Las mejores crónicas no se limitan solo al hecho central narrado. También abarcan al entorno que lo rodea. Es decir, a partir de lo fundamental el cronista nos describe todo un mundo, válido por sí mismo y también imprescindible para conocer las circunstancias que circundan al hecho central.
Partiendo de la ejecución de Rueda, María Castro abarca todo el horror que rodea a aquella muerte y ayuda a entender una guerra que arrasó España y cuyo eco aún resuena. El lector se adentra en el odio de los bandos y en cómo ese rencor se convirtió en muerte, antes incluso de la guerra. Ve cómo entraron en una espiral imparable de venganza, que culminó con miles de fusilamientos, incluso una vez terminada la guerra. La investigación, por lo tanto, posee valor por sí mismo pero también actúa como McGuffin, como el motor que impulsa una obra que posee un propósito mayor que el, por otro lado importantísimo, “quién lo hizo”.
Es tan fuerte la noticia supone un descenso directo a la brutalidad de la Guerra Civil, muy apropiado en nuestros tiempos, cuando se ha multiplicado, sea en Gaza, en Ucrania o en lugares hacia los que ni siquiera miramos. Es además un regreso al salvajismo de la guerra antigua, a aquellas contiendas que arrasaban con todo, sin ni siquiera plantearse la ética de sus actos y sin medios que ejercieran un mínimo control. Guerras que podían causar miles de muertos en una sola noche.
Castro muestra espacios de Madrid que recorremos con cotidianeidad. Pocos saben, por ejemplo, que la plaza de Comendadoras, en Malasaña, donde los jóvenes salen de juerga desde hace décadas, escondió una cárcel terrible. Es la misma ciudad asolada de Castillos de fuego, la última novela de Ignacio Martínez de Pisón. Los odios se encresparon incluso más en las ciudades pequeñas, como Zamora, donde los Rueda regentaban un comercio desde 1879 y donde, como ocurre en todas las guerras, lo personal se mezcló con lo político. Son todos ellos recuerdos dolorosos, pero integrarlos es la única manera de prevenir su repetición.
Vemos también cómo los prejuicios políticos anulan cualquier otro vínculo transversal. Contemplamos la muerte de hermanos, la confusión de los bandos, que tan bien muestra una obra tan distinta como Días de llamas, recién reeditada. Una Guerra Civil puede durar cien años: los contendientes siguen viviendo en el mismo país y compartiendo las mismas calles y el rencor pasa de generación en generación. Asistimos, en suma, a la muerte por la muerte, a la enorme arbitrariedad de la guerra. Es tan fuerte la noticia también analiza fenómenos como el quintacolumnismo o la existencia de células durmientes en las ciudades ocupadas, que despiertan cuando el asedio del enemigo comienza, reventando cualquier opción. También es interesante, y en cierto modo sorprendente, el orden del horror, cómo todo queda escrito y documentado, incluso los fusilamientos más arbitrarios, pese al aparente descontrol, lo que incluso lo hace más horrible.
Conocíamos la habilidad de María Castro con el relato breve. Aquí demuestra su facilidad para la crónica, no exenta de expresividad literaria. Su mayor mérito narrativo es combinar la recreación de un mundo, la multiplicidad de los personajes y de las tragedias, manteniendo el hilo, la guía de la investigación sobre la inocencia o culpabilidad de Vicente Rueda. La reproducción directa de documentación de la época le concede incluso mayor actualidad y verosimilitud.
El lector también contempla la dificultad de la autora para acceder a documentación, sea por ocultación o por simple burocracia, y no puede dejar de admirar su perseverancia, tan difícil, porque toda obra de este tipo implica que la autora no se ha dejado llevar por el abandono. Ha empleado cuatro años de investigación, entre periodística, humanística y policial, para armar un puzzle infinito. Además parte de lo complejo, porque la culpabilidad de Vicente Rueda era difícil de refutar. Sin embargo, ese es el auténtico papel de un periodista o un abogado: cuando alguien tiene todas las cartas para que le fusilen, como es el caso del protagonista, no implica que sea culpable. Uno es culpable o inocente de unos hechos concretos, no de su pasado.
Es tan fuerte la noticia también plantea la rapidez del olvido, que cualquiera con cierta edad ha podido comprobar. Todos los que superamos los 50 hemos conocido a abuelos que vivieron el conflicto y nos han hablado de fusilamientos y bombardeos. Algunos pensamos en grabar esos recuerdos, pero no lo hicimos y ahora nos arrepentimos. Cuando los últimos testigos se vayan todo adquirirá otra dimensión. Entonces nos encontraremos con que la eterna pregunta (¿Qué ocurrió?) será más difícil de responder.
Nos encontramos ante un libro importante porque es fundamental que los escritores sigan peleando por la verdad y se cuestionen lo establecido. Siempre hay que dudar y más cuando los hechos están envueltos en la confusión de la guerra que, incluso en nuestros tiempos de control absoluto, encubre la verdad. ¿Cuántos casos parecidos habrá? Miles, ¿millones en todo el mundo?
—————————————
Autora: María Castro. Título: Es tan fuerte la noticia. Editorial: Tres Hermanas. Venta: Todos tus libros.
-
Los jazmines de Sevilla
/abril 24, 2025/Cierto día, cercana la navidad de 1995, me encontré con el escritor y periodista Antonio Burgos en el restaurante Lucio de Madrid. No nos conocíamos en persona, así que nos saludamos con mucho afecto, y al detenerme frente a él estreché la mano que me ofrecía y le dije: «Envidio tus Habaneras de Sevilla…
-
Las apuestas de riesgo del mundo de la edición independiente
/abril 24, 2025/El equipo de Sexto Piso en Madrid en 2024: Gabo (perro), Santiago Tobón, Noelia Obés, Paulina Franco, Jose Hamad y Cristina Franco. Crédito: Sexto Piso. Claramente, la apuesta ha sido un acierto. Actualmente Sexto Piso mantiene sedes en la Ciudad de México y Madrid, cuenta con 35 empleados fijos y publica 50 títulos al año. Además, opera una empresa de distribución en América Latina. En los últimos veinte años Sexto Piso se ha dado a conocer por importar libros del todo el mundo al mercado de lengua castellana. De hecho, el 80% de sus títulos son traducciones, Tobón dice, muchas…
-
Gótico es miedo y es amor
/abril 24, 2025/De entrada, se nos muestra un plante distópico en el que una estatua arquitectónica, que se asemeja a la Estatua de la Libertad, se halla bajo las aguas. La construcción de la misma, con obreros llenos de sudor y desdichas, y el sentido alegórico de su final bajo las aguas, por culpa de la subida de los océanos, nos presentan las principales intenciones de la autora: hablar de los perdedores y del sufrimiento, de la tiranía de las pirámides sociales, de la lucha, preciosa e imprescindible, y posiblemente inane, por algo que, a falta de un término menos ambiguo y…
-
Vida secreta de un poeta
/abril 24, 2025/Casi dos siglos y medio después de la publicación de esa biografía monumental, que serviría como modelo para tantas otras —con buen motivo es tomada como la primera biografía moderna—, todos hemos leído las suficientes biografías con detalles, también, dolorosamente humanos como para dejar de sorprendernos si hasta el poeta más sensible confiesa que ha vivido. Y, sin embargo, debo reconocer que Luis Antonio de Villena, excelente poeta, excelente narrador y, me parece, excelente biógrafo en la línea de Boswell por añadidura, me ha cogido por sorpresa al mostrar de qué manera su amigo Francisco Brines vivió también. No es,…
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: