Hace unas semanas retraté a Alberto en su casa de Madrid. Disfruté mucho retratándolo en los diferentes espacios de su hogar, rodeado de libros y de muebles con mucho estilo y personalidad.
Para saber más sobre Alberto:
Alberto Marcos (1977) nació en Madrid. Es licenciado en Historia. Fue redactor y guionista de televisión, una labor que compaginó con diversos trabajos como autor y corrector para diferentes editoriales. Actualmente, trabaja como editor en Penguin Random House, en el sello de Plaza y Janés, y da clases de Edición en el máster de la Universidad Autónoma de Madrid y en el de Gestión Cultural de la Universidad Complutense de Madrid, entre otros sitios. En 2013 publicó La vida en obras en Páginas de Espuma. Hombres de verdad es su segundo libro de relatos, publicado también por Páginas de Espuma en 2020.
«Va a hacer un año desde que se publicó mi segundo libro de relatos, Hombres de verdad, en la editorial Páginas de Espuma. El día de la presentación en Madrid —el 14 de marzo—, coincidió con el sábado en el que Pedro Sánchez anunció el estado de alarma. En plena pandemia, la andadura de estos Hombres de verdad ha sido errática, sin actos, sin presentaciones, sin firmas, apoyada sobre todo el mundo telemático. Así que tengo la sensación de que mi próximo proyecto sigue siendo este, que no ha terminado todavía, que mis cuentos sobre hombres que se cuestionan su rol en una sociedad tradicionalmente patriarcal, que mi reflexión sobre la identidad sexual y las nuevas masculinidades son más pertinentes que nunca. Que todavía les queda mucho que recorrer y yo voy a estar ahí acompañándolos en el viaje. Lo que venga después… ya veremos.
Nos recomienda este libro a los lectores de Zenda:
Un lector poco informado puede acercarse a Poeta chileno pensando que va a encontrar un retrato ombliguista del mundo literario en Chile, y nada más lejos de la realidad. Alejandro Zambra reflexiona en su novela sobre la escritura, sí, sobre la narrativa y la poesía, sobre la figura del autor, pero alejándose de complacencias y falsos distanciamientos, desde la ironía, la ternura, la compasión, el humor, sin obviar su importancia ni tampoco su impostura. Siempre me dan pereza las novelas sobre escritores y el oficio de escribir, y, sin embargo, Zambra sitúa el corazón de su historia en la relación entre un hijo y su padrastro, lo que le sirve para cuestionar la masculinidad tradicional —un tema que me interesa mucho y que engancha directamente con mi libro de relatos Hombres de verdad—. Más allá de todo eso, no obstante, es un libro lucidísimo, perfectamente escrito, muy divertido y con un final con el que es difícil no soltar unas lágrimas. Reír y llorar: ¿qué más se le puede pedir a una novela?
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