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La estación de las mariposas, de Mar Carrillo

La estación de las mariposas, de Mar Carrillo

Y tatué tus alas sobre mis cenizas…

El pasado 1 de diciembre salió a la venta mi segundo poemario, y os tengo que contar cómo se gestó. Fue a raíz del primer poemario, Imbricaciones textuales. Una chica a la que conocí en una manifestación en Madrid en defensa de las clásicas y que seguía mi trabajo decidió darle una oportunidad a mi obra poética y leyó el libro. Una de las cosas que siempre digo a mis lectores es que si han encontrado el mensaje que hay ahí para ellos, se pongan en contacto conmigo, y así hizo.

Me escribió para decirme que le había gustado mucho, que se había sentido muy identificada y me contó su historia. Una historia que comenzaba en un pueblecito de Andalucía, de esos tan pequeños que casi no hay aire que respirar, donde las ventanas son grandes ojos y las conciencias de sus habitantes apestan a lejía. Allí vivía una vida apegada a las costumbres, con su trabajo, su casa, su familia y su marido. Todo dentro del orden regido por una sociedad pacata y tradicional, pero empezó a sospechar. Algo no encajaba. El marido cada vez tardaba más en llegar, cada vez más cansado, cada vez más diferente, así que un día decidió seguirlo para ver qué estaba pasando. Llegó solo a un hotel, de esos que tienen el aparcamiento en el sótano y metió su coche en él. Un rato después llegó una mujer en taxi, una mujer que conocía bastante bien, y entró en el hotel. Espero un par de horas, hasta que las fauces del hotel se abrieron y de ellas salió el coche. Ella, que ya no tenía sospechas sino certezas, se lanzó sobre el capó del coche y lo hizo parar. Dentro, en el asiento trasero, escondida, estaba su amiga. Decidió entonces dejar al marido, pero quien tenía que apoyarla (su familia), no la apoyó como debía. Era mejor guardar las apariencias. Rompió con todo y se marchó del pueblo, llevándose con ella la tristeza, la decepción y una depresión. Le costó levantar cabeza, y para poder avanzar decidió colocarse unas alas de mariposa, unas alas físicas a las que les dio unos poderes especiales. Unos poderes que la hacían fuerte, decidida y valiente. Encontró un grupo de terapia que hacía precisamente eso, y con el tiempo pudo interiorizar todo lo que las alas le proporcionaban. Me pareció una metáfora preciosa y decidí escribir un poema sobre ello: “La estación de las mariposas”.

La mariposa tiene muchísimos significados en diferentes culturas, así que tome esos significados y los fui desarrollando en el poemario. Los temas que trato son la muerte, la superación personal, las relaciones, las redes sociales, el amor, el desamor, la creación poética, todo ello (como buena filóloga clásica) sazonado con las perlas del pasado grecorromano y de la filosofía estoica.

Esa tradición grecorromana se cuela entre las fisuras de la página en blanco para dejar su impresión en los poemas y relatos. El Minotauro deja de ser un monstruo extraño y odioso para convertirse en tu propio ser interior, ese que te reprime, que no te deja ser quien eres, ese al que tenemos miedo, ese al que en realidad debemos liberar. Las reticencias ante el amor construyen aquellas murallas de Ilión, que solo el aqueo traspasó debido a un engaño, el del caballo: el del falso amor. Y Ulises volverá tras años a su patria, abandonando la inmortalidad para habitar el alma de Penélope. Una tradición vestida de modernidad y de imágenes que nos recuerdan al pop o el rock español.

Pero en La estación de las mariposas no solo encontrarás poesía, podrás acercarte a mi narrativa a través de diferentes relatos, microrrelatos y nanorrelatos que para mí son ejercicios de inventiva y creatividad. Relatos que hablan en su gran mayoría de mujeres, mujeres que sufren y cuyas historias, sin duda, te tocarán el alma.

La edición del poemario, como el anterior, es fresca y diferente, llena de magia y de imágenes que tienen su propio significado. De hecho, las mariposas revolotean por el libro porque, como he dicho anteriormente, ellas son símbolo de vida, muerte, resurrección, creatividad e inspiración.

Espero que le des una oportunidad a este librito que puedes encontrar en Amazon, en Todos Tus Libros o en cualquier librería bajo pedido. Si llega a tus manos es porque necesitas escuchar algo que hay en él. Y si te ha ayudado, solo te pido que lo compartas conmigo, porque para eso están concebidos mis poemarios: para ayudar.

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Ser poeta

Eso es ser poeta:

fecundar la palabra,

preñar la metáfora

para engendrar el verso.

 

Amé tanto

Amé tanto, que la vida no supo que hacer con tanto amor.

Amé tanto, que solo quedaron lágrimas,

escondidas tras las palabras.

Amé tanto, que perdoné lo imperdonable.

Amé tanto, que olvidé incluso el hambre.

Amé tanto, que no cuestioné lo cuestionable.

Amé tanto, que me dejé arrastrar por la corriente.

Amé tanto, que soporté lo insoportable.

Amé tanto, que ante los agravios ciega quedé.

Amé tanto, que el dolor no dolía.

Amé tanto, que los insultos se convirtieron en caricias.

Amé tanto, que dejé que me trataran como un perro.

Amé tanto, que mi bandera fue el desconsuelo.

Ame tanto…

Amé tanto, que me olvidé de mi propio yo.

 

Pero la vida enseña, a veces tarde:

Amar tiene mínimo una condición,

que te ames tu primero,

si lo que quieres recibir

 

es amor.

Ulises

Llegará ese Ulises

que surque mi mar de arrugas,

terminando su viaje

en la Ítaca que forma

un triángulo entre mis piernas.

No se asustará

de los cantos de sirena

que contra el espejo mi locura arroja.

Terminaré mi telar de espera.

Matará a aquellos que

no querían nada.

Y se quedará

para habitar mi alma.

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Autor: María del Mar Carrillo. Título: La estación de las mariposas. Venta: Amazon.

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