Cuando George Harrison murió en 2001, a alguien se le ocurrió una gracieta macabra que decía: «The Beatles are dying in the wrong order» (Los Beatles se están muriendo en el orden incorrecto). No sé qué pensarán Paul McCartney y Ringo Starr de eso, pero ahí quedó. Los Beatles siempre batieron y mantuvieron varios récords de ventas y popularidad, y tras desbandarse en 1970 las comparaciones entre todos siempre han sido frecuentes: John Lennon es el genio convertido en leyenda mítica tras su asesinato, McCartney es el veterano que sigue ahí tras haber compuesto tantas canciones que ya no las recuerda todas, y Ringo… es el batería. Harrison fue de los que mostró más interés por otras músicas y otras culturas, en especial la india, pero tras varios años de ver que eso no interesaba tanto al público, le gustaba saber que si le daba la gana podía volver a grabar temazos pegadizos que escalaran las listas con la destreza de un sherpa del Himalaya. No había tenido un número 1 en Estados Unidos desde 1973, y catorce años más tarde, un periodo récord entonces, lo volvió a lograr con esta versión del tema de James Ray, compuesto por Rudy Clark en 1962 (y que todavía hoy es el último número 1 americano de cualquier Beatle).
Harrison tenía ese disco desde que lo había comprado al año siguiente durante una visita personal para ver a su hermana Louise, que vivía en Illinois, y fue la llana simplicidad de esta canción, típica de los primeros discos de rock and roll americanos, lo que le animó a grabarla él mismo, con la ayuda del guitarrista Jeff Lynne, el líder de la Electric Light Orchestra. De hecho, si esa simplicidad fue por un lado lo que ayudó al pegadizo éxito de la canción, por el otro provocó el odio desatado de los seguidores más devotos de Harrison, que no la soportan, y también se ganó la «medalla» de ser parodiado por el más grande del género, Weird Al Yankovic (si no sabéis quién es, ya tardáis en buscar sus versiones de Michael Jackson, Madonna o Nirvana, y nunca las volveréis a escuchar de la misma manera), con el título de «This Song’s Only Six Words Long». Harrison en solitario no volvió a meter un single en las listas estadounidenses nunca más, pero al año siguiente formaría, junto a Lynne, uno de los más imponentes supergrupos de la historia, Traveling Wilburys, junto a Roy Orbison, Bob Dylan y Tom Petty nada menos.
La letra es de esas que, mal tomada, podría acabar con alguien cancelado o incluso denunciado. «Me estoy fijando en ti, y aunque me va a costar mucho tiempo, dinero y paciencia, se que puedo conseguirlo». ¿El qué, y con qué objeto? Y eso por no hablar de llamar child (niño/a, nene/a) a la persona en cuestión, suponemos que no literalmente. Pues allá cada uno como lo interprete, que para eso son las letras de las canciones. Y también es cierto que los dos videoclips que se rodaron ayudaron al éxito del tema, cuando la MTV estaba en todo lo suyo.
Vídeo 1
Vídeo 2
Original de James Ray
Parodia de Weird Al
Los Héroes Cansinos también se lo han propuesto y lo han hecho
Letra y traducción:
I got my mind set on you,
but it’s gonna take money,
a whole lotta spending money.
It’s gonna take plenty of money
to do it right, child.
It’s gonna take time,
a whole lot of precious time.
It’s gonna take patience and time
to do it, to do it, to do it, to do it,
to do it, to do it right, child.
I got my mind set on you,
and this time I know it’s for real.
The feelings that I feel.
I know if I put my mind to it
I know that I really can do it.
Tengo la mente fijada en ti,
pero va a hacer falta dinero,
mucho dinero que gastar,
va a hacer falta cantidad de dinero
para hacerlo bien, nena.
Va a hacer falta tiempo,
un montón de tiempo precioso.
Va a hacer falta paciencia y tiempo
para hacerlo, para hacerlo, para hacerlo, para hacerlo,
para hacerlo, para hacerlo bien, nena.
Tengo la mente fijada en ti,
y esta vez sé que va en serio.
Los sentimientos que siento.
Sé que si me lo propongo
sé que que de verdad puedo hacerlo.
Traducción de Rogorn Moradan
En el bar de Lola, cuando ella está de humor, a veces te deja pedir una canción. Eso sí, te vas tú a la máquina, te la buscas y te la pones tú, y luego te las apañas con los aplausos o los abucheos de la concurrencia. Si algún zendadano se anima, que busque cambio en el bolsillo, pida la siguiente y nos cuente algo sobre ella.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: