De Walter White y Heisenberg, el doctor Jekyll y mister Hyde de nuestro tiempo, podemos decir muchas cosas, no en vano Breaking Bad es una de las tres mejores series de la historia para quien escribe estas líneas. Por ejemplo, que es el personaje que más y mejor (aunque sea a peor) evoluciona durante una trama larga, que se mantiene en sesenta y dos episodios a lo largo de cinco temporadas. Por ejemplo, que Bryan Cranston es un actor extraordinario, que transmite como pocos su rabia, su desconcierto, su pena, sus dolores y temores.
Por sus palabras, además de por sus obras, podemos conocer al personaje encarnado por Cranston, en el primer capítulo un gris y enfermo profesor de química de un instituto de Albuquerque que cumple 50 años. Leamos doce frases de White, Walter ‘Heisenberg’ White:
«Di mi nombre».
«Todo cambió desde que me dijeron que tengo cáncer. Me levanto para darle una patada en los dientes al miedo».
«Aléjense de mi territorio».
«Lo hice por mí. Me gustaba. Era bueno haciéndolo. Y estaba realmente… Estaba vivo».
«¿El alma? No hay nada aquí, solo química».
«Si no sabes quién soy, entonces tu mejor opción es andarte con cuidado». (Bryan Cranston firma sus autógrafos con esta advertencia, en su idioma natal, claro: Tread lightly)
«Cuando se tienen hijos, siempre se tiene familia. Siempre van a ser tu prioridad».
«El miedo es el verdadero enemigo».
«Nunca cometas dos veces el mismo error».
«No estoy en peligro, Skyler, yo soy el peligro. Si llaman a la puerta de un hombre y le disparan, ¿Piensas que ese seré yo? ¡No! Yo soy el que llama».
He dejado para el final la más mítica, que podéis escuchar en versión original en este vídeo:
Dejad que Walter White llame a vuestra pantalla. Aunque luego entre Heisenberg.
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