El novelista, poeta y crítico literario Joaquín Fabrellas publica un meticuloso estudio sobre una de las figuras más singulares de la literatura española: el escritor y ornitólogo Francisco Ferrer Lerín. Se trata, pues, del único volumen existente sobre la lírica leriniana que, además, estudia, analiza y desbroza toda la bibliografía crítica que se ha escrito sobre el barcelonés desde 1964 hasta la actualidad.
En este Making of, Joaquín Fabrellas detalla cronológicamente el proceso de creación de La condición radical (Libros del innombrable).
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Considero que toda publicación de un libro es un accidente pactado, en donde confluyen un editor y un escritor, y en casi todos los casos, alguien sale perdiendo.
2012
La condición radical no es una tesis, me repetía una y otra vez, pero, a quién, quién me escuchaba, a quién tenía yo que demostrar que esto no era la continuación de una tesis, procedente de una tesis fallida anterior. Siempre mi consabida desidia, mi fama de dejado. Una única hija, una sola novela, una tesis no publicada.
Estaba atrapado en un laberinto burocrático cuando se me cruzó la muerte. Agustín Delgado, el poeta leonés, había muerto, un frío recorrió mi espalda, unos meses antes había presentado en la Universidad un trabajo sobre su poesía primera. Abandoné la tesis. “Hay golpes en la vida tan fuertes… Yo no sé”. No me encontraba con fuerzas para continuar investigando. Allí dejé sus cartas, sus correos, su vida.
2013
Me dediqué a investigar otras cosas, leer otros autores, otros libros en otros idiomas. Las novelas me aburrían y encontraba refugio en el ensayo. Recuerdo leer El contorno del abismo. Muy sugerente para mi investigación.
Otros autores, otros horizontes estéticos, por ejemplo, la heterogeneidad de Aníbal Núñez y su arquitectura versal, su minimalismo estético, la influencia pictórica. La rareza compositiva de José-Miguel Ullán, del cual no he podido escribir nunca más de unas oraciones sin sentido, porque él merecería un dibujo, un alfabeto tachado, una música sin partitura. La fuerza de Vázquez Montalbán, todo apuntaba hacia la estética prenovísima, pero el compromiso político de Montalbán me echó para atrás.
Un autor desconocido que fue mi maestro, Manolo Lombardo, el poeta de la disconformidad, del grito silenciado, de la periferia regional, a mucha honra. Me diagnostican distimia, no pasa nada, es un principio de depresión provocada por la ansiedad. Aún le debo a Lombardo una antología y un estudio que no soy capaz de acabar porque su obra es indómita.
2014
Me dedico a viajar por fuertes y fronteras, tanto laborales como naturales, salgo a los bosques, la literatura es un camino muerto. Reflexiono en los acantilados y en los cañones cercanos.
Sigo en los bosques, en el desierto. Recorro mi tierra en una bici. El trabajo no me llena, la lectura tampoco, escribo una novela. Atravieso en bici el Cabo de Gata y subo a la montaña de Calar Alto a observar el cielo. Soy feliz. No veo con claridad mi futuro creativo. El último día, en las últimas horas del año, entrando en la noche, nace mi hija.
2015
Intento explicarme a mí mismo qué es ese libro anómalo de Ferrer Lerín, Fámulo, 2009, yo, que venía de la escuela simbólico métrica, yo, que había fatigado también el verso y al que, vergonzantemente, llamaban poeta. Ya no escribo poesía, me da pudor, porque lo que la gente cree que es poesía, es precisamente todo aquello que no es. Terra ignota. Los demás piensan que debes ser un romántico atildado y redicho y que debes limpiarte los zapatos todas las tardes con betún de judea. No es así.
¿Qué era Fámulo? Sus versos resuenan en mi cabeza:
«No mención de liebres marinas, no sanar, en mujeres ardientes, el dolor de muslos / No yugular de oveja, azote en nalgas, babas, sudor, orín de cabra, maza sarracena. / […] Ya no ver el macho cabrío quitarse el semen con la boca…»
Hay demasiadas cosas que no podía explicarme de su poesía, ¿poesía? Ferrer Lerín escribe poesía. Ha resucitado y este es su libro después de más de tres décadas de agrafía. La fama le precede.
2016
Reúno notas y trabajos sobre la poesía de Lerín. Clases por las mañanas y estudio por las tardes, casi nadie sabe lo que hago, todos piensan que la vida de un poeta por las tardes es leer versos mirando al espacio con cara circunspecta. Soy poco productivo para todos. Todo lo que escribo es para explicarme a mí la diferencia de esta obra con respecto al preocupante panorama lírico alrededor, mustio ya. Lo que tengo claro es que esto no va a ser una tesis, se me ha escapado a estas alturas el lenguaje, el tono, la previsible dicción cerrada de los textos académicos. Su insoportable asepsia. Vuelve lo peor de la ansiedad.
Leo y releo la obra de Lerín: Hiela Sangre, De las condiciones humanas, La hora oval, Cónsul, y todo lo que me había sorprendido con Fámulo, vuelve a sorprenderme con cada libro de Ferrer Lerín. Veo las vetas creativas, las formas de trabajar el texto. Eso se explica aquí.
