Con cierta frecuencia preguntan a @perezreverte en Twitter qué libros suyos recomienda él leer a sus nuevos lectores. Ofrecemos aquí una breve guía sobre sus obras, para ayudar a elegir, ordenada por fecha de publicación.
Arturo Pérez-Reverte ha publicado treinta y tres novelas, dos libros de historia, un libro infantil, siete recopilaciones de sus artículos de prensa y textos breves, una recopilación con sus tuiteos sobre literatura y un libro de textos para acompañar a las fotografías de otro autor. Siete de las novelas forman parte de la saga Las aventuras del capitán Alatriste y otras tres de la serie Falcó. ¿Pueden leerse estas novelas fuera del orden de su saga? Sí que pueden, pero en ambos casos están ordenadas cronológicamente, es decir, que cada una de ellas ocurre poco después que la inmediatamente anterior, y aunque cada una tenga una misión que cumplir o caso que resolver independiente, leerlas fuera de orden puede provocar destripes o spoilers sobre las anteriores, así que se recomienda ir en orden de publicación, que es también el orden cronológico interno de las tramas.
El húsar (1986)
Escrita en 1983 y revisada en 2004, está ambientada en 1808, durante la Guerra de la Independencia. El protagonista es Frederic Glüntz, un húsar francés de 19 años, virgen y bisoño, que ve en la campaña española la ocasión para alcanzar el tipo de gloria militar que ha crecido admirando en su Estrasburgo natal. Cuando se enfrente a la realidad en medio de compañeros de armas, guerrilleros andaluces, intelectuales afrancesados y violencia cruel, se dará cuenta de que la gloria era un cuento y la realidad bélica es mierda y sangre. Pérez-Reverte la escribió con 32 años, tras década y media como corresponsal de guerra, y alguna vez ha dicho que, de una manera literaturizada, refleja hasta cierto punto su propia incursión en el mundo violento de la guerra, comenzando como novato cargado de lecturas y luego sufriendo, a veces en carne propia, las miserias de lo peor del ser humano. En apenas doscientas y pico páginas tiene espacio para la camaradería de los campamentos, el debate ideológico, la emoción y crueldad de la batalla, y unas consecuencias finales duras y sin concesiones. Pasó prácticamente desapercibida cuando se publicó, con una sola reseña escrita, pero el tiempo la ha colocado como una de sus mejores obras, que yo, quizá paradójicamente, recomendaría a quienes no les gustan las novelas bélicas.
El maestro de esgrima (1988)
También ambientada en el siglo XIX, esta vez llegamos hasta 1868, en el Madrid «galdosiano» de Isabel II, donde el veterano maestro Jaime Astarloa, a pesar de que su arte se va quedando anticuado, aún sigue dando clases de esgrima a jóvenes de buena familia y a nobles valentones, mientras escribe sus tratados y aún busca la estocada perfecta. El propio autor lo califica como «el más entrañable» de sus personajes. «El último hombre honrado, que pronuncia la frase de la que quizá estoy más orgulloso como escritor: «Dios no me interesa. No es un caballero».» La novela también contiene a Adela de Otero, el primer ejemplo de una creciente lista de mujeres revertianas, decididas, independientes, con agallas y con fuertes lealtades. Ella será quien involucre al maestro en una conspiración política durante una situación histórica llena de espadones, golpes de estado y peligros de vida para las cabezas reales, con plumillas como Agapito Cárceles pidiendo «guillotina, guillotina, guillotina». Seguramente una de sus obras más perfectamente redondeadas, fue novela histórica cuando casi nadie escribía novela histórica.
La tabla de Flandes (1990)
«Me dio muchas satisfacciones esa novela. La primera que publiqué en el extranjero. La acabé de escribir, me fui a cubrir la primera guerra del Golfo, y al volver ya iba muy bien. En cierto modo, cambió mi vida. Me abrió la puerta a otros libros. Me dio confianza como autor. Me hizo independiente económicamente. Nunca esperé nada de eso. Debo mucho a La tabla de Flandes. Mi primer éxito internacional. Mi primera incursión por la cultura como enigma. Y el ajedrez». Es su primera novela no histórica, en el sentido de que está ambientada en el momento en que fue escrita, el Madrid de finales de los 80, aunque dado el tiempo transcurrido, a veces sí que parece un viaje al pasado, con gente fumando en todas partes, ausencia de teléfonos móviles, la informática reducida al mínimo, el conocimiento buscado a mano en libros y enciclopedias, y sobre todo la trama central, en la que Julia, una joven restauradora de arte, se ocupa de un cuadro del siglo XV que parece contener un mensaje oculto en la partida de ajedrez que en él aparece. Junto al experto ajedrecista Muñoz y el anticuario y padre sustituto César, Julia intenta resolver el enigma en una mezcla de rompecabezas, accesible thriller cultural y observación detallada de los personajes y sus flaquezas. Y también fue publicada cuando este tipo de novelas apenas se escribían.
