La conciencia contada por un sapiens a un neandertal se mantiene aún como número uno de ventas en las librerías de nuestro país. Algo contiene este libro ideado por Juan Luis Arsuaga y Juan José Millás, autor, entre otras obras, de Hay algo que no es como me dicen: El caso de Nevenka Fernández contra la realidad, publicada en 2004 por la editorial Aguilar y reeditada en septiembre de 2024 por Alfaguara.
La conciencia contada cuenta nuestros logros evolutivos como especie animal gracias a la transformación de nuestro encéfalo. Y lo hace de una manera divulgativa, amena, divertida e íntima. Y escribo «íntima» porque así como existen los géneros de la autobiografía, la novela autobiográfica, el relato de ficción y la autoficción, La conciencia contada se apoya en algo más antiguo y resultón, puesto que lo hizo Platón en el Banquete: Apolodoro pregunta y Sócrates responde; Pausanias pregunta y Erixímaco (siempre en el papel de Arsuaga) responde. Y así, de manera fluida, dinámica y muy bien estructurada a lo largo de once capítulos, Millás y Arsuaga, Arsuaga y Millás tratan de explicarnos cómo se transformó nuestro encéfalo, o la suma de nuestro cerebro, cerebelo y tronco encefálico, para conseguir adaptarnos al medio mientras desarrollábamos nuestra inteligencia, nuestra memoria, nuestra mente y nuestro cuerpo hasta que conseguimos constituirnos en individuos diferentes que no solo son capaces de escribir autobiografías, sino de inventárselas y escribirlas en novelas autobiográficas.
Las preguntas de Millás y las respuestas de Arsuaga (casi siempre es esta la dirección del tiro) revelan qué sucede cuando dos individuos evolucionados, cultos e inteligentes, amenos y divertidos, ¡además de maduros!, se reúnen para hablar del proceso evolutivo del órgano más desconocido y fascinante de nuestro cuerpo. Es, por así decirlo, una genuina fusión entre sabiduría científica y sabiduría literaria. De hecho, la obra comienza combinando una anécdota literaria con una conclusión científica. ¡Eureka! Y como no podía ser otra, la anécdota es la archiconocida y manida secuencia literaria del trozo de magdalena que cae en el té del narrador de En busca del tiempo perdido.
Lo que sorprende después de traerle la magdalena al sapiens es la consideración que realiza Arsuaga de aquel suceso literario. Reconoce que lo que le sucede al narrador es «una suerte de trance memorístico que reconstruye con una precisión asombrosa un escenario de su infancia». Y apostilla que lo que realmente hace Proust es «una descripción perfecta, y reconocida universalmente, del funcionamiento del cerebro y de la memoria». Esta conjunción de literatura y ciencia nos delata como especie inteligentísima, además de especie, a secas, sabia. Nuestro potencial, en este ejemplo, se demuestra: somos capaces de evocar imágenes del pasado a costa de los olores. Y así, durante los primeros compases del primer capítulo, «Puro cerebro», se esbozan los raíles por donde va a circular nuestra imaginación durante la lectura, y después nuestra inteligencia, ya que la obra, además de avanzar dialógicamente con dinamismo, está salpicada de brillantes dosis de método científico. Un método científico que se apoya en un lenguaje divulgativo cocinado por un escritor literario como Millás, que nos baja del anaquel más alto aquellos conceptos abstractos y arduos con el fin de que el brillo de nuestra inteligencia pueda aprehenderlos sin dificultad.
La conciencia contada por un sapiens a un neandertal es un viaje con dos hombres sabios que tratarán de explicarte, de esbozarte el sueño de un claro laberinto que labra un arduo cristal: el infinito, que es el cerebro.
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Autores: Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga. Título: La conciencia contada por un sapiens a un neandertal. Editorial: Alfaguara. Venta: Todos tus libros.
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