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Las cartas de Trafalgar

Tengo delante una carta fechada en junio de 1805, tres meses antes del combate naval de Trafalgar, que precisamente se libró por estas fechas hace 219 años. Se trata de un texto conmovedor, y no porque el contenido sea emotivo o tierno. Al contrario, su prosa es seca y dura, pues fue escrita por un alto oficial de la Armada Real, comunicando la llegada de 140 presidiarios de la cárcel de Ceuta para ser embarcados en los navíos que iban a enfrentarse a la escuadra del almirante Nelson. Lo conmovedor de la carta es cuanto se adivina detrás de ella; lo que trasluce la fría información oficial. La desgraciada España que desvela.

La lectura de esas líneas manuscritas me lleva a la correspondencia oficial de la época —recopilada en dos formidables volúmenes por mi querido amigo, ya fallecido, el almirante Sisiño González-Aller—, que no repasaba desde que hace veinte años escribí Cabo Trafalgar. Eso me ha deparado una tarde de lectura melancólica; un rato de amarga reflexión, como ocurre a poco que escarbes en la historia de España, siempre sometida, antes como ahora, a la misma clase de gente, lleve gorguera, sotana, sable, bastón de mando, coche con chófer o cartera ministerial. Consultando los pormenores de nuestros innumerables trafalgares, igual victorias que derrotas, se advierte una y otra vez la improvisación, la incompetencia, el ninguneo, el desdén oficial, el desprecio hacia la pobre gente que en un campo de batalla, en la cubierta barrida por la metralla de un navío, en cualquier lugar de nuestra más dramática historia, fue víctima durante siglos de lo que muy bien definió durante la Segunda República un diario de Cartagena con su titular en primera página: «Cuánto cuento y cuánta mierda».

Consultar esa correspondencia —lo mismo Trafalgar que Bailén, Rocroi, Santiago de Cuba, Annual, el Ebro, Ifni o lo que sea— es un ejercicio tan actual, deja una sensación tan próxima y familiar, que estremece. Porque ahí se retrata la España eterna en todo lo suyo: antes, de una forma descarada y brutal; ahora, con paños calientes y retórica de telediario. Pero queda siempre la misma sensación lectora de conocer el paño y saber de qué se habla y quiénes hablan. De poner nombres y apellidos a los hijos de la grandísima puta de siempre; a la casta infame, irresponsable, venal, corrupta, que nos metió, y sigue haciéndolo, en los callejones oscuros de la Historia.

Las cartas en torno a Trafalgar podrían haber sido escritas hoy mismo, pues el fondo de muchas es idéntico: presidiarios y gente de tierra que nunca navegó, carne de cañón reclutada a última hora —corto número de útiles y desproporción excesiva de inhábiles, dice una carta— para tripular navíos faltos de dotaciones, sin artilleros ni gente de maniobra experta, enviada a combatir contra una armada británica profesional, motivada y bien pagada, ante la que serán objeto de burla. Y no por falta de voluntad o coraje, sino por ignorancia e insuficiencia de adiestramiento, que los lleva a introducir los cartuchos al revés, dejar otros dentro del cañón, etc. Ni siquiera, se comenta en otra carta, hay dinero para equipar a la gente con ropa de mar adecuada para evitar que pase frío. Y todo eso, o mucho más, remachado con otra carta del primer ministro Godoy, allá en su confortable palacio, responsable —ésos nunca van a la cola del paro— de aquel sangriento disparate: Con gran sentimiento mío, el pago de sueldos no puede hacerse mensualmente y sólo de tiempo en tiempo podrán darse algunas pagas a los embarcados.

Sin embargo, o tal vez a causa de ello, siempre hubo gente como el marino y científico Cosme Damián Churruca. Y eso es lo asombroso: a pesar de la desidia y la incompetencia, a pesar de siglos de abandono criminal, nunca se extingue el filón en la cantera de hombres —y mujeres, son tiempos de justicia para ello— que como él, tras escribir a su hermano toda mi gente es bisoña y me desespero no pudiendo maniobrar bien con ella, después de subsistir con clases particulares de matemáticas —nos deben cuatro meses de sueldo, no pagan a nadie, y ni esperanza de ver un real en mucho tiempo—, cumplió su deber en Trafalgar; donde, batido su navío por cinco ingleses, clavó la bandera para que nadie la arriase, muriendo entre los pobres infelices que le habían asignado como tripulación y que, como él, vendieron cara la piel peleando con la desesperación, el coraje y la vergüenza que faltó a quienes allí los enviaron. Si te enteras de que mi barco ha sido apresado —escribió resignado al embarcar, seguro de su destino— sabrás que he muerto. Y no hay mejor resumen que ese marino y esas palabras en la triste historia de España.

