Inicio > Blogs > Ruritania > La peste en familia
La peste en familia

Sábado, 14 de marzo, 8 de la mañana. Hace diez días la escritora María Tena compartió en redes la noticia del diario Le Monde: a raíz del coronavirus se habían disparado en Francia las ventas de la novela La peste, de Albert Camus. Es uno de tantos clásicos que aún esperan en mi biblioteca, y decido comenzar a leerlo hoy, día en que el Consejo de Ministros decretará el estado de alarma en España. Escojo la edición de Edhasa traducida por Rosa Chacel.

La peste me atrae desde las primeras líneas: Los curiosos acontecimientos que constituyen el tema de esta crónica se produjeron en el año 194… en Orán. Camus describe la urbe argelina como una ciudad sin palomas, sin árboles y sin jardines, donde no puede haber aleteos ni susurros de hojas (…), donde el sol abrasa las casas resecas y cubre los muros de una ceniza gris. Un lugar donde los hombres y las mujeres se devoran rápidamente en el acto del amor, o se crean el compromiso de una larga costumbre a dúo.

"Uno de los mayores dramas en la novela es el confinamiento, el cierre de la ciudad al exterior que separa a familias, a amigos, a amantes…"

Me gusta también el desdoblamiento entre el narrador y el autor, que éste define como un cronista de los hechos, casi un historiador que testimonia la vida del doctor Rieux, desde que comienzan a aparecer las primeras ratas muertas en las calles de Orán, hasta que la epidemia se adueña de la ciudad.

Uno de los mayores dramas en la novela es el confinamiento, el cierre de la ciudad al exterior que separa a familias, a amigos, a amantes… Rieux se despide apacible y voluntariamente de su esposa al comienzo de la novela, mientras el joven periodista Rambert no puede soportar la ausencia de la joven de quien se acaba de enamorar, a la cual le unen tantas cosas. Rieux es capaz de la abstracción, de pensar únicamente en la enfermedad y su superación; pero para Rambert esa abstracción de opone a su felicidad, su único deseo es poseer interminablemente al ser que ama o hundir a este ser, cuando llega el momento de la ausencia, en un sueño sin orillas que solo puede terminar el día del encuentro.

¿Quién ama más, Rieux o Rambert? —me pregunto.

Hoy el estado de alarma no separará a familias, a amigos, a amantes… porque existe internet. Hemos pasado el día videollamando a abuelos, tíos y primos. Mi hijo jugaba a la PlayStation en remoto con sus amigos. Las niñas, cansadas de tanto ver vídeos de YouTube, hacían tiendas de campaña en el comedor con mantas y pinzas. A partir del lunes recibirán clases y deberes por Google Classroom y se examinarán online.

Cuando la epidemia nos obliga a teletrabajar, a teleestudiar o a videollamar, uno advierte que internet lo puede ya casi todo, y se pregunta qué es peor, si el confinamiento domiciliario, o la clausura del mundo real en favor del mundo virtual. El primero durará semanas o meses, pero la segunda se acentúa paulatinamente y no parece tener final.

"Quizá la culpa no la tengan Camus ni Poe, sino la algarabía de los niños, que saltan y juegan por el pasillo"

Conforme avanza la tarde los capítulos de La peste comienzan a pesarme. La objetividad, la frialdad de ese narrador cronista, que testimonia cual historiador no me transmite emociones, pese a la intensidad de los hechos narrados y pese a la prosa brillante.

Decido abandonar la novela y comienzo el relato de Edgar Poe La máscara de la muerte roja, que recomienda en Twitter la escritora Irene Vallejo. Ambientado también en el transcurso de una peste, trata sobre un grupo de hombres y mujeres que se recluyen en un palacio. Pero me resulta demasiado romántico, en exceso decadente… Quizá la culpa no la tengan Camus ni Poe, sino la algarabía de los niños, que saltan y juegan por el pasillo.

Esta mañana, cuando he salido a correr por un parque cercano, sabía que sería el último día. Las calles estaban vacías, hacía frío. A lo lejos, en una terraza, he visto a un hombre solo, en pie junto a una mesa alta a la intemperie. Me acerco para mirarle de soslayo. Tendrá unos sesenta años. Es alto, con el pelo lacio y grasiento, al igual que su abrigo de paño ocre. Del interior del bar sale un chino con mascarilla, deja sobre la mesa un solo y vierte en el café brandy Soberano. El hombre da una calada a su cigarrillo y lo apoya en el cenicero. Una vaharada de humo cubre su cara. Alza la vista y me sonríe sibilino. Tiene los ojos azules e inyectados en sangre.

3.5/5 (11 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
reCaptcha Error: grecaptcha is not defined
  • Karina Sainz Borgo en Voces de la Cultura

    /
    marzo 14, 2025
    /

    Yo entiendo la escritura como un magma donde se fusionan las inquietudes intelectuales y las realidades emocionales; las conscientes, manejadas como herramientas de escritura, y las inconscientes, que son las que pueblan la escritura de veracidad. Pero creo que toda novela necesita de un mástil donde amarrarte cuando baten las olas.

  • Harold cumple setenta años

    Lo que consigue el álbum de Johnson es borrar los límites del espacio de representación. A través de la mezcla de dos planos (el niño dibujado que a su vez dibuja y lo dibujado por el niño Harold, que cobra vida e interactúa con él), el lector se siente atrapado por el libro, concernido por él, como ocurre con los artefactos escénicos del arte barroco. Detrás de su minimalismo aparente, Harold construye un mecanismo similar al de la imaginación creadora (sea infantil o adulta), muestra el espacio de interacción entre el plano de la realidad y el imaginario y confirma…

    Leer más

  • Zenda recomienda: Fuerza, de Ferran Vidal

    /
    marzo 14, 2025
    /

    La propia editorial apunta, acerca del libro: “Cuando Ferran Vidal entró a trabajar en un Centro de Atención y Seguimiento a las Drogodependencias, se convirtió en testigo de una realidad aterradora que anualmente se cobra miles de víctimas y que rompe todos los prejuicios establecidos en torno al mundo de las drogas. A su vez, los pacientes y el personal sanitario se convierten en soldados de una guerra que se libra a diario y cuya única victoria consiste en seguir viviendo otro día más. El historietista Ferran Vidal firma una impactante novela gráfica que aborda a fondo el universo de…

    Leer más

  • La novela que nació de un videoclip

    /
    marzo 14, 2025
    /

    Este thriller cuenta la historia de un fotógrafo que retrata a una mujer que preferiría permanecer oculta. La imagen se hace viral y, poco después, ella aparece muerta. Al indagar en su pasado, el fotógrafo descubre que, treinta años antes, Rosa había participado en un videoclip icónico en los 90. En este making of Rafa Luján cuenta el origen de Ana que fue pop (AdN). *** El germen de mi novela Ana que fue pop está en aquella fascinación. El libro nació como un regalo para mi yo-de-quince-años, un chaval cuyo sueño era conocer a sus ídolos. Sería un ejercicio…

    Leer más