Berenice, sello del grupo Almuzara, acaba de editar la autobiografía de la escritora Zoe Valdés. Bajo el título de La intensa vida, la escritora cubana recoge fragmentos y apuntes de su vida en una suerte de diario personal cuajado con mucho ritmo.
La biografía se lee con gran facilidad gracias a su estructura muy fragmentada, sobre todo por la brevedad de los episodios con los que Valdés nos dibuja una fina pincelada de su historia.
La escritora, exiliada en París desde hace años, es autora prolífica de narrativa, poesía y relatos, al tiempo que se desempeña como guionista y directora de cine. De su carrera da buena cuenta en esta amalgama de recuerdos.
La obra avanza en dos tiempos paralelos: la actualidad más reciente que incluye apuntes sobre política, sociedad, avances del feminismo, etc. y el tiempo pasado en el que una Zoe Valdés niña se descubría pintora por medio de un agujero oportuno en el muro del solar en el que vivía en Cuba, un tiempo pasado en que la llamaron maricona. Es, este texto, un duro alegato político, una honesta declaración de intenciones.
La obra —escrita en su mayor parte con un estilo muy directo y cortado— tiene en algunos de sus apartados un carácter ciertamente voluptuoso. Subyace en muchos de los episodios de Valdés una sensualidad que no se preocupa por disimular.
La narración es intensa, su lectura entrecortada. Zambullirse en La intensa vida de Valdés asegura quedarse sin aliento mientras la literatura y la vida nos atraviesan en sutiles fogonazos desde sus páginas.
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Autora: Zoé Valdés. Título: La intensa vida. Editorial: Berenice. Venta: Todostusblibros.
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Aprender. Comparar. Y leer, leer los testimonios. Cuando aquí se acusa inmisericordemente a cualquiera de homófobo, de machista, etc,, por los de siempre jamás, pensemos en cómo es este tema en el paraiso, en la utopía comunista que, los de siempre jamás, predican y ponen como modelo. Habrá que leer la vida de esta exiliada del paraíso y qué nos cuenta sobre la diferencia con el infierno occidental capitalista.
Por cierto, se me olvidaba: el lugar más adecuado es dentro de tí mismo sin necesidad de ser un exiliado o, bien, quizás todos lo seamos de alguna forma o quizás somos muchos (o no) los que nos sentimos así.