Laberinto mar: el océano en la mirada

Pese a ser una península, los españoles se comportan como isleños. La insularidad marca nuestra historia, conclusión a la que ha llegado Noemí Sabugal tras investigar durante tres años nuestras costas. El resultado es un libro espectacular.

En este Making Of, Noemí Sabugal recuerda las mil formas de mirar la inmensidad azul que descubrió mientras escribía Laberinto mar (Alfaguara).

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Vi un océano muy distinto en los ojos de Dula Piñeiro, la mariscadora gallega que me dijo «estoy enamorada del mar». O en los de Jordi Ballart, nadador-escritor que ha encontrado en el mar un refugio, una terapia, un lugar de autoaceptación. Había un mar de ausencia, de amor y de temores en los ojos de la poeta Leire Bilbao y en los de su padre, Patxi Bilbao, pescador de altura, que ha capeado las tormentas más duras en Rockall, con olas tan intensas que enceguecen todo alrededor. «Aquel hombre que dejó la mar / nunca dejó de oler a salitre», dice Leire Bilbao en un poema.

Agradezco la generosidad de esos hijos e hijas de la mar que me abrieron sus vidas, sus casas, sus barcos; que compartieron conmigo sus experiencias y sus conocimientos. Sin ellos este libro no existiría. Tampoco sin Pablo J. Casal, autor de las fotografías que aparecen en sus páginas y faro atlántico cuya luz me acompañó en esta travesía. Para escribir este libro he buscado el mar en los ojos de muchas personas. También en los míos. He mirado a mi primer mar, el Cantábrico, en el que aprendí a nadar. En la playa de San Lorenzo, en Gijón, mi abuelo José nos decía a mi hermana y a mí que le echáramos agua de mar a las heridas porque así curaban mejor. De esta forma supe que el mar cura, pronto descubriría que también hiere.

Laberinto mar es un viaje por las costas cantábricas, atlánticas y mediterráneas de España. Un viaje, como digo al comienzo del libro, con los ojos llenos de azul y los oídos escarchados de salitre para escuchar las historias de sus habitantes. La escucha ha sido esencial para escribir Laberinto mar. También la mirada. Elegir qué mirar es posicionarse, es señalar lo que importa. Se observa un lugar, una situación, un tema, y se recogen voces distintas. Los últimos cazadores de ballenas, los de la factoría gallega de Caneliñas, a los que conocí en Cee, no dicen lo mismo que los miembros de la Sociedade Galega de Historia Natural y otras organizaciones ecologistas que reclamaban el final de la pesca de estos cetáceos, aprobada finalmente en 1986. Hay una marea de voces en Laberinto mar: biólogas y biólogos marinos, geólogos e historiadores, neskatillas, bateeiras y percebeiros, almadraberos, salineros, carpinteros de ribera.

La superficie marina de España se acerca al millón de kilómetros cuadrados. La actual Ley de Costas dice que el litoral del país mide más de diez mil kilómetros, aunque nadie lo sabe con exactitud. Es imposible saberlo, tanto por su geometría fractal como por los cambios continuos que se dan en la costa. En los municipios marítimos vive un cuarenta por ciento de la población. Son sólo tres datos que muestran la importancia que el mar, los mares, tienen en un país que es casi una isla.

Los datos revelan muchas cosas, pero no lo revelan todo. El mar tiene muchas facetas: personales y sociales, económicas y ecológicas. El mar es naturaleza y también es turismo, es el histórico camino de salida de los migrantes españoles y el de llegada ahora de otras personas que se juegan la vida en los cayucos. Sobre el mar se trazan los relatos de aventureros y descubridores y las rutas de los narcotraficantes. El mar es astilleros y superpuertos, sirenas y leyendas de ciudades sumergidas. Es mareas de chapapote y los bidones nucleares arrojados a la Fosa Atlántica. También es mar La Albufera y el Delta del Ebro y el Mar Menor. Y por supuesto todas las islas. El mar es todos los que lo han escrito y cantado: Rosalía de Castro y Manuel Antonio, Carmen Conde y Josep Pla, Càstor Pérez y Joan Manuel Serrat. Es la migración heroica de las aves marinas y es posidonia, peces, estrellas, corales. Contar algo de todo esto —no todo, no lo bastante— ha requerido muchos viajes, mucha documentación, cientos de lecturas. Y aun así el mar es una infinitud que nunca comprenderemos del todo.

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Autora: Noemí Sabugal. Título: Laberinto mar. Un viaje por la ida y la historia de nuestras costas. Editorial: Alfaguara. Venta: Todostuslibros.