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Publicado el 8 de noviembre de 2024 en XL Semanal.

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John McLane
John McLane
1 mes hace

La triste historia de España, del quiero y no puedo, del a buenas horas mangas verdes, del así nos luce el pelo, de España más madrastra que madre, del Spain is diferent, del qué buen vasallo sería si tuviese buen señor, del vuelva usted mañana, del jugamos como nunca y perdimos como siempre…

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
1 mes hace

Si «Línea de Fuego» es la mejor novela bélica que he leído, sin dudas «Cabo Trafalgar» es la mejor novela de batallas navales que haya caído ante mí. (Y que se jodan O’Brian, Forester y Conrad: ¡Ya está: lo dije!)

ricarrob
ricarrob
1 mes hace

La verdad, sr. Sepúlveda, es que le doy la razón en la primera y en la segunda. OBrien no se puede comparar pero es una delicia, me ha dado horas y horas de relajación, deslizándome por el mar, en sus veinte novelas del capitán Aubrey. A Forester no le trago, quizás sean idiosincrasias no explicadas. Y a Conrad, la verdad es que es necesario apreciarlo bajo los efectos etílicos de tres copas de buen brandy ya que sus efectos hipnóticos, desequilibrados y surrealistas son inasumibles en un estado de vigilia normal.

De los tres me quedo con OBrien y, de los cuatro, me quedo con Reverte. Es el mejor, sin duda. No sé si es por ser español, pero no me importa, es el mejor.

Joder, jodiendo, jodamos, hoy estas palabras cobran nuevo sentido en una nueva interpretación errecojoniana… la nueva política, la nueva ética, el nuevo sexomarxismo, sexutópico y estuprador.

Nuevo eslogan de la izquierda: tocar culo y marica el último en los machos rojos; trasegar, callar y consentir en las hembras rojas. La culpa, la derecha.

Saludos cordiales, sr. Sepúlveda.

Ricarrob
Ricarrob
1 mes hace

Siempre dudo de si sus excelentes artículos se refieren a ayer o a hoy, don Arturo. Porque hoy, después de la debacle de la Dana, se puede juzgar cómo mientras unos luchaban por su vida, otros debatían psra obtener el poder en TVE. Han pasado dos siglos y las bajezas morales siguen campando en la piel de toro.

Cada vez que nos enteramos de los sueldos mensuales de sus señorìas (quizás habría que llamarlos sus guarrerías) la indignación crece. ¡Ropa de faena a todos y a Valencia a achicar agua y limpiar fango! Además ya están familiarizados con él ya que es su hábitat natural diario, en su vida parlamentaria y en su vida personal.

Y, bueno, ya el colmo es que, tal como hacía Godoy, muchos quieran el poder para poder joder. Y no sólo a los ciudadanos sino practicar el estupro y la indecencia aprovechándose del halo que para muchos y muchas envuelve el desempeño del carguito. No se sabe a ciencia cierta si Godoy se dedicaba a tocarle el culo a toda hembra que asomase por su lado pero sí se sabe que, ante el motín de Aranjuez, se escondió como una gallina asustada. Mi disculpa hacia las gallinas…

Ideologìas de izquierda… en España… el sexo sin límites como ideología.

No, godoy no fue a Trafalgar. No, sus guarrerías no fueron a Valencia. Si, el Rey si apareció con ropa militar de faena. Otros, en la India, siendo agasajados y pasando olímpicamente de todo y de todos. Si quieres viajar por el mundo, hazte político y, si llegas a presidente, mejor todavía.

Muchos churrucas han habido estos días entre las fuerzas de seguridad, bomberos, policía, Guardia Civil, militares, etc., arriesgando su vida para salvar otras.

Mi profundo homenaje a todos ellos. Como siempre, como en todos los trafalgares que este país ha tenido, siempre, con el pueblo.

Homenaje.

