«Para aquellos de ustedes que no leen, no van al teatro, no oyen los programas de radio patrocinados, ni saben en qué mundo viven, será probablemente necesario que me presente. Me llamo Addison DeWitt. Puede decirse que vivo en el teatro, pero no intervengo ni actúo en él. Soy crítico. Algo esencial para el teatro».
El personaje de George Sanders se refería al teatro, pero lo mismo podría valer para el cine. Con sus palabras arranca Eva al desnudo (Joseph L. Mackiewicz, 1950). El personaje de Addison DeWitt es seguramente el mejor retrato del crítico que ha dado el cine, pero ha habido muchos más. Quién no recuerda a Joseph Cotten en Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941), atormentado por tener que escribir la crítica del debut en la ópera de la mujer de su jefe. O a Cary Grant en Arsénico por compasión (Frank Capra, 1944), al que persigue la policía no por los doce cadáveres que esconde, sino para saber su opinión como crítico sobre una obra teatral. O a Woody Allen en Sueños de seductor (1972), al que su mujer abandona porque lo único que hace en la vida es ir al cine.
La crítica ya no es lo que era. Una vez más, ha sido la digitalización la que ha cambiado la función del crítico en todos los ámbitos. Ya sea de cine, teatro, libros, música, artes plásticas o gastronomía. Hasta esa transformación, el crítico era el gran prescriptor. Nos decía qué película ver, qué libro leer, o en qué restaurante degustar determinado plato.
Hasta ahora, el crítico, el tantas veces temido crítico, tenía la exclusividad de esa función. Exclusividad ganada a pulso tras años de experiencia. Pero al crítico le ha salido la competencia de la opinión manifestada por el propio público. Todas las reacciones sumadas, de espectadores o lectores, ofrecen un criterio conjunto de opiniones dispares. Es el juicio democrático. Y no son pocos los que prefieren esas experiencias compartidas a la sesuda reflexión del crítico llamémosle convencional.
Una plataforma española, FilmAffinity, ha conseguido aunar los dos modelos de crítica a través de una innovadora página web que el próximo mayo cumplirá los veinte años. En ella se pueden encontrar las principales críticas recibidas por una película, tanto en España como en el extranjero —a las que se puede acceder a través de un enlace—, así como las opiniones de los propios espectadores.
¿Y qué tiene esto que ver con los libros? Tiene que ver que Pablo Kurt y Daniel Nicolás, los artífices de la idea, acaban de publicar el volumen titulado La Guía FilmAffinity: Breve historia del cine (Nørdica Libros). Según se explica en la introducción, «frente a la dispersión y heterogeneidad que caracterizan a la Red, nuestro objetivo es ofrecer una verdadera guía: una narración explicativa y coherente que ayudara al usuario curioso a contextualizar y profundizar en el fascinante mundo del cine, y con ello a formar su criterio».
Siguiendo un orden cronológico de la historia del cine, la guía ofrece análisis de las diferentes etapas, desde las primeras décadas tras su nacimiento hasta la era digital del siglo XXI, pasando por la nouvelle vague o el film noir estadounidense. La información se completa con comentarios de algunos de los títulos más representativos de cada época. En total, 780 reseñas de películas de 58 países diferentes, realizadas por 482 directores.
La web de FilmAffinity es ya la base de datos más importante y completa de cine en español. Sus puntuaciones son una referencia, entre especialistas y espectadores, para calificar las películas o las series. No se trata solo de una suma exhaustiva de datos —una especie de IMDb española—, que lo es, ni de una suma de opiniones de críticos y aficionados, que también lo es. Además, se ha constituido en una red social, conformada ya por más de 700.000 amantes del cine. Gracias a un sistema de listas, los usuarios pueden contrastar sus preferencias con las de otros aficionados —en busca de las llamadas «almas gemelas»—, pueden realizar listas sobre determinados temas especializados o pueden llevar un diario cinéfilo sobre todas las películas y series que van viendo.
La idea viene de lejos y la explicaba uno de sus creadores en una entrevista en La Vanguardia. «Yo era muy cinéfilo desde pequeño —relata Pablo Kurt—, y a mediados de los noventa ya había elaborado una lista casera de películas, donde puntuaba los filmes y comparaba las críticas de la prensa especializada».
En cuanto llegó Internet, Kurt, economista de formación, se alió con el programador Daniel Nicolás, y en mayo de 2002 lanzaron FilmAffinity, una página de referencia en su ámbito con una audiencia de 3,4 millones de usuarios únicos en España, según la última medición de Comscore, y con una fuerte presencia en América Latina.
Las listas siempre han sido una pasión de los cinéfilos y esta plataforma lo que ha hecho es, aprovechando el soporte digital, desplegar todas las posibilidades de jugar —interactuación, clasificación, archivo— con esas listas caseras. En suma, dar la oportunidad al aficionado al cine de convertirse en el crítico que todos llevamos dentro.
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Autores: Pablo Kurt y Daniel Nicolás. Título: La Guía FilmAffinity: Una breve historia del cine. Editorial: Nórdica Libros. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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