Policías, guardias civiles o juezas, las mujeres han tomado las riendas en la investigación de crímenes en la novela negra española, que desde hace unos años experimentan en este género literario un protagonismo que parecía difícil cuando en los 90 Alicia Giménez Bartlett creó a su Petra Delicado.
La escritora Alicia Giménez Bartlett (Almansa, 1951) fue pionera en aportar una perspectiva feminista al mundo de la investigación criminal en España: «Quería un personaje que fuera mujer y que tuviera protagonismo, porque la mujer en la novela negra o es la víctima, que aparece muerta en la primera página, o es la ayudante de alguien», aseguraba la autora.
Así nació esta inspectora de la Policía Nacional de Barcelona, Petra Delicado, siempre acompañada por su fiel ayudante, el subinspector Fermín Garzón. Ambos han protagonizado ya once novelas de una saga que fue llevada a la televisión en 1999 con una serie de 13 capítulos.
Nueve novelas tiene también en su haber la jueza Mariana de Marco, personaje creado por José María Guelbenzu y protagonista de una saga literaria criminal desde hace 18 años.
Diez eran las entregas que Guelbenzu había anunciado que escribiría sobre Mariana de Marco y ya ha comenzado a escribir la última: «No sé si el personaje da mucho más de sí», aseguró a Efe el escritor.
Estos dos personajes femeninos sirvieron de «avanzadilla» a las investigadoras de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la judicatura y del cuerpo forense que han liderado las pesquisas en numerosas novelas negras que llegan en los últimos años a las librerías.
Entre ellas, la exitosa Trilogía del Baztán, de la escritora Dolores Redondo, que comenzó a publicarse en 2013 protagonizada por la inspectora de la Policía Foral Amaia Salazar, una mujer que se ve obligada a regresar al valle del Baztán, en el que nació y del que lleva toda su vida huyendo.
«El guardián invisible», «Legado en los huesos» y «Ofrenda a la tormenta» son los títulos de las tres novelas de la trilogía que ha atrapado a más de dos millones de lectores y que ha sido adaptada al cine.
La primera de las tres películas fue vista por 600.000 espectadores, mientras que la segunda y la tercera se estrenarán a finales de este año y en abril de 2020, respectivamente.
A la Guardia Civil pertenece la protagonista de la serie ambientada en Cantabria de la escritora María Oruña: es la teniente Valentina Redondo, a cargo de la Unidad Orgánica de Policía de Investigación Judicial de Cantabria en Santander que ya ha protagonizado tres novelas en las que la autora despliega sus conocimientos criminalistas y su precisión a la hora de narrar procedimientos policiales y forenses.
Aunque no es la jefa, Virginia Chamorro es una de estas investigadoras que atrapan al lector: sargento de la Guardia Civil trabaja con Rubén Bevilacqua en la resolución de numerosos casos escritos por Lorenzo Silva desde hace más de 20 años.
Diez libros con las aventuras de esta pareja, más de dos millones de ejemplares vendidos dan cuenta del éxito de la saga.
También de la mano de Lorenzo Silva, junto a la autora Noemí Trujillo, ha llegado recientemente a la literatura una nueva investigadora, la inspectora de homicidios de la Policía Nacional en Madrid Manuela Mauri, protagonista de una probable serie policíaca que estará ambientada en la capital porque el escritor quería saldar una deuda con su tierra.
La jueza Lola Machor es otra de las grandes conocidas de la literatura negra en España, un personaje de la escritora vallisoletana Reyes Calderón. Lola ya ha protagonizado siete novelas al frente de investigaciones desde los juzgados de Pamplona hasta el Tribunal Supremo, destinos en los que resuelve complicadas intrigas en las que siempre hay hueco para la ironía y el humor.
La séptima novela de la saga de esta jueza, «Dispara la luna», se hizo con el Premio Azorín de Novela 2016.
Un galardón que ha obtenido este año Joaquín Camps con otra mujer «de armas tomar» protagonista de la novela «La silueta del olvido»: es la inspectora Claudia Carreras, una mujer coja y poco agraciada, hosca de trato y adicta al alcohol y a los antidepresivos, lo que no merma su profesionalidad.
El género de la novela negra en España cuenta también con un personaje tan «potente» como el de Sofía Luna, una detective transexual que protagoniza «El final del hombre», de Antonio Mercero.
Otra comisaria de libro es María Ruiz, personaje creado por Berna González Harbour, que lleva escritas ya tres novelas con esta investigadora, antigua psicóloga de la Policía Nacional. Porque la escritora y periodista quería «una mujer en el centro de la historia, no un personaje secundario sino absolutamente central».
La novela negra y policíaca española ha pasado de puntillas por la figura del forense, pero Inés Doménech ha reivindicado esta profesión con «Muerte nupcial», a través de Carlota Suárez, la médico forense encargada de reunir las pruebas para la resolución del caso de asesinato de un novio en su despedida de soltero.
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