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La tragedia de los desaparecidos en México

La tragedia de los desaparecidos en México

A raíz de la desaparición la noche del 26 de septiembre de 2014 de 43 jóvenes normalistas, quienes fueron secuestrados, torturados y asesinados, esparciendo sus restos aún no se sabe dónde en las inmediaciones de Ayotzinapa, Guerrero, el ilustrador mexicano Santiago Moyao (Ciudad de México, 1993) se dio cuenta de la urgencia de hablar de ese siniestro suceso en el que han estado implicados narcotraficantes, militares, políticos y autoridades judiciales de todo pelaje, al punto de que el caso sigue sin esclarecerse después de una serie de contradictorias versiones que han dejado al desnudo la impunidad, la falta de eficiencia de la justicia y el grado de absoluta indefensión en el que vive la población en México. Por medio del cómic y la novela, el autor ha podido generar una original reflexión, muy diferente a la que se hace leyendo las noticias de este tipo de casos. De esta forma, Moyao, ganador del Premio Nacional de Novela Gráfica Joven 2021, ha ficcionado el drama de cinco madres cuyos hijos han desaparecido para crear una espléndida novela gráfica titulada Mandrágora, que el Fondo de Cultura Económica acaba de publicar en su colección Tierra Adentro. La obra, que recurre incluso a elementos mágicos propios del imaginario popular mexicano, intenta sensibilizar al lector ante una tragedia que es cada vez más habitual en México, recreando el valor y el compromiso de todas esas madres que en este mismo momento persisten en la búsqueda de sus hijos de forma sistemática y cotidiana, a pesar de las amenazas y la violencia de la que son objeto, revelando cómo descubren que la única solución a este problema mayúsculo que afecta a la sociedad mexicana en su conjunto es la unión y el apoyo mutuo. Estas búsquedas, tan dolorosas y en las que sus protagonistas se enfrentan a infinidad de obstáculos, también ponen de manifiesto que la fuerza del amor materno no tiene límites, y que es algo admirable que sacude la conciencia de cualquier lector. Como bien ha señalado el propio Moyao, es necesario abordar esta situación desde un ángulo más humano, cuyo enfoque recuerde que si bien en este momento hay más de 100 mil desaparecidos en México, cada uno de ellos tiene a alguien que lo está esperando o buscando. Respecto al propio trabajo gráfico, el autor ha explicado que usó tonos oscuros porque difícilmente el lector podría imaginar una historia «colorida», así que la masa gris que envuelve muchos de sus episodios evoca esa ambigüedad, esa niebla en la que uno puede sentirse cuando no tiene respuestas, esa sensación tan terrible de no saber el estado en que se encuentra la persona que uno quiere cuando ha desaparecido. Por otro lado, Moyao dice que el uso del desierto como escenario de esta novela gráfica busca comunicar la desolación interna de las cinco madres que comparten un dolor, y la aparición de una mina que se lo come todo es sinónimo del olvido, y trata de advertir del peligro de que nadie recuerde que estas personas fueron despojadas de su libertad. Una obra que resplandece y hiere como un punzón de acero.

DEL MESTIZAJE Y EL ANTIRRACISMO

"Dice el ensayista Mauricio Tenorio que para superar el supremacismo blanco habría que dejar de creer en categorías como afroamericano, razas mezcladas o latino"

Dice el ensayista Mauricio Tenorio (Michoacán, 1962) que para superar el supremacismo blanco habría que dejar de creer en categorías como «afroamericano», «razas mezcladas» o «latino», pues la «infamia» de la «raza» es tan grande e histórica que se ha convertido en un tabú negar la raza sin reafirmar su existencia. ¿Pero y si, en cambio, asumiéramos cual principio la «orgía perpetua» en que ha vivido la humanidad, si no marcáramos racialmente a las personas, si comprendiéramos que mestizaje significa a la vez una historia en común y unas particularidades que dotan de originalidad a cada individuo, sea mexicano, estadounidense o canadiense? Estudioso de conceptos como el de raza, nación, Estado o sociedad, Tenorio Trillo, doctor en Historia y profesor de la Universidad de Chicago, acaba de publicar un libro en el que aborda esta espinosa cuestión, titulado Elogio de la impureza, editado por Siglo XXI, en el que al tiempo propone algunas claves para allanar el camino a nociones éticas distintas en el campo de las identidades culturales en el conjunto de Norteamérica, e intenta responder a la pregunta sobre qué revela la historia del mestizaje leída a contraluz de la larga historia del antimestizaje, en un momento, dice el propio autor, en el que torcemos por el culto a las diferencias, justo cuando está más en auge la ciencia del genoma humano y de la homogeneización consumista, cultural, lingüística y política, como no ha habido en la historia de la humanidad. Este libro, pues, propone «mexicanizar» la historia de Estados Unidos y Canadá —»porque no queda más que aceptar el mestizaje y utilizarlo para buscar mejores escenarios sociales», dice— y «desgringar» los debates mexicanos alrededor de raza y desigualdad que de manera creciente denuncian el mestizaje con nuevas categorías como «afromexicanos», «White Mexicans», «afromestizos» o «mestizos reindigenizados». Un buen chingadazo a los cada vez más absurdos «estudios culturales».

PARADA MILITAR Y DESPROPÓSITO

"La queja llegó de inmediato por parte de la embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, quien criticó la presencia del contingente ruso en el desfile"

¿A quién se le habrá ocurrido que era buena idea invitar a un batallón del ejército ruso a participar en el magno desfile militar que cada año se organiza el 16 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México con motivo de las fiestas de Independencia? Hacia el final de su discurso, el general Ricardo Trevilla Trejo, comandante de la columna mexicana del desfile, quiso evadir el desaguisado rindiendo un parte de la parada militar —en la que habían participado 33 banderas de guerra, 13 mil 805 integrantes del Ejército, Fuerza Aérea Armada y Guardia Nacional mexicana, 94 charros y civiles, 455 vehículos terrestres, 85 aeronaves, 10 embarcaciones, 434 caballos, 177 canes, 36 águilas y halcones, y 19 delegaciones extranjeras, entre ellas la de Venezuela, Cuba, China y la Federación Rusa— «sin novedades». Sin embargo, la queja llegó de inmediato por parte de la embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, quien criticó la presencia del contingente ruso en el desfile, recordando que ese mismo ejército, cuyas «botas y manos de criminales de guerra están manchadas de sangre”, como apuntó la diplomática, lleva año y medio invadiendo y bombardeando territorio ucraniano. «¿Cómo de coherente es, señor López Obrador, su política de neutralidad y su condena de la agresión rusa contra mi país?», preguntó con toda razón Dramaretska en su cuenta de X. ¿Sin novedades, mi general?

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