El club Dumas (1993)
El club Dumas vuelve a recoger la idea del thriller cultural y lo lleva varios pasos más adelante en esta historia protagonizada por el «cazador de libros» Lucas Corso, uno de los personajes más estimados por los lectores de Pérez-Reverte. Este experto en ejemplares raros, caros y antiguos recibe un par de encargos, uno relacionado con Alejandro Dumas y otro con un tratado demonológico medieval, que lo llevarán a vivir peripecias donde la realidad, la literatura y la intertextualidad se entremezclan hasta no saber muy bien si el arte imita a la realidad o al contrario. Puesto así, suena como un latazo intelectualoide, pero es todo lo opuesto: los enigmas que resolver se acumulan con mano experta, los personajes intrigantes como la diabólica Irene Adler o los varios coleccionistas son un catálogo de locos por los libros, y las referencias a otras grandes obras literarias llevarán al lector de una esquina a otra de la gran biblioteca universal, que cada uno disfrutará según lo que haya leído antes o empiece a leer después. Convertida más o menos conscientemente en un pilar del best seller de calidad europeo y mediterráneo frente a las omnipresentes propuestas anglosajonas, seguramente sea la obra de Pérez-Reverte más alabada por la crítica internacional.
La sombra del águila (1993)
Se publicó como relato veraniego por entregas en El País, apareció como libro ese mismo noviembre, y para muchos representa a Pérez-Reverte en su punto más dulce. Es un relato breve, amargo y descacharrante al mismo tiempo, sobre los avatares de una tropa española, el 326 de línea, bajo bandera napoleónica en Rusia. Con su Bonaparte apodado «le petit cabrón», su camada de chupacirios alrededor y sus españoles duros, bajitos y cabreaos, es una joya del humor negro en la que te ríes y te ríes hasta que de repente se te congela la risa en medio de la estepa. A quien le dé un poco de reparo, por todo el tema de lo militar, lo imperialista, los cojones y la españolía y todo eso, que se deje de monsergas y lo lea, porque verá que no trata de nada de eso, sino de lo que el mundo ha sido siempre: los machacas de a pie siendo utilizados por los que desde allá arriba en la colina los miran, bien calentitos en su tienda. Es de las obras ideales para adentrarse por primera vez en la narrativa de Pérez-Reverte, y yo personalmente nunca he oído a nadie decir que no le gustara. Cosa que probablemente cambie en cuanto alguien lea esto. En 2012 el dibujante Rubén del Rincón produjo una versión en cómic.
Territorio comanche (1994)
En 1994 Pérez-Reverte puso punto final a su carrera como periodista y reportero de guerra y se pasó con armas y bagajes a la escritura a tiempo completo. Como cierre de una puerta y apertura de otra está esta novela que hoy se vendería como «autoficción», donde un Arturo Barlés (uno de los apellidos reales de Pérez-Reverte) repasa varios episodios de sus experiencias durante veintiún años por Oriente Medio, América Latina, Yugoslavia o África mientras espera junto a su cámara, el simpar y muy real José Luis Márquez, a que alguien vuele un puente en Bosnia. Escrita en poco tiempo y con las ideas claras, es el libro de Pérez-Reverte que yo siempre recomiendo leer el primero de entre los suyos, o al menos hacerlo cuanto antes, porque no solo es una excelente muestra de su manera de escribir, sino que además ayuda a entender al autor y varias de las razones por las que escribe así y por qué ve el mundo como lo ve. Pérez-Reverte ha dicho que jamás escribirá una autobiografía o libro de memorias, así que esto (y El pintor de batallas, que veremos más adelante) es todo lo que dejará publicado al respecto.
Un asunto de honor (1994)
Repitiendo experiencia por segundo verano consecutivo, este relato también fue publicado por entregas en El País antes de aparecer como libro poco después y ser adaptado a película (Cachito). En esencia, es un cuento de hadas reconvertido, donde la princesa es una joven destinada a ser prostituta, el caballero es un camionero y los enemigos son los caciques y esbirros locales. Calificada por el autor como «corta y algo gamberra», suele recomendarla a gente que no lee demasiado, lo cual no es desdoro en ningún momento, ya que haciendo uso de su experiencia radiofónica, especialmente con el premiado programa nocturno La ley de la calle, este relato da cabida a gente marginal y de talante bronco, pero entre la que también hay reglas y valores.
Obra breve (1995)
Este libro es una recopilación que incluye tres de las obras mencionadas hasta ahora (El húsar, La sombra del águila y Un asunto de honor), junto a un relato suelto (La pasajera del San Carlos) y los seis primeros artículos que Pérez-Reverte escribió para Suplemento Semanal (hoy XL Semanal) antes de comenzar sus columnas regulares de cada domingo. Algunos de ellos son de los mejores que ha escrito, como por ejemplo los que tratan sobre el cuadro La rendición de Breda, sobre Los tres mosqueteros o sobre los folletines populares. Es un volumen que se le puede haber escapado a más de un aficionado y que puede ser un buen regalo para quien no lo tenga.
