Mucha documentación no hay porque la «perra chica» y la «perra gorda» aparecieron con la peseta de España hacia 1870. Hubo antes una peseta catalana, pero equivalía a dos reales.