Antonio Clemente Ruiz
Antonio Clemente Ruiz
1 mes hace
Responder a  Ricarrob

Usted dice que el rey se puso el traje de faena? Hombre, esto tb lo dice Reverte. A este señor no le discuto su calidad literaria, a usted no le conozco, pero ambos parecen monárquicos. Eso lo respeto, allá cada cual. Pero en la época de los desastres que se narran aquí encima, había reyes con poder absoluto, delegado en personas sin escrúpulos. Los políticos de ahora,” sus guarrerias”, dice usted, los elegimos cada cuatro años, y los podemos cambiar incluso antes. Al rey, el mayor guarro de todos, vago de nacimiento, tiene cargo vitalicio, de nacimiento.
Hombre, eso si que es una jodienda.

Pilar
Pilar
1 mes hace

Así es, algo como el oficial que rescató a su hijo del desastre de Annual, y no pudo, o no quiso hacer nada por los que atrás quedaros, condenándolos a una muerte atroz.

Eve
Eve
1 mes hace

Se diría que estamos marcados por una malvada profecía, que es estar siempre gobernados por los peores de cada época.Siempre erramos los votantes del pueblo llano,pero es que permanecemos como espectadores de esta política tramposa que siempre termina entre corrupción, ineficiencia y desprecio a los gobernados.Así es nuestra historia

Julia
Julia
1 mes hace

Buenos días Capitán.
Emocionante relato basado en las cartas que el Almirante? Churruca escribió.
Esas misivas son auténtica literatura en el difícil género de la correspondencia literaria. Se puede sentir el dolor, la vergüenza y la impotencia del marino que va a combatir en una lucha perdida de antemano.
Aprendí los términos náuticos que conozco leyendo Trafalgar de Galdós, aunque realmente no sé qué significan.
De mis estudios recuerdo que se tachaba al Almirante Villeneuve de inepto y no sé muy bien por qué luchábamos con los franceses si nunca nos hemos llevado bien.

El caso es que la victoria fue para Lord Nelson, aunque creo que falleció a causa de sus heridas, lo cual demuestra que Churruca y no sé si había otro que se llamaba Gravina, se batieron como héroes.
Nelson tiene Trafalgar Square y un halo romántico de su historia con lady Hamilton. De las varias películas rodadas existe una protagonizada por Laurence Olivier y Vivien Leigh, matrimonio en aquel momento.
Churruca tuvo, no sé si todavía existe, un barco español con su nombre.

Ahora voy al género epistolar.
Adoro las cartas, los carteros y empleados de Correos, aunque ya nadie escribe. Nunca traían malas noticias, las de ahora sí porque las recibidas o son de Hacienda o multas de tráfico.
Para mí, es una conversación entre dos personas que no pueden hablar de forma presencial. Prefiero cartas a hablar por teléfono, no me gustan las conversaciones telefónicas.
Las cartas son directas, profundas, amorosas, confidenciales, emocionantes y permiten un conocimiento casi perfecto del otro porque cualquier tema se puede tratar.
No sólo es importante hablar de amor, sino también de ilusiones, deseos, gustos y preferencias; todo tiene cabida en una sincera carta.

He recibido y escrito una carta diaria durante los cuatro años de mi noviazgo y todavía hoy, me embarga la emoción cuando recuerdo lo que sentía.
Incluso, mi amigo del alma llegó a enviarme alguna carta en domingo, de forma urgente. Entonces se podía hacer, era el summum del detalle y amor verdadero.
Puedo llegar a emocionarme cuando comprendo que lo he tenido todo.
Siempre digo que mi vida fue interesante y no uso la palabra feliz, porque los momentos de dolor tan intensos que viví, restan peso a mi felicidad total.
Quizás fueron necesarios para equilibrar la balanza, pero, francamente, no le veo la gracia.

Miguel Ángel Fernández López
Miguel Ángel Fernández López
1 mes hace

Que grande Don Alturo , tiene usted toda la razon en esas palabras.
Un abrazo.

Pepe García
Pepe García
1 mes hace

La primera vez que fui a Afganistán, me ingresaron un anticipo suficiente para gastos extras, unas semanas antes de partir.
La segunda vez, sin embargo, llevaba allí más de cincuenta días de octubre y noviembre sin ver un euro. Cuando el intendente preguntó al Cuartel General le respondieron que nos distrajese con excusas durante la Navidad y que en enero, ya si eso, harían las primeras trasferencias.
Trafalgar, no hace ni 219 meses.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace

Trafalgar

Para hablar de Trafalgar,
O cualquier otra contienda,
Dejémonos de «jodiendas»
Y aprendamos a ganar.
Porque eso de repasar
Recordando «Ajipedobes»
Es arte de perdedores,
Convertido ya en ritual
Si seguimos el «manual»
Que nos venden los traidores.