Resuenan sus versos:
«El dominio donde reina la arcilla bajo forma de terror, donde / el contumaz gusano- gigantesca lombriz lobo- apabulla / el aire oculto, y la sombra del agua […]»
2017
Leo Edad del insecto, una pieza fundamental en el rompecabezas leriniano para entender la evolución del autor, puesto que hay dos épocas en la lírica leriniana. Me dedico íntegramente a ello: dos épocas, seis libros, uno que aparecerá pronto, Libro de la confusión, todo se multiplica en el espacio, a pesar de que son unos miles de versos tan solo, el espacio es infinito, ítem más cuando el autor, en activo, presenta antologías, plaquettes, cuadernos poéticos que desconfiguran y reconfiguran una y otra vez la visión del objeto poético, la mano se mueve mientras estás escribiendo, la letra, a veces, sale mal.
Se suceden también las entrevistas en la prensa, los actos, simposios, las reseñas sobre sus libros, algunas son muy valiosas, sin embargo, otras redundan más en lo mismo: pasado de tahúr, interpretación de sueños, ornitología, no novísimo, pero Lerín no es eso sólo, quiero explicarme la valencia única del poeta, la cristalografía esencial de su texto. No quiero conseguir nada más, pero se me ha ido de las manos. Tengo una cantidad considerable de páginas escritas que piden su espacio. Ordeno y corrijo.
2018
Lerín publica Besos humanos, una recopilación de relatos a cargo del crítico Ignacio Echevarría, cuando lo leo, me adentro también en su narrativa, y este fue un error de cálculo por mi parte: intentar introducirme e involucrarme en la narrativa leriniana, Besos humanos dirige a otras obras escritas antes (esos túneles de la abigarrada realidad literaria), algunas son antologías míticas como la de Mansa chatarra, a cargo de Falcó Gens, terra ignota de nuevo. Las piernas se meten en el barro hasta las rodillas, se camina lento. Su única novela Familias como la mía había provocado un efecto parecido al de su poesía, ¿hay diferencia entre su lírica y su poesía?, esa es la gran pregunta.
Provincias ígneas, todo arde alrededor. Todo puede explotar. Se abre el territorio fronterizo de su obra. Materia liminar. Barro.
2020
Estalla una pandemia. Pienso que, en este tiempo, puedo acabar el volumen, cerrar la obsesión Lerín, pero toca jugar con una niña de cinco años a la que adoro, e ir a comprar enfundado en una máscara y unos guantes de látex. Los alumnos preuniversitarios están preocupados por el curso, y hablo con ellos a diario, corrijo hasta altas horas de la noche. La ansiedad ha anidado en mi alma. La mancha negra, la melan jolé griega. Los poetas no hacen nada por las tardes en su reino de cristal. He viajado a Rumanía justo antes de que cerrasen las fronteras.
Me pongo en contacto con sendas editoriales universitarias, de cuyo nombre no quiero acordarme, las dos eran lo mismo (una vez que no haces la tesis, no existes para ellos), ambas me dicen que quieren publicar el libro, pero las dos, una después de la otra, dicen que no les interesa. Ahí el desencanto, todo suma, de todo se aprende.
El autor da a la luz Grafo pez. Un nuevo libro de poesía. Material heterogéneo, poemas liminares que mezclan recuerdos e influencia de la matemática. ¿Qué hago con esto ahora?
2021
La condición radical estaba casi acabada, o eso pensaba yo, pero se sigue haciendo, reescribiendo, el querido profesor Falcó, que leyó varias veces el original y es especialista en Lerín, me dice que redacte de nuevo el volumen, porque hay ocasiones en las que no se entiende bien. Es cierto, tiene razón. Procede de cientos de amputaciones anteriores, de la separación de la lírica y de la prosa, se ven las heridas, las costuras del traje. La alegría con la que empecé no se sostiene al final del proceso.
Tomo una decisión drástica, decido redactar de nuevo el libro. De un estilo gramatical con tendencia a las cláusulas subordinadas, paso a un idioma nuevo: S+V+C, como les digo a mis alumnos que hagan ellos.
Además, elimino la parte de la prosa, y adelgaza el libro. En ese momento nadie publicaría este trabajo. Sensación de pérdida. Nunca he sido productivo. Sé que Lerín además tienen una novela magmática inédita, ¿cómo obviar eso? Lo dejo para más adelante, me prometo a mí mismo.
Elimino de mi volumen también el estudio que había hecho sobre la onomástica leriniana, un catálogo de nombres aparecidos en sus libros, para explicar el proceso creativo del autor. Cuarenta páginas que están ahí todavía, buscando su lugar en los océanos subterráneos, almacenadas en memorias digitales.
Después de tanto tiempo leyendo su obra, creo que me lerinizo.
2022
La editorial Libros del Innombrable está interesada en La condición radical, y su editor, Raúl Herrero, apasionado defensor de la heterogeneidad, patafísico, amigo de Alfred Jarry, de Arrabal, de De Ory, del Postismo, ve con buenos ojos esta obra, y decide leerla. En este proceso de relecturas por mi parte, y ante la inminente publicación, veo con claridad que las piezas están mal montadas, y decido darle más relevancia a las entrevistas y ponerlas en relación con el contexto. La obra, ya maquetada, cambia de nuevo, casi por completo. Yo haciendo de nuevo las delicias de los editores.
2023
Se publica La condición radical, será un gran libro. Sin duda.
Es el primer volumen sobre la lírica leriniana. Contiene además toda la bibliografía crítica que se ha escrito sobre Lerín desde 1964 hasta la actualidad para deleite de bibliófilos, bibliófagos filólogos y lerinólogos.
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Autor: Joaquín Fabrellas. Título: La condición radical. Aproximación a la obra lírica de Francisco Ferrer Lerín (1964-2022). Editorial: Libros del Innombrable. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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