Hace ya varios años, el escritor Pepe Pereza escuchó una conversación absolutamente banal: un niño decía a su madre que no se pondría la ropa que ésta le acababa de comprar, principalmente porque el color no le favorecía. Y esas escasas palabras fueron el detonante del libro de relatos que ahora publica Pereza, en el que cada cuento tiene como título un color.
En este making of, Pepe Pereza cuenta el origen de La química del color (Aloha), un libro ilustrado por Valle Camacho.
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―Con ese color no me lo pienso poner ―protesta el chiquillo.
―Pero si te quedaba muy bien ―dice la madre.
―Te digo que con ese color no me lo pongo…
Dejo atrás a madre e hijo y sigo caminando. Comprendo el malestar del niño. Los colores están dotados de ciertas propiedades a las que, evidentemente, las personas somos sensibles. De repente, se me enciende la bombilla y sé que este va a ser el tema central del próximo libro. La influencia de los colores en cada individuo.
Ha pasado año y medio desde que escuché aquella conversación entre madre e hijo. En el transcurso de estos meses me ha dado tiempo a escribir ocho relatos. Cada uno de ello lleva por título un color. La paleta está compuesta de blanco, rojo, morado, amarillo, verde, gris, plateado y azul.
El blanco está asociado a la pureza, a lo limpio. Por eso esta historia está protagonizada por un personaje que goza de ambas virtudes. Alguien limpio de alma y puro de espíritu. Una joven de quince años que acaba de ser madre. Una niña-mujer que tiene que hacer frente a todos los deberes y compromisos que conlleva tener un bebé al cargo. Asimismo, he intentado que el paisaje donde está ubicada la acción refleje la misma pureza del personaje principal. Unas salinas. Un lugar apartado y solitario que le da a la historia un tinte de película del oeste. Además, mi intención en el relato es introducir todas esas historias sobre culebras bastardas que había oído contar en mi pueblo cuando yo era un niño. Cosas tan espeluznantes como, por ejemplo, que dichas culebras, aprovechando la oscuridad de la noche, se cuelan en las viviendas de las recién paridas para beber la leche de sus pechos.
El rojo es el color de la pasión, de la sangre y la violencia. En las señales de tráfico, el rojo es peligro y prohibición. Pero, aparte de la violencia y de la sangre, en esta historia hay un niño de nueve años que ha perdido a sus padres y ha tenido que dejar su ciudad para irse con unos tíos que viven en una granja que está en medio del bosque. Ese cambio de escenario es traumático para él. Sin embargo, al niño no le queda otra que adaptarse a ese terreno que le es hostil. Al mismo tiempo, está obligado a relacionarse con unos parientes que no dejan de ser unos completos desconocidos.
En Morado he tratado de mostrar cómo una persona llevada por los celos es capaz de cometer una serie de locuras que rozan la tragedia. Lo malo es que esas locuras no solo atañen al que las comete, también perjudican a otras personas; algunas de ellas ni siquiera tienen que ver con los hechos. Son daños colaterales provocados por los prontos y pataletas del protagonista, que en su afán de venganza pierde la cabeza y deja de ser consciente tanto del daño que se hace a sí mismo como el que acarrea a los demás.
El amarillo generalmente es un color alegre. No obstante, en algunos lugares lo asocian con la cobardía, en otros con la vergüenza. En el mundillo del teatro, por ejemplo, es un color maldito por dos motivos. El primero es que Molière murió en un escenario mientras representaba a Tartufo. Dio la casualidad de que iba vestido de amarillo. El otro motivo, es que el amarillo es muy difícil de iluminar, por eso los técnicos de iluminación y diseñadores de vestuario tratan de evitarlo en escena. Yo quería aplicar ese término peyorativo del amarillo a un hincha de un equipo de fútbol. Alguien de personalidad tan fútil que su vida entera gira en torno a los éxitos o fracasos de su equipo.
Dicen que el verde es el color de la esperanza. También que la esperanza es lo último que se pierde. Puede que por ese motivo el protagonista de esta historia busca amparo en el bosque cuando su matrimonio empieza a ir mal. Es un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a los negocios y le ha ido muy bien. Sin embargo, cuantos más éxitos tiene en el trabajo, peor le va con su mujer. La situación empeora al enterarse de que ella le ha sido infiel. Es entonces cuando decide pasar unos días de acampada para estar solo, aclararse y pensar en qué va a hacer con su vida. Estando ahí, en plena naturaleza, se da cuenta de que lo que ha dejado en la ciudad, de pronto, carece de interés para él. Así que toma la decisión de abandonarlo todo y quedarse a vivir en el bosque.
El gris es una mezcla de blanco y negro. Un territorio de nadie que está en medio de ambos colores. Por eso elegí el gris para contar esta historia. Porque el protagonista se halla en mitad de un cruce de caminos. El tipo ha perdido su casa en un incendio y se instala en un hotel de carretera mientras encuentra una nueva vivienda. El hotel es justamente eso, un territorio de nadie que se halla en medio de ningún lugar. Además, quería jugar con el mito del ave Fénix. Alguien que lo ha perdido todo y tiene que empezar de cero. Me interesaba indagar en ese periodo de transición y adaptación donde uno resurge de las cenizas para enfrentarse a una nueva vida.
Plateado por el papel de aluminio que se utiliza para quemar la base de cocaína a la hora de fumarla. Esta es la historia de un descenso en picado a los infiernos. Alguien que ha triunfado en lo profesional, que ha llegado a lo más alto, que es admirado, con fama y dinero, y que por culpa de las drogas pierde todos sus privilegios y termina en el mundo de la prostitución.
Azul. La única historia del libro que es autobiográfica. Una crónica de los dos tratamientos de quimioterapia que tuve que pasar durante los meses que duró el confinamiento por el coronavirus. Un viaje incómodo y pesado a través de la enfermedad. Una experiencia que no deseo a nadie, pero que te enseña, aunque sea por las malas, a tener muy claras las prioridades de la vida.
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Autor: Pepe Pereza. Título: La química del color. Editorial: Aloha. Venta: Todostuslibros.
Bueno, lo que he leído de Pepe Pereza son los comentarios de sus cuentos relacionados con los colores de cuando oyó a un chiquillo de nueve años quejarse a su madre con la negativa de no ponerse la prenda comprada porque no le venía bien a su estilo, etc. Los comentarios vislumbran unas historias fácil de entender y de suceder, así que pueden entretener con seguridad a personas de cualquier edad y condición.