Se perdió en Trafalgar
Por diferentes razones,
Ni churrucas ni cojones!
Fue porque elegimos mal.
O mejor dicho fatal,
Desde que Carlos III
Nos puso en el derrotero
De apoyar a los franceses
En oscuros intereses
Contra los filibusteros.

Se recuperó Menorca,
Gálvez ganó en La Florida…
Pero la contrapartida
Fue poner soga en la horca
Porque se enfadó la porca.
Y, con la pérfida Albión
Víctima de humillación,
No iba a tardar el gusano
En dirigirse al manzano
Vendiendo emancipación.

Encima fue un mal negocio
Porque los putos masones,
En vez de otorgar galones
A quien les libró del bocio,
Se lo tomaron a ocio,
Inventándose doctrinas,
Con ínfulas sibilinas,
Para tener a su mano
Territorio americano
Desde Alaska hasta Argentina.

Así, muy juntos los dos,
Que antes se habían peleado,
Comparten su negociado
Para joder nuestra unión.
La que antes fue gran nación
Quedó desecha en pedazos
Gracias a unos cabronazos
(Si los pilla Blas de Lezo
Les retuerce el pescuezo)
Que quisieron romper lazos.

Divididos y enfrentados,
El raposo anglosajón
Pudo asaltar el cajón
Y robar a estos negados,
Que viven obsesionados
Reclamando, no sé a quién,
El que no les va muy bien
Por culpa de Hernán Cortés,
Y, ojalá se hablase inglés
En las selvas del Darién.

Napoleón y su tropa
Aquí estarían de más,
Porque no íbamos a entrar
En esos líos de Europa.
Y, con buen viento de popa,
Estilo Fernando VI,
Alejado del incesto
De los pactos de familia,
Se evitaba la cuadrilla
De criollos deshonestos.

Ésto es lo que yo veo,
Mi querido don Arturo,
Aunque resulte muy duro
Para tanto fariseo.
Siguiendo este chorreo,
Con Galdós y con Reverte
Dos Pérez pueden ponerte
A leer buenas novelas…
A que pagues sus gabelas
El Pérez que es presidente.

Nota:
El Antilla y de Araceli
Son obra de la ficción…
Sánchez Pérez Castejón
Es para Regina Caeli.

Iturribalzaga
Iturribalzaga
1 mes hace
Responder a  Aguijón

¡Excelente!
Arturito parece un agente de los globalistas, pero es tan poco sútil en ello que probablemente no lo sea y sencillamente es resultado de una programación subconsciente de la cual no se percata.
Lo empecé a notar desde una entrevista en la que dice que los africanos que vienen a europa merecen ganar por lo difícl que la pasan, sin tomar en cuenta que llegan en barcos o vuelos de aireuropa pagados por los gobiernos europeos. Probablemente viajan mejor que el y no les cuesta un duro.

Son buenas novelas, no más…

Basurillas
Basurillas
1 mes hace

¿Pero cómo va a haber dinero si se lo gastan en putos y en putas? Si se lo gastan en mariscadas y comisiones ilegales para afanar los caudales públicos y hacerlos muy privados. Si se lo gastan en sueldos, dietas, coches y viviendas oficiales y vuelos de aviones Falcon para acudir a vacaciones, juergas, conciertos y demás mandanguitas particulares. Si lo gastan casi duplicando innecesariamente la administración pública con carguetes de confianza, consejeros, expertos, viles enchufados y fauna similar sin pasar un sólo examen de mérito y capacidad. ¿Pero cómo van a gastar menos si los contratos de obras y servicios públicos se encarecen por comisiones, sobreprecios e inflados de partidas incalculables y sin límites, o revisiones innecesarias o interesadas del precio tras las adjudicaciones?. Si con el dinero público subvencionan a periodistas, medios de información, cineastas y creadores de programas televisivos y radiofónicos para que les sean fieles y oculten la verdad y las críticas. Si se lo gastan en premiar y chantajear a partidos bisagras, a indepes, criminales y bastardos de todo tipo que venden a su madre y a su padre por mantenerse en el poder. ¿Pero como va a haber dinero para víctimas y remedios o mejoras si hay cientos y cientos de padres y madres de la patria cobrando generosamente de nuestros impuestos en la unión europea, en el estado, en tantísimas e innecesarias taifas (digo comunidades autónomas), diputaciones provinciales y ayuntamientos y miles de organismos incontrolados en cuanto al gasto que originan?
Les contaré un motivo más genérico con el que coincido con don Arturo: no hay ni habrá dinero jamás para las cosas y proyectos importantes porque antes lo han esquilmado los miles y miles de hijos e hijas de puto y puta que supuestamente nos representan, de toda condición, siglas, colores y tendencias. Blanco y en botella. Claro como el agua.
Mi pésame a las familias de las víctimas de precipitaciones incontroladas y de políticos incontrolados. Descansen en paz.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Basurillas

