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Creo que nunca he llamado a una historia, ellas siempre vienen a mí. Acuden a buscarme y me llevan de la mano en un viaje cuyo destino desconozco. Me obsesionan las imágenes, la playa del Pinet, una ahogada en la orilla, una mujer que niega ante a la policía conocerla por miedo a que vuelvan a encerrarla en el psiquiátrico. Y después nada… salvo el acecho constante de los personajes asomándose a mi mente, susurrándome escenas, como súplicas de escritura… Y es entonces cuando la obsesión se transforma en ansiedad, y busco cualquier instante para huir de la realidad y sentarme a crear ese mundo en el que la inspectora Muñoz es una mujer brillante, inteligente y seductora, pero también un ser sin piedad, fría y manipuladora. Quiere descubrir la identidad de ese cadáver que ha aparecido en la playa, saber qué le ha pasado, y durante el proceso a quien acabamos conociendo es a ella: una mujer abyecta, que se burla de la locura de los demás mientras es incapaz de ver la suya propia.
Siempre hemos visto esta historia desde el punto de vista de la víctima, que en esta novela son muchas, como Juan, el esposo de la inspectora Muñoz, en quien vamos a reconocer el impacto de querer a uno de estos vampiros del amor. Pero si eres de los que se sienten a salvo en la orilla, nadando en la superficie, ten cuidado con La Playa de los Narcisos, porque vas sumergirte en el interior de un auténtico psicópata narcisista: lo que piensan no es lo que tú crees que piensan; lo que les motiva no es lo que tú crees que les motiva; lo que les asusta no es lo que tú crees que les asusta… Todo lo que crees es porque ellos te han hecho creer que es así, y a veces hasta ellos mismos quieren creerlo, porque en realidad son personas vacías, inválidas emocionales cuya distorsión de la realidad está hecha a la medida de sus delirios, pues escapar de la disonancia cognitiva y ver la realidad supondría un golpe tan duro para ellos que muchos preferirían quitarse la vida antes que admitir que no son nada… Sufren lo indecible, su elevado sentido del autoconcepto contrasta enormemente con una autoestima extremadamente vulnerable, pues depende de ti… Es un Narciso que se me mira en el reflejo de tu atención, el aplauso constante, del que pronto se aburre y siempre quiere más, porque su alma es un agujero sin fondo.
La Playa de los Narcisos es una novela negra ambientada en un Mediterráneo luminoso, donde la oscuridad es otro sol y te obliga a mirar hacia esas realidades de las que nadie habla, que parecen tan lejanas, pero en realidad están íntimamente vinculadas a nuestro día a día. Esas mujeres del Congo, capital mundial de las violaciones, el segundo conflicto que más muertes ha ocasionado a lo largo de la historia después de la II Guerra Mundial y que nunca sale en las noticias porque nuestro percentil narcisista, que todos lo tenemos, no quiere ver que cada vez que usamos el teléfono móvil estamos colaborando con la explotación ilegal y violenta de ese diamante de sangre llamado coltán; de la misma manera que no queremos saber que cada vez que nos metemos una raya de cocaína estamos patrocinando una industria de muerte, atrocidades y esclavitud. En este tipo de problemáticas, trata de blancas, torturas, violencia, violaciones, asesinatos, narcotráfico… siempre apuntamos al traficante, al proxeneta, al violador, al asesino… Nunca miramos la otra cara de esa misma moneda, que suele estar en los países a los que se exportan esos minerales, esas drogas, esas mujeres destinadas a la explotación sexual. No es la oferta, es la insaciable demanda la que financia el horror.
El proceso de escritura es en realidad reescritura, y esta novela ha navegado por un periodo de varios años en los que hubo de todo, incluso periodos en los que tuve que obligarme a desconectar y tomarme un descanso sabático, porque el llanto mojaba las palabras. Todo lo que aparece escrito en las páginas de esta historia es real, desde la primera línea hasta la última. Y todos y cada uno de los personajes, desde el más protagonista hasta el más secundario, está inspirado en alguien con nombre y apellidos, pero si me preguntan lo negaré y diré que los personajes y hechos retratados en esta novela son ficticios y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, o con hechos reales, es pura coincidencia, porque al final los escritores somos unos cobardes camuflados entre frases…
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Autor: Mado Marínez. Título: La Playa de los Narcisos. Editorial: Algaida. Venta: Todostuslibros.
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