La verdadera ciencia detrás de tus ojos

Y no desaparece.

Tanto que me he obligado a perder el tiempo en interminables salas de esperas para poder sentarme frente a la mirada cansada de los médicos. Aunque he de decir que, después de todo, tuve mucha suerte con el doctor que me atendió. Debía provenir de una larga estirpe de videntes y adivinos porque, mientras yo le contaba mis miserias, al tipo ni si quiera le hizo falta separar la mirada de su ordenador para encontrar remedio.

Cogió un papel de su escritorio, hizo una bola y se la lanzó al colega.

Que fuese al oftalmólogo, me dijo.

Y fue así como di con la invitada de esta semana.

Descubrí a Conchi Lillo como en una revelación, que es el aspecto que toman ahora las recomendaciones de internet gracias al algoritmo. El ruso que nos espía desde el teléfono debió escuchar en alguna de mis conversaciones que necesitaba ir al oculista o que me tenían que poner gafitas. De manera oportuna, me saltó a la cara una entrevista interesantísima que el gran Álex Fidalgo hizo a esta neurocientífica especializada en el sistema visual.

Y es que Conchi Lillo se ha convertido en los últimos años en una de las voces más respetadas dentro del mundo de la neurociencia. Además de ser profesora de Biología Celular en la Facultad de Salamanca, ha publicado más de 50 artículos científicos en las  revistas más prestigiosas del mundo, como Nature, Sciencie o Neuron. Pero lo mejor de todo es que acaba de publicar un libro apasionante titulado ¡Abre los ojos! donde se explica por qué los hombres vemos menos colores que las mujeres, cómo evolucionará en el futuro nuestro sistema visual, por qué los piratas llevaban parche o, lo más importante, por qué algunos veían azul y otros dorado el traje que se hizo viral en Facebook.

Si eres de los míos y también tienes ojos en la cara, es muy probable que esta conversación te interese:

Si no los tienes, también puedes escucharla en Spotify, Apple Podcast o Ivoox.

Si lo prefieres, también tienes la opción de ver la entrevista que Álex Fidalgo le hizo en su momento a Conchi Lillo. Álex es periodista y ha trabajado en radio, por lo que ya os digo yo que se le da mejor esto de estar delante del micrófono que a mí.

Por cierto.

Los especialistas dicen que no me ocurre nada malo en la vista. Que veo perfectamente.

Adiós a la ilusión de verme en la contraportada de mi próxima novela con aires de intelectual cultivado.