Cadena perpetua pasó por los años noventa sin hacer demasiado ruido. Vale, cosechó buenas críticas, además de muchos espectadores, pero no el reconocimiento que, según pasan los años, está logrando en un mundo nuevo, donde las valoraciones de los internautas configuran los rankings de las mejores cosas de cualquier cosa en cualquier momento y en cualquier lugar. Cadena perpetua, hoy (ya veremos mañana), es la película mejor valorada en IMDB, la monumental e inabarcable base de datos mundial sobre cine y series. Hoy, ya veremos mañana, tiene un 9,3 tras las puntuaciones de más de dos millones de personas. En el podium la acompañan las dos primeras partes de El Padrino, por cierto. De las siguientes, casi mejor no hablamos ahora.
Ahora, por ahora, estamos recopilando escenas míticas de películas de los noventa. Y después de Sin perdón y American Beauty, toca esta magnífica película dirigida por Frank Darabont en 1994 y protagonizada por Tim Robbins y Morgan Freeman que, curiosamente, en el mundo hispano ha tenido títulos muy diversos: The Shawshank Redemption salió como Cadena perpetua en España, como Sueño de fuga en Colombia, Chile, México, Perú y Venezuela, y como Sueños de libertad o Escape a la libertad en Argentina.
¿Y cuál es su mejor escena? ¿Alguna del patio de la cárcel? ¿La de la huida?
La huida de Andy es una gran escena (y esto, claro que sí, esto ha sido un spoiler de campeonato, pero esta película es del 94, amigos), pero me gusta más cómo sale de la cárcel Red, su colega.
Después de cuarenta años enchironado, al bueno de Red le preguntan si está rehabilitado:
—¿Rehabilitado? Pues déjeme pensar… Para serle sincero, no tengo ni idea de lo que significa eso. (…) Para mí sólo es una palabra inventada. Inventada por políticos para que jóvenes como usted tengan trabajo y puedan llevar corbata. ¿Qué quiere saber en realidad? ¿Si lamento lo que hice? No hay día que pase sin que me arrepienta. No porque esté preso ni porque usted crea que tenga que hacerlo. Pienso en cómo era yo entonces, un chico joven y estúpido que cometió un terrible crimen y quisiera hablar con él, me gustaría que entrase en razón, decirle cómo son las cosas, pero no puedo. El chico se fue hace años y este viejo es el único que queda. He de vivir con eso. ¿Rehabilitado? Es sólo una palabra de mierda. Así que rellene sus formularios, hijo, y no me haga perder más el tiempo, porque si le digo la verdad me trae sin cuidado.
Norman Freeman fue nominado al Oscar pero no ganó. Esta es una película de perdedores. Basada, por cierto, en un relato de Stephen King.
Al otro lado de las verjas, el mundo cambia.
Al otro lado del tiempo, todos queremos hablar con la persona joven y estúpida que fuimos.
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