No son muchos los escritores que han sido nombrados caballeros de la Orden del Imperio Británico. Tenemos nombres clásicos como Arthur Conan Doyle, William Golding o alguno más actual, como el Nobel de literatura Kazuo Ishiguro, que fue ordenado “sir” en 2018. Pero si hablamos de un escritor nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico, que tenía una espada hecha del mineral de un meteorito y forjada por él mismo, nos estamos refiriendo a sir Terry Pratchett.
Son unas cifras que impresionan, y aún más si tenemos en cuenta que la gran mayoría de su obra es de fantasía humorística, una confluencia de géneros que ya por separado no suelen ser considerados como “literatura seria”, y que su fusión, a priori, es mirada con recelo por muchos lectores. Entonces, ¿cómo es posible que este peculiar escritor tuviera tanto éxito con estas peculiares novelas?
Antes que nada, hay que advertir que el humor es algo intrínseco en la sociedad británica y goza de mayor aceptación que en otras geografías. Un humor que Pratchett vivió desde niño con una madre que, por ejemplo, llamó a su tortuga Filípides, como el soldado griego que dio origen a la maratón, y que el Pratchett joven y adulto disfrutó en las divertidas obras de Douglas Adams o los Monty Python. Un humor que en sus historias va evolucionando, volviéndose más satírico, como un espejo deformado que nos devuelve una imagen cómica de nuestra sociedad.
En este aspecto Pratchett muestra que era un humanista, como pudo serlo Kurt Vonnegut, que valoraban las elecciones de las personas, incluso cuando se burlaban de las locuras que esas elecciones podían provocar. Es cierto que ambos autores sostenían un profundo cinismo sobre lo que las personas eran capaces de hacer en sus peores momentos, pero nunca perdían la esperanza de contemplarlos en sus mejores momentos. Y los dos compartían la creencia de que no había doctrina o dogma humano más importante que tratar a los demás con amabilidad.
Gran parte de las obras de Pratchett (41 de ellas, que en español podemos disfrutar gracias al sello Debolsillo), transcurren en el mismo universo, el Mundodisco. Un mundo plano en forma de disco que se asienta sobre cuatro elefantes encima de una gran tortuga que viaja por el espacio, una cosmovisión en apariencia disparatada pero que es propia de algunas culturas hindúes y del Asia oriental. Por este original mundo desfilan personajes igualmente originales: magos que sólo saben un hechizo, turistas despistados, enanos de dos metros, dragones que estallan, bibliotecarios simiescos y hasta una entrañable y antropomorfizada muerte, logrando que el lector ría, piense y hasta se sienta un poco culpable al ser consciente de las miserias humanas. Pratchett era un maestro tejiendo historias reflexivas y personajes profundos entre ese humor absurdo, el nonsense, tan británico.
Este abrumador número de novelas no debería amedrentar a nuevos lectores. Sus libros del Mundodisco se componen en diferentes sagas que pueden ser leídas de forma independiente, y la mayoría son libros autoconclusivos. No es lo más recomendable seguir el orden de publicación; incluso el propio Pratchett lo desaconsejaba, ya que sus dos primeras novelas del Mundodisco son más una concatenación de gags humorísticos con poca trama y su escritura no está aún muy desarrollada.
Una buena puerta de entrada en el mundo de Pratchett podría ser ¡Guardias! ¡Guardias!, primera entrega de la saga de La guardia nocturna, una novela en que se aprecia todo lo que su prosa ofrece. Esta historia es un tributo maravilloso al género policiaco, en donde una destartalada e incompetente guardia urbana se ve inmersa en una serie de crímenes que se están produciendo por la ciudad y, por si fuera poco, un dragón, criatura que se creía que ya no existía, aparece por la ciudad y a nadie parece interesarle mucho. Esta obra es un divertido thriller fantástico, en cuyo fondo se trasluce una historia de redención y de aprendizaje de la autoestima, al mismo tiempo que aborda temas más amplios de justicia social.
Y es que tras la alocada comicidad de la obra de Pratchett se esconde un gran conocimiento de la cultura humana y una profunda comprensión de la sociedad. Incluso, una reflexión de un personaje sobre sus botas baratas y malas es usada en escuelas de economía para ejemplificar la teoría de la trampa de la pobreza, llegándose a bautizar a un índice económico británico en su honor, “Índice de las Botas de Vimes”.
