Y tatué tus alas sobre mis cenizas…
La mariposa tiene muchísimos significados en diferentes culturas, así que tome esos significados y los fui desarrollando en el poemario. Los temas que trato son la muerte, la superación personal, las relaciones, las redes sociales, el amor, el desamor, la creación poética, todo ello (como buena filóloga clásica) sazonado con las perlas del pasado grecorromano y de la filosofía estoica.
Esa tradición grecorromana se cuela entre las fisuras de la página en blanco para dejar su impresión en los poemas y relatos. El Minotauro deja de ser un monstruo extraño y odioso para convertirse en tu propio ser interior, ese que te reprime, que no te deja ser quien eres, ese al que tenemos miedo, ese al que en realidad debemos liberar. Las reticencias ante el amor construyen aquellas murallas de Ilión, que solo el aqueo traspasó debido a un engaño, el del caballo: el del falso amor. Y Ulises volverá tras años a su patria, abandonando la inmortalidad para habitar el alma de Penélope. Una tradición vestida de modernidad y de imágenes que nos recuerdan al pop o el rock español.
Pero en La estación de las mariposas no solo encontrarás poesía, podrás acercarte a mi narrativa a través de diferentes relatos, microrrelatos y nanorrelatos que para mí son ejercicios de inventiva y creatividad. Relatos que hablan en su gran mayoría de mujeres, mujeres que sufren y cuyas historias, sin duda, te tocarán el alma.
La edición del poemario, como el anterior, es fresca y diferente, llena de magia y de imágenes que tienen su propio significado. De hecho, las mariposas revolotean por el libro porque, como he dicho anteriormente, ellas son símbolo de vida, muerte, resurrección, creatividad e inspiración.
Espero que le des una oportunidad a este librito que puedes encontrar en Amazon, en Todos Tus Libros o en cualquier librería bajo pedido. Si llega a tus manos es porque necesitas escuchar algo que hay en él. Y si te ha ayudado, solo te pido que lo compartas conmigo, porque para eso están concebidos mis poemarios: para ayudar.
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Ser poeta
Eso es ser poeta:
fecundar la palabra,
preñar la metáfora
para engendrar el verso.
Amé tanto
Amé tanto, que la vida no supo que hacer con tanto amor.
Amé tanto, que solo quedaron lágrimas,
escondidas tras las palabras.
Amé tanto, que perdoné lo imperdonable.
Amé tanto, que olvidé incluso el hambre.
Amé tanto, que no cuestioné lo cuestionable.
Amé tanto, que me dejé arrastrar por la corriente.
Amé tanto, que soporté lo insoportable.
Amé tanto, que ante los agravios ciega quedé.
Amé tanto, que el dolor no dolía.
Amé tanto, que los insultos se convirtieron en caricias.
Amé tanto, que dejé que me trataran como un perro.
Amé tanto, que mi bandera fue el desconsuelo.
Ame tanto…
Amé tanto, que me olvidé de mi propio yo.
Pero la vida enseña, a veces tarde:
Amar tiene mínimo una condición,
que te ames tu primero,
si lo que quieres recibir
es amor.
Ulises
Llegará ese Ulises
que surque mi mar de arrugas,
terminando su viaje
en la Ítaca que forma
un triángulo entre mis piernas.
No se asustará
de los cantos de sirena
que contra el espejo mi locura arroja.
Terminaré mi telar de espera.
Matará a aquellos que
no querían nada.
Y se quedará
para habitar mi alma.
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Autor: María del Mar Carrillo. Título: La estación de las mariposas. Venta: Amazon.
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