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La vida no es sencilla para las gentes sencillas

La vida no es sencilla para las gentes sencillas

Ajústense los cinturones. El viaje va a ser extralargo e intenso. Denso también. El ojo vago, primera novela escrita en castellano por el asturiano Xandru Fernández (Turón, 1970), saca a pasear su mirada durante dos milenios y en varios escenarios tan poco afines, en principio que no al final, como la Palestina de Jesús de Nazaret, el Londres que sufrió las andanzas de Jack El Destripador o el Leningrado de los horrores. La odisea espacio-temporal tiene como hilo conductor una historia de amor. O algo así. No es un amor corriente. Es eterno. Un amor que arranca malherido cuando el adolescente Pérdicas, natural de la Esmirna de Alejandro Magno, sufre la pérdida de su amada (eso piensa él cuando los sentimientos aún nublan el entendimiento y se idealiza en exceso) de forma violenta. Y comienza entonces una búsqueda de Nastassia, que así se llama la chica presuntamente querida, a lo largo de los años que permite a Fernández un juego de identidades sorprendentes: al navegante Pérdicas le podemos encontrar reencarnado en los seres más inesperados. En un animal, por ejemplo; cuervos, perros perdigueros, lagartos. Vuelan, corren o reptan. O en una cantante griega. O en un socialista londinense del siglo XIX. Confusiones y confesiones que aclaran muchas cosas no solo sobre el protagonista, que se ve metido de lleno en una indagación perpetua sobre sí mismo, sino sobre la misma historia de una Humanidad marcada por unas constantes letales que ponen al terror, el oscurantismo, la crueldad, el fanatismo, la derrota, el escepticismo y otras muchas tinieblas como paisaje natural donde sobrevivir es muchas veces la única ocupación de las personas.

"Fernández muestra en El ojo vago unas evidentes afinidades con las personas que sufren el peso de la historia sin dejar poso en ella"

Esa exploración a lo largo de los siglos, en la que irrumpe siempre que puede Tracio, un personaje duelista que se ocupa de encarnar lo peor de los seres humanos, sirve como excusa para que la narración de Fernández se detenga en distintos episodios históricos en los que no puede que no deje títere con cabeza, entrando a saco en vaivenes sociales y meandros religiosos donde se cocieron a fuego lento y abrasador muchos de los episodios irracionales que azotaron al mundo. El ojo vago, recorrida por un humor subterráneo que lo hace inquietante, traspasa el umbral de la vida para entrar en un laberinto donde la muerte y el deseo se entrecruzan con un aliento épico que no excluye los recovecos filosóficos, e incluso los alimenta en ocasiones. Al tiempo, la novela propone una aguda reflexión no solo sobre los mecanismos de ficción que mueven los (re)sentimientos amorosos sino que abre oportunas vías de reflexión sobre el mismo acto de crear, o, lo que es lo mismo, sobre el papel que la imaginación (o la representación de nuestras fantasías y necesidades) tiene en muchas convicciones que pueden llegar a guiar/impulsar nuestras vidas. De ahí que en la cauta melancolía que se respira en las páginas de la novela se quede al borde mismo de la amargura que provoca la decepción cuando se enquista, pero sin permitir que el abismo sea el único destino posible. Siempre hay tiempo para ilusionarse, como le ocurre al protagonista de memoria retráctil en la desembocadura de la novela, ya en el siglo XX, donde las pasiones pueden terminar siendo prisiones para la razón. Leemos: «La vida no es sencilla para las gentes sencillas». Fernández muestra en El ojo vago unas evidentes afinidades con las personas que sufren el peso de la historia sin dejar poso en ella, los sufridores que viven a la intemperie las tormentas que se forman en el gran firmamento de la historia. El resultado no es solo una de las novelas españolas más audaces y brillantes del año, sino también la constatación de que estamos ante un narrador de fuste que ofrece una mirada muy personal sobre los grandes asuntos universales.

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Autor: Xandru Fernández. Título: El ojo vago. Editorial: Editorial Pez de Plata. Edición: Papel

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