Pese al humor que destilan sus novelas, el escritor Neil Gaiman, su buen amigo, opina que bajo su carácter amable y su alegre pluma se hallaba una persona tremendamente enfadada. Los seres inteligentes, en ocasiones, se amargan al ser conscientes de todo lo malo y erróneo que sucede en el mundo; y Pratchett encontró una válvula de escape en el humor de sus historias. Juntos escribieron Buenos presagios, una historia sobre el apocalipsis, en la que un ángel quisquilloso y un demonio buscavidas, que han vivido a costa de los mortales desde el comienzo de los tiempos, no están dispuestos a aceptar tan fácilmente eso del “fin de la civilización tal y cómo la conocemos”. Esta novela, reeditada por Minotauro, fue adaptada a la pequeña pantalla en 2019 para una serie de Amazon.
Otra colaboración de Pratchett fue con Stephen Baxter, de donde surgió la serie de ciencia ficción La Tierra Larga, compuesta por cinco libros publicados entre 2012 y 2016, que en español han sido editados por Fantascy. Una historia de universos paralelos en que las personas pueden saltar a Tierras alternativas utilizando un sencillo aparato fabricado con… una patata. Tal avance ofrece a las personas una enorme cadena de Tierras paralelas, pero exentas de humanidad. Millones de personas comunes y corrientes pueden simplemente dejar de existir en este mundo y comenzar una nueva vida en cualquiera de la serie interminable de tierras acogedoramente vacías y pastoralmente perfectas. A medida que este salto se vuelve más generalizado, y no hay forma de evitar que la gente se vaya, podemos ver cómo se vería afectado nuestro mundo si de repente una gran parte de la población de un país decidiera alejarse y abandonar el estilo de vida del mundo moderno.
Terry Pratchett no pudo ver publicada la conclusión de esta saga, ya que falleció en 2015, a los 66 años de edad, como consecuencia de un tipo de alzhéimer muy agresivo. Muchas otras de sus obras quedaron sin terminar y nunca verán la luz, ya que su última voluntad fue, expresamente, que sus ordenadores y todo en lo que estuviera trabajando fuera sacado y colocado en medio de un camino para que una apisonadora a vapor pasara encima y lo destruyera. Voluntad que fue cumplida por su asistente y amigo Rob Wilkins pocos años después. Una última excentricidad del maestro.
Es por ello por lo que ha sido una agradable sorpresa cuando a finales de 2023 se anunció una nueva obra de Terry Pratchett. Se trata de De un plumazo: Las historias pérdidas, una serie de relatos que publicó en diversos periódicos entre 1970 y 1984. Este libro póstumo de Terry Pratchett, editado en España por Plaza y Janes este año, cuenta con un prólogo de Neil Gaiman y mantiene la ilustración de portada, así como las interiores de la versión original.
Este compendio de historias tiene su origen a principios de 2022, cuando un admirador de sir Terry se puso en contacto con su agente, Colin Smythe, sobre una historia titulada La épica búsqueda de las cinco llaves que, de pequeño, el fan la había recortado de las entregas de los periódicos. Colin no tenía constancia de que ese texto se hubiera publicado jamás, y con la ayuda de otros amantes de la obra de Pratchett comenzaron su búsqueda por la hemeroteca de la Biblioteca Británica. Tras 60 horas de búsqueda, entre pesados volúmenes de periódicos encuadernados, dieron con la historia… ¡y también con otros 19 relatos de Terry!, algunos escritos bajo el seudónimo de Patrick Kearns.
Este libro póstumo nos presenta historias cercanas y cálidas que son una agradable pausa para el lector. Pequeñas píldoras de desconexión que todos en algún momento necesitamos. Relatos que también nos permiten ser testigos de cómo el joven Terry Pratchett se convierte en sir Terry Pratchett.
¿Qué opinaría nuestro escritor sobre la publicación de estas historias perdidas? Neil Gaiman en el prólogo se hace está misma pregunta. Y para él la respuesta dependería de a qué Terry nos estemos refiriendo y en qué momento de su carrera. El joven Terry que las escribió estaría, sin duda, orgulloso de ellas.
Como lector considero que toda su obra debería hacerle sentir muy orgulloso. Son novelas que se disfrutan con los ojos, se reflexionan con la mente y anidan en el corazón. Terry Pratchett es un escritor que, en algún momento, todos deberíamos leer, y especialmente recomendable para adolescentes. Si de jóvenes nos hubieran dado libros de Pratchett, en el mundo habría más lectores, personas más alegres y adultos más reflexivos y amables.
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