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La silla embrujada

La silla embrujada

Dicen que Emiliano Zapata le dijo a Pancho Villa que la famosa silla presidencial mexicana estaba embrujada y que cualquier persona buena que se sentara en ella se convertía en mala. Por eso, le advirtió el Caudillo del Sur al Centauro del Norte, deberían haberla quemado. Pero Villa se sentó en ella y se tomó una foto. Zapata, en cambio, se negó en rotundo. Esta anécdota inspiró el título del ensayo La silla embrujada (Grijalbo), escrito a cuatro manos por el investigador Alejandro Rosas y el historiador Carlos Silva. Se trata de un recorrido minucioso por las sucesiones presidenciales mexicanas durante los siglos XX y XXI a través de hechos históricos, anécdotas y una amplia documentación que ofrece una interpretación sobre la historia del poder en México, los procesos electorales, la democracia y el presidencialismo mexicano, tan marcado por los estilos personales de gobernar. Con un poco de humor y mucho conocimiento histórico, Silva y Rosas dicen haber llegado a la conclusión de que la silla presidencial sí está embrujada o, al menos, su influjo pesa mucho, según la personalidad de quien llega. «Antes, la persona puede ser de otro modo, pero en el momento en que se sienta y se siente con todo el poder, todo cambia», observan, convencidos tras esta interesante investigación de que la famosa silla embruja a quien descansa sus posaderas en ella y desde ese momento dejan de ver la realidad como es. A partir de hoy veremos qué efectos tiene el embrujo en la mujer que se sentará en la dichosa silla los próximos seis años.

NACHO TREJO FUENTES, ADIÓS A UN CRÍTICO

"Ignacio Trejo Fuentes fue una figura clave en el mundo de las letras mexicanas por sus críticas y reseñas literarias"

Lo recuerdo en la cantina El Palacio discutiendo con fervor de literatura, trayendo nombres de autores nuevos y jóvenes promesas, criticando los egos desmedidos de quienes ya se creían grandes autores porque habían publicado uno o dos libros. Ignacio Trejo Fuentes fue, en efecto, una figura clave en el mundo de las letras mexicanas por sus críticas y reseñas literarias. El próximo 4 de junio iba a cumplir  69 años, pero el destino ha querido que se despidiera de este mundo extraño y turbulento un poco antes. Ensayista, cronista, crítico literario, antólogo y narrador, entre las obras de Nacho Trejo Fuentes destacan Revueltas en la mira, De acá de este lado (una aproximación a la novela chicana), Crónicas romanas, La hoguera y el viento, Loquitas pintadas, Tres tristes tópicos o Diario de Jersualén. Hasta siempre, maestro.

SELMA ANCIRA Y LA TRADUCCIÓN

"Selma Ancira afirma que traducir es comprender y compartir, administrar paciencia, dedicación y una obsesiva búsqueda de palabras"

Selma Ancira es una de las grandes traductoras que tenemos los lectores en lengua española. Con su enorme talento ha volcado a nuestro idioma obras fundamentales de autores griegos y rusos, entre ellos Tolstói, Chéjov, Pushkin, Tsvietáieva, Kalafatis, Iordanidu y Kazantzakis, cuya adaptación al cine de Zorba el griego, interpretada por Anthony Quinn, fue la epifanía que, con apenas ocho años, la llevaría a aprender idiomas. Lo cuenta en el libro El tiempo de la mariposa, publicado por la editorial Gris Tormenta en su singular colección Editor, la cual “propone reflexiones sobre una industria que no suele contemplarse a sí misma muy a menudo”. Ensayo plagado de aventuras, hallazgos y reflexiones sobre el oficio de traductor, en él Ancira recuerda que fue Jaume Vallcorba, el mítico editor de Acantilado, quien un día de primavera le propuso traducir uno de los libros del autor de Cristo de nuevo crucificado y ella, naturalmente, eligió Zorba. Y ahí, relata, «empezó la cruzada: leer y releer, descubrir y recordar, adentrarse en el mundo de Kazantzakis, conocer sus obsesiones, sus placeres, sus inquietudes. También sus frustraciones». Ahora, con la experiencia y el gran oficio con que cuenta, Selma Ancira afirma que traducir es comprender y compartir, administrar paciencia, dedicación y una obsesiva búsqueda de palabras, de atmósferas, de detalles que hagan de la traducción un verdadero ejercicio creativo que corresponda a la calidad y fuerza de la obra original. Traducir, dice, es conseguir un «sutil equilibrio entre literalidad y creatividad». Toda una lección.

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