Tiene usted toda la razón en lo del dinero…
Aunque no siempre fue así.
Algunos, que tanto hablan, deberían recordar como ante un trágico desastre a finales de los 50 se planificó, ejecutó e inauguró en 1969 una colosal obra de ingeniería que ha salvado miles de vidas, y no sólo esta semana.
Pero para los «jodepresas» y «calentologos» la culpa de todo la tiene tu coche diesel, un señor bajito que nació en Galicia y lleva medio siglo enterrado, el heteropatriarcado y el neoliberalismo.

Ricarrob
Ricarrob
1 mes hace
Responder a  Aguijón

Jodepresas y calentólogos, no paro de reir.

El problema es que como no se han leído a Marx o no nan leído casi nada, solamente el Kama Sutra y el Marquès de Sade, buscan la redenciòn del neocapitalismo en las gónadas más pròximas, consientan en ello o no.

Para los de izquierdas, las personas no son personas sino sexos con patas. La revolución ya no es terminar con la burguesía sino follàrsela. El patriarcado hay que disolverlo en una orgiàstrica cumbre sadomasoquista. Tocar el cielo realmente es una metáfora de tocar el culo. Los jodemitas esa gran sexoideologìa, ese gran partido llamado jodemos… y sus secuelas… sumar coitos y más joder.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Ricarrob

Sólo hay que ver el comportamiento personal de algunos para comprender la putrefacción del mundo en que vivimos.
En el caso del sátiro podemita lo peor es escuchar a voceros diciendo que su discurso político era impecable.
Osea «haz lo que yo diga… no lo que yo haga».
No conocen a Fray ejemplo y el lema con el que nos educamos muchos en España, Sic facta sic praemia, para ellos es un insulto.
Hoy vemos un desastre en el Levante causado por la fuerza de la naturaleza y ciertos errores humanos y los medios martirizan las conciencias con algo que científicamente no es coherente y no ponen ninguna objeción a que se siga planificando el desmantelamiento de presas y regulaciones de cauces criticando la actitud humana.
Luego ocurren hechos lamentables pero ya es tarde.
Es mucho más grave que tocar culos el imponer una ley que no defiende a las mujeres de los hijos de puta que las agreden y encima culpabiliza a todos los hombres por el simple hecho de serlo.
Ese es el legado político de estos miserables… otros dejaron presas y cauces regulados.

Basurillas
Basurillas
1 mes hace
Responder a  Aguijón

Sí, lo tengo muy presente, estimado señor Aguijón. Bajito, gallego, con bigote y que salía hace tiempo en las monedas, para más señas. Ese mismo que auspició la mejor Ley de Procedimiento Administrativo, con técnica jurídica depurada y comprensible, de toda nuestra historia. Desde luego aquel para quien la Comisión General de Codificación tenía un trabajo importante que realizar para evitar entuertos normativos tan numerosos en la actualidad. Sí, el que construía en un año más viviendas baratas de protección oficial que todos los boniatos del estado y las comunidades autónomas en un montón de legislaturas cuatrienales. Sí, también, el que auspició una Ley de arrendamientos urbanos que, moderando los precios de los alquileres, protegía y daba estabilidad hasta a dos generaciones de inquilinos desde la firma del contrato. Sí señor, ese que promovió el desvío del cauce del Turia y la construcción de decenas de pantanos para controlar las aguas y producir electricidad. Si, ese que mantuvo a los Putin y los Hassán de la época lejos de plantear problemas en nuestro suelo. Y el mismo que se atrevió a cerrarles la verja a los piratas de Gibraltar. Ese al que los jodepresas, calentólogos, chanchulleros y asaltatumbas tenían un pánico atroz. Y aún parece que les dure.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Basurillas

Impecable el repaso. Sólo añado las 21 universidades laborales para que todo el mundo pudiese acceder a una educación digna sin importar los recursos económicos de su familia y sí su esfuerzo personal para conseguirlo.

