El Premio Nadal es uno de los más prestigiosos que se cuentan en nuestra literatura, y es que obtener un premio que comenzó su andadura con Nada ha marcado y sigue marcando a quienes consiguen el galardón. Este año el premio ha recaído en la novela Las formas del querer, tercer título de Inés Martín Rodrigo, una mujer que lleva años vinculada al mundo de las letras.
Las formas del querer es una novela compleja sobre los caminos de la vida que muestra que todos somos lo que recibimos, lo que vemos y, mal que nos pese, lo que tememos. Inés Martín Rodrigo dibuja un personaje atormentado en la figura de Noray, una mujer heredera de la historia de su familia y cronista de esos amores de los que somos parte o testigo pero que nos marcan a fuego. El amor perfecto de sus abuelos, el prohibido, el que se oculta a los ojos, el que no sobrevive al paso del tiempo y también, o sobre todo, el temor a fracasar en él. Noray es todos esos temores y, en un ejercicio de íntima honestidad, se desnuda para explicar lo inexplicable y mostrar sus cicatrices. Esas que, como la que ella misma luce en su espalda, parece que no existen si no se ven. Y es que de todos los amores que trata la novela, el más complejo, es el que uno se profesa o no a uno mismo. Y ahí la autora desciende a los infiernos de los problemas mentales, de la depresión, las inseguridades y el de un tema que, por mucho que ahora parezca visible, sigue siendo un tabú: la anorexia. Temas complicados que es capaz de urdir con sensibilidad y sin sensiblerías en una novela cargada de símbolos que el lector recoge poco a poco hasta lograr tener todas las piezas de la historia familiar.
El kintsugi o carpintería dorada es el arte japonés de reparar la cerámica rota con oro. Es un proceso que lleva mucho tiempo y que está ligado de forma íntima a la belleza de la imperfección, ya que una pieza que es reparada utilizando esta técnica, deja las cicatrices visibles confiriéndola un aspecto único que la diferenciará de cualquier otra. Cuando abrí Las formas del querer y me embarqué en su lectura, primero pensé que estaba ante una historia a dos voces, tal vez dos formas de entender el amor o acaso un paralelismo entre generaciones. Ahora me doy cuenta de que estaba ante una historia que habla de la unicidad que nos otorga nuestra propia historia, nuestras cicatrices, las vivencias que hemos absorbido; y que lo que la autora hace es un ejercicio de kintsugi al tocar temas como el suicidio, la muerte o la renuncia y exponerlos de una forma sencilla, sin dramatismos, dejando que calen en el lector. Inés Martín Rodrigo nos brinda una historia de supervivencia en un entorno en el que aparentemente no es necesario utilizar ese término, sí, y une los pedazos de su historia con actos de amor.
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Autora: Inés Martín Rodrigo. Título: Las formas del querer. Editorial: Destino. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
El amor es para vivir. Nadie que haya sobrevivido a cien tifones escribe un libro sobre surf.