Tras El mentalista, Läckberg y Fexeus vuelven a reunir al equipo policial liderado por Julia para investigar la desaparición de un niño y su posible relación con otras desapariciones de menores tiempo atrás. Quienes hayan leído la primera parte se van a encontrar a viejos conocidos que, en mayor o menor medida, quedaron marcados por el mentalista Vincent durante el tiempo que estuvo como asesor en el equipo policial. La habilidad de los autores es llegar a este punto dejando que se recoja lo sembrado en la primera entrega, pero sin desvelar el contenido suficiente como para estropear la lectura de quienes opten por empezar por aquí y retroceder hacia el volumen anterior, lo que unido al hecho de estar ante una novela autoconclusiva garantiza el éxito de un título que está concebido como bestseller desde las primeras líneas.
La trama policial, motivada por uno de esos elementos clásicos en este tipo de novelas, busca tener al lector enganchado mediante una prosa visual con una trama que combina el caso policial con las interacciones personales entre los personajes, y en la que los autores destacan temas actuales como la maternidad, la conciliación laboral, las redes sociales y el tiempo que se invierte en ellas, así como la forma en que repercute en nuestro entorno y, una vez más, los juegos mentales. En la novela, el personaje de la oficial de policía Mina crece dejando a la vista una parte de su vida personal, hasta ahora velada para el lector. Y no lo hace menos el personaje del mentalista Vincent, verdadero enganche de la saga. Su capacidad de observación y dotes deductivas se entretejen con la explicación de trucos mentales que muchos lectores conocerán de espectáculos, como ya sucediera con la primera entrega, notándose aquí la mano de Henrik Fexeus, famoso mentalista sueco acostumbrado a los shows tanto presenciales como televisivos y con una amplia experiencia en la psique humana.
Läckberg y Fexeus repiten patrones sabedores de que su fórmula funciona y, en esta ocasión, la desaparición de los niños activa uno de los miedos primarios del ser humano: perder un hijo. Un miedo que extiende sus tentáculos en una atmósfera en la que los autores presentan el interior de este tipo de organizaciones como algo a lo que se puede llegar de manera natural y en las que una persona de apariencia normal puede terminar cayendo sin darse cuenta. Ese es el gran acierto de la novela, despojar el concepto de secta de esa suerte de halo semisecreto que suelen tener y colocar la opción a pie de lector mostrando una cara más cercana y, por lo tanto, más peligrosa.
En La secta, el lector encuentra una trama que se desdobla más que nunca hacia lo personal, poniendo el foco en miedos reales de nuestra sociedad, los cuales van deslizándose a golpe de plot twist para dejar al lector enganchado a sus páginas y a la espera, cómo no, de una siguiente entrega. Láckber y Fexeus forman un dúo tan sólido y compenetrado ideando crímenes como Mina y Vincent resolviéndolos.
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Autores: Camilla Läckberg/Henrik Fexeus. Título: La secta. Traductora: Claudia Conde Fisas. Editorial: Planeta. Venta: Todostuslibros.
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