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La niebla de la guerra

Las mejores crónicas no se limitan solo al hecho central narrado. También abarcan al entorno que lo rodea. Es decir, a partir de lo fundamental el cronista nos describe todo un mundo, válido por sí mismo y también imprescindible para conocer las circunstancias que circundan al hecho central.

El centro de la trama de Es tan fuerte la noticia es conocer la verdad sobre un doble asesinato, uno envuelto en la niebla de la guerra y otro con simulacro de legalidad. Vicente Rueda fue acusado de matar a un hombre en el caos de la contienda. El supuesto asesinado era el director del Heraldo de Zamora y partidario de la sublevación. Rueda fue fusilado en Madrid en 1940, tras un simulacro de proceso, durante la brutal represión que siguió al fin de la guerra. Solo tenía 27 años.

"Es tan fuerte la noticia supone un descenso directo a la brutalidad de la Guerra Civil, muy apropiado en nuestros tiempos, cuando se ha multiplicado, sea en Gaza, en Ucrania o en lugares hacia los que ni siquiera miramos"

Partiendo de la ejecución de Rueda, María Castro abarca todo el horror que rodea a aquella muerte y ayuda a entender una guerra que arrasó España y cuyo eco aún resuena. El lector se adentra en el odio de los bandos y en cómo ese rencor se convirtió en muerte, antes incluso de la guerra. Ve cómo entraron en una espiral imparable de venganza, que culminó con miles de fusilamientos, incluso una vez terminada la guerra. La investigación, por lo tanto, posee valor por sí mismo pero también actúa como McGuffin, como el motor que impulsa una obra que posee un propósito mayor que el, por otro lado importantísimo, “quién lo hizo”.

Es tan fuerte la noticia supone un descenso directo a la brutalidad de la Guerra Civil, muy apropiado en nuestros tiempos, cuando se ha multiplicado, sea en Gaza, en Ucrania o en lugares hacia los que ni siquiera miramos. Es además un regreso al salvajismo de la guerra antigua, a aquellas contiendas que arrasaban con todo, sin ni siquiera plantearse la ética de sus actos y sin medios que ejercieran un mínimo control. Guerras que podían causar miles de muertos en una sola noche.

"Contemplamos la muerte de hermanos, la confusión de los bandos, que tan bien muestra una obra tan distinta como Días de llamas, recién reeditada"

Castro muestra espacios de Madrid que recorremos con cotidianeidad. Pocos saben, por ejemplo, que la plaza de Comendadoras, en Malasaña, donde los jóvenes salen de juerga desde hace décadas, escondió una cárcel terrible. Es la misma ciudad asolada de Castillos de fuego, la última novela de Ignacio Martínez de Pisón. Los odios se encresparon incluso más en las ciudades pequeñas, como Zamora, donde los Rueda regentaban un comercio desde 1879 y donde, como ocurre en todas las guerras, lo personal se mezcló con lo político. Son todos ellos recuerdos dolorosos, pero integrarlos es la única manera de prevenir su repetición.

Vemos también cómo los prejuicios políticos anulan cualquier otro vínculo transversal. Contemplamos la muerte de hermanos, la confusión de los bandos, que tan bien muestra una obra tan distinta como Días de llamas, recién reeditada. Una Guerra Civil puede durar cien años: los contendientes siguen viviendo en el mismo país y compartiendo las mismas calles y el rencor pasa de generación en generación. Asistimos, en suma, a la muerte por la muerte, a la enorme arbitrariedad de la guerra. Es tan fuerte la noticia también analiza fenómenos como el quintacolumnismo o la existencia de células durmientes en las ciudades ocupadas, que despiertan cuando el asedio del enemigo comienza, reventando cualquier opción. También es interesante, y en cierto modo sorprendente, el orden del horror, cómo todo queda escrito y documentado, incluso los fusilamientos más arbitrarios, pese al aparente descontrol, lo que incluso lo hace más horrible.

"Todos los que superamos los 50 hemos conocido a abuelos que vivieron el conflicto y nos han hablado de fusilamientos y bombardeos. Algunos pensamos en grabar esos recuerdos, pero no lo hicimos y ahora nos arrepentimos"

Conocíamos la habilidad de María Castro con el relato breve. Aquí demuestra su facilidad para la crónica, no exenta de expresividad literaria. Su mayor mérito narrativo es combinar la recreación de un mundo, la multiplicidad de los personajes y de las tragedias, manteniendo el hilo, la guía de la investigación sobre la inocencia o culpabilidad de Vicente Rueda. La reproducción directa de documentación de la época le concede incluso mayor actualidad y verosimilitud.

El lector también contempla la dificultad de la autora para acceder a documentación, sea por ocultación o por simple burocracia, y no puede dejar de admirar su perseverancia, tan difícil, porque toda obra de este tipo implica que la autora no se ha dejado llevar por el abandono. Ha empleado cuatro años de investigación, entre periodística, humanística y policial, para armar un puzzle infinito. Además parte de lo complejo, porque la culpabilidad de Vicente Rueda era difícil de refutar. Sin embargo, ese es el auténtico papel de un periodista o un abogado: cuando alguien tiene todas las cartas para que le fusilen, como es el caso del protagonista, no implica que sea culpable. Uno es culpable o inocente de unos hechos concretos, no de su pasado.

"Nos encontramos ante un libro importante porque es fundamental que los escritores sigan peleando por la verdad y se cuestionen lo establecido"

Es tan fuerte la noticia también plantea la rapidez del olvido, que cualquiera con cierta edad ha podido comprobar. Todos los que superamos los 50 hemos conocido a abuelos que vivieron el conflicto y nos han hablado de fusilamientos y bombardeos. Algunos pensamos en grabar esos recuerdos, pero no lo hicimos y ahora nos arrepentimos. Cuando los últimos testigos se vayan todo adquirirá otra dimensión. Entonces nos encontraremos con que la eterna pregunta (¿Qué ocurrió?) será más difícil de responder.

Nos encontramos ante un libro importante porque es fundamental que los escritores sigan peleando por la verdad y se cuestionen lo establecido. Siempre hay que dudar y más cuando los hechos están envueltos en la confusión de la guerra que, incluso en nuestros tiempos de control absoluto, encubre la verdad. ¿Cuántos casos parecidos habrá? Miles, ¿millones en todo el mundo?

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Autora: María Castro. Título: Es tan fuerte la noticia. Editorial: Tres Hermanas. Venta: Todos tus libros.

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