Salvador
Salvador
1 mes hace

Es así, rato de amarga reflexión y la frialdad de mirar a la gente para enfrentar una batalla, la que sea -naval u otra- . Con tristeza y desaliento viendo las guerras actuales podemos constatar que nada ha cambiado. C’est la vie!

Rafael Busutil
Rafael Busutil
1 mes hace

Qué actual esté artículo viendo lo que estamos viviendo en Valencia.
Los mismos políticos y las mismas víctimas.
No aprendemos y no aprenderemos.

Julia
Julia
1 mes hace

Sr Pérez Reverte, después de haber comentado tantos artículos suyos, le considero como si fuera, un poquito, de mi familia.
No me gusta escribir tuits porque no caben muchas palabras en el espacio destinado a ello, y yo soy escribidora, necesito expresar bien lo que quiero decir, y no siempre lo consigo.

Le cuento, tengo un amigo especial que, a veces, está tristón porque su momento vital es complicado.
No puedo ayudar en nada pero sí sentir empatía.
Su persona es muy importante para mí, ha logrado que en este año 2024 me haya sentido llena de vida, como si tuviera 17 años. Teniendo en cuenta que soy una viejecita, la labor de mi querido amigo es para nota.

Si le cuento a usted esto, es porque las alabanzas directas no siempre son reales, pero cuando se dicen a otra persona casi familiar, hay que creerlas porque las ha escrito una mujer cuya palabra es oro de ley.
Pues bien, Sr Pérez Reverte, mi amigo es inteligente, bueno, honorable y muchas cosas más, pero creo que en realidad nadie le conoce bien. Y ahí va mi presunción,excepto yo.

Puedo sentir cómo es su alegría, su tristeza y su confusión. Por eso escribo, para que sepa lo que significa para mí, que lea esto que cuento aquí y piense que siempre estaré a su lado pase lo que pase.
Muchas gracias por comprender Capitán.

Antonio
Antonio
1 mes hace

Muchas gracias. Siempre no sabes un poquito más los ojos a los que añoramos y amamos la eterna España frente a los anglosajones.

D.G.A.
D.G.A.
1 mes hace

Cierto es lo que cuenta, a poco que uno escarbe en manuscritos antiguos y no tan antiguos se hace difícil saber como coño conseguimos llegar aquí, más aún cuando uno ve que no es porque la cosa haya cambiado en algo, lo cuál resulta estar entre el milagro y la gesta de unos pocos para mantener el barco a flore cuando el capitán hace tiempo qus abandonó, cual rata, este barco.

Por llenar ese espacio del que hablo, el de milagros y gestas, y ya que hablamos de Trafalgar, no puedo dejar pasar la ocasión para señalar dos batallas.
En la primera la victoria, o resistencia según se mire, fue contra John Jennings, si el de la oreja, pero no me refiero a esa concretamente.
Y la segunda, victoria donde perdió un brazo, no sé adelanten, no es Lepanto, el mismísimo comandante Nelson.
Les dejo la reseña, por lejanía, no suelen ser demasiado conocidas.

Santa Cruz confirma la solidez de sus defensas como plaza fuerte con la victoria sobre el oficial de la marina británica John Jennings, en 1706, y en 1797 sobre Horatio Nelson. El 25 de julio, día de Santiago, se registra el más importante acontecimiento militar de la historia de la ciudad: tropas y ciudadanos se defendieron, al mando del general Antonio Gutiérrez de Otero, del ataque naval del contraalmirante inglés; la poderosa Armada británica se retirará, no sin antes perder Nelson un brazo según la tradición por un cañonazo del cañón Tigre.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
1 mes hace

Lecturas como esta me confirman cuán españoles nunca hemos dejado de ser los cubanos, aunque añadiría un toque de picaresca, de choteo caribeño multicultural…

Santiago Ahibe
Santiago Ahibe
1 mes hace

Es una » sana costumbre» de la Madre Patria la de embarcar presos para afrontar las gestas…Don Cristobal ya lo hizo cuando nos descubrió…( ahí les fue bien y para mal nuestro se quedaron en estos pagos…) en Trafalgar les dieron para que tengan y guarden y a la hora del análisis dirán…» bueno al fin y al cabo eran escoria…»

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  Santiago Ahibe

Lástima de algunos corazones que los malvados aztecas no continuaron arrancando de sus presas ingratas.

Ciro M. de Gregorio
Ciro M. de Gregorio
1 mes hace

Me gusta leer…