La luz prodigiosa, novela con la que debutó Fernando Marías tras ganar el Premio de Novela Corta Ciudad de Barbastro en 1991, ha sido publicada a lo largo de veinticinco años por editoriales diversas. Nuestra atención, sin embargo, recae sobre la edición especial 25º aniversario que ha visto la luz en este 2016 bajo el sello editorial Turpial. Pocas novelas pueden presumir de poseer una biografía propia tan larga y plagada de acontecimientos. La historia de La luz prodigiosa es tan singular que merece ser contada. De hecho, aunque escrita en 1990, se trata de una novela que ha nacido tres veces, como narra el autor en el epílogo especial redactado por él mismo para esta edición conmemorativa. La primera vez fue el 18 de agosto de 1936, cuando tuvo lugar el asesinato de Federico García Lorca en Granada, del que este año se cumple el desolado 80º aniversario. La segunda vez unos meses más tarde, el 2 de diciembre de 1936, cuando el tío del autor —Luis— a la sazón soldado republicano, murió a causa de un disparo en la batalla de Villarreal, cerca de Vitoria. La tercera, un día inespecífico de 1976 o 1977, cuando un jovencísimo Fernando Marías, recién llegado a Madrid para estudiar Ciencias de la Información, vislumbra en la calle de la Montera a un mendigo de asombroso parecido a su padre. A pesar de regresar para interrogarlo, y de esperarlo en el mismo lugar durante muchos días posteriores, el mendigo jamás regresó. Este hecho dispara la imaginación del joven escritor, quien llega a la conclusión de que el mendigo sería su tío Luis, quien pudo no haber muerto en la Guerra Civil. Quizá la herida le provocara una amnesia o demencia, que explicaría que nunca se hubiese vuelto a poner en contacto con los suyos y vagase por diferentes puntos hasta que la casualidad lo coloca enfrente de su propio sobrino en Madrid, cuarenta años más tarde.
Ésta es la idea básica que alienta la novela La luz prodigiosa, un final alternativo y distinto en este caso para uno de nuestros poetas más universales y admirados: Federico García Lorca. ¿Murió realmente el poeta granadino en agosto de 1936? Ésta es la pregunta que se formula Marías, llegando a la conclusión de que lo único cierto de la terrible historia que envuelve el asesinato del genial poeta es que jamás se han encontrado sus restos. Además, el siniestro suceso ha sido envuelto por tal halo de silencio y miedo que parece difícil que algún día lleguemos a saber con exactitud los detalles posteriores a su fusilamiento. De modo que se presenta como verosímil la hipótesis de un Lorca que sobrevivió a los disparos, y fue rescatado moribundo al borde de un camino por un pastor que lo salvó y lo cuidó sin conocer su verdadera identidad, con la ayuda de un médico republicano. Federico, amnésico y desfigurado, habría sido visto por última vez en 1962, aunque pudo haber vivido muchos más años, como sostiene el hilo narrativo central de la novela. La potencia dramática de la historia contenida en La luz prodigiosa fue también percibida por el director Miguel Hermoso, quien se encargó de adaptar la obra al cine. Todo ello vino a cumplir el sueño juvenil de un escritor fascinado desde su infancia por la literatura y el cine a partes iguales. La película, estrenada en 2003 y protagonizada por Nino Manfredi y Alfredo Landa, fue la primera de las dos adaptaciones al cine que posee hasta ahora la obra literaria de Fernando Marías. La segunda fue Invasor, dirigida por Daniel Calparsoro en 2012. En ambos casos, el propio autor participó activamente en la escritura del guión. En el caso de La luz prodigiosa, es obligatorio mencionar que obtuvo cuatro nominaciones a los premios Goya y varios premios internacionales —fue nombrada, por ejemplo, mejor película en el Festival de Moscú—; sin olvidar que su banda sonora fue compuesta por Ennio Morricone.
La luz prodigiosa es una novela nostálgica y vital a la vez, una indagación en la memoria que representa todo un canto a la imaginación. Como el propio autor afirma: “la luz prodigiosa, dispuesta a obsequiarnos con su maravillosa virtud de permitir que nuestra imaginación se abra en libertad”. Todo un homenaje a nuestra capacidad de pensar, de soñar, de sentir. Las tres virtudes que, seguramente, nos hacen más humanos. Ahora y hace veinticinco años.
Título: La luz prodigiosa (Edición 25º aniversario). Autor: Fernando Marías. Editorial: Turpial. Edición: Papel
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