La piel del tambor (1995)
«Nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla». Pérez-Reverte dice que fue muy feliz pasando tiempo en la capital andaluza para escribir esta novela, y que eso se nota. Con la irresistible excusa/enigma de ser una investigación sobre «una iglesia que mata para defenderse», es también una exploración de la Sevilla inmediatamente post-92, donde aparecen banqueros señoritos, mujeres de la vieja aristocracia, curas y monjas con más o menos fe, un impagable trío de perdedores trasnochados (don Ibrahim, el Potro del Mantelete y la Niña Puñales), y un misterioso hacker que se infiltra en el Vaticano, otra vez antes de que las novelas modernas se llenaran de ellos. Alguna vez ha dicho Pérez-Reverte que esta no es la favorita de entre sus novelas, pero aun así le da mil vueltas a Dan Brown.
El capitán Alatriste (1996)
Dentro de décadas y de siglos, si es que llegamos tan lejos, a Pérez-Reverte se lo recordará principalmente por la saga inaugurada por esta novela, destinada a pasar de generación en generación de la misma forma que los vernes y salgaris de mi abuelo me llegaron a mí. Quizá a algunos jóvenes se les amargue un poco si se la mandan leer en el colegio, pero es innegable la influencia que ha tenido desde que se publicó (el propio autor dice que debe su puesto en la RAE a estas novelas principalmente). Iniciado como un proyecto junto a su hija Carlota, entonces de 12-13 años, y que firma como co-autora, es el comienzo de un gran fresco histórico que arranca en Madrid en 1623, donde Diego Alatriste y Tenorio, un veterano de las guerras de tres Felipes, a quien apodan capitán a pesar de que nunca lo fue, se recupera de sus últimas heridas antes de volver a ganarse la vida como espadachín a sueldo. A su alrededor pronto aparecerán en escena personajes inolvidables, como un chaval vasco, Íñigo Balboa, que se criará junto al capitán, la menina de la reina Angélica de Alquézar, el vividor conde de Guadalmedina, la tabernera Caridad la Lebrijana y varios otros. Entre todos nos presentarán la capital de las Españas en todo su auge y su decadencia, con sus artistas geniales (Velázquez, Quevedo, Lope, Calderón), sus tabernas y sus malos olores, ante la inmimente llegada, de incógnito, del príncipe Carlos de Inglaterra y su amigote el duque de Buckingham, asombroso episodio histórico real alrededor del que se teje una trama ficticia.
Limpieza de sangre (1997)
Publicada solo doce meses más tarde, es la segunda entrega de la saga Alatriste, cuyo centro esta vez es la Inquisición y sus manejos, estableciendo la costumbre de que cada nueva novela tendrá, alrededor de un encargo o misión que cumplir, un enfoque especial sobre alguna cuestión específica de la época, en este caso la religión y su influencia en la vida española. Tanto este libro como el anterior tienen una versión a novela gráfica en blanco y negro con ilustraciones de Joan Mundet.
Patente de corso (1998)
Cuando Pérez-Reverte dejó de trabajar como reportero, comenzó a escribir una columna publicada cada domingo en el suplemento El Semanal. Este es el primer recopilatorio de esos artículos, que incluye una selección (no todos, no existen recopilaciones completas) de varios de los que aparecieron en los cinco primeros años de colaboración.
El sol de Breda (1998)
Tercer Alatriste en tres años, esta vez salimos de Madrid para irnos con Alatriste e Íñigo a las guerras de Flandes. Los alatristeros están bastante divididos sobre cuál es su aventura favorita, pero esta es la mía: bien investigada, muy informativa a la vez que emocionante y libre de intrigas palaciegas, el foco esta vez está en guerrear y sobrevivir, tanto a los enemigos como a los motines, el hambre, la enfermedad y el gris sol hereje que ni calienta ni nada. Brillante y sangrienta.
La carta esférica (2000)
Una búsqueda del tesoro trasladada al siglo XXI. Tánger Soto, uno de los personajes femeninos más fascinantes de Pérez-Reverte, trabaja en el Museo Naval de Madrid, intenta localizar un barco del siglo XVIII hundido cerca de Cartagena, y acaba enrolando en la aventura a Manuel Coy, un marino varado en tierra por una sanción administrativa. Sacando de la mochila la propia infancia cartagenera de Pérez-Reverte, su experiencia marina (y la de su familia), su conocimiento personal de torturadores argentinos y su propia afición por los navíos del XVIII («es de lo que yo realmente sé», ha dicho alguna vez), esta novela vuelve a componer una mezcla de enigma, aventura, peligro e influencia del pasado en el presente, llena de detalles autobiográficos.
El oro del rey (2000)
Alatriste (spoiler) sobrevive a las guerras de Flandes y vuelve por mar a Sevilla, donde le espera un nuevo encargo, relacionado con un barco lleno de oro procedente de América. A través de esta aventura, se explora la importancia del comercio con las Indias para la España de la época, pero seguramente lo más memorable es el paso por la cárcel sevillana y por el patio de los Naranjos, donde conoceremos a parte de la gente más peligrosa y poco recomendable de la ciudad, y precisamente por eso, ideales para el trabajito que espera.
Con ánimo de ofender (2001)
Segunda selección de artículos escritos para El Semanal, esta vez entre 1998 y 2001.
La Reina del Sur (2002)
Una de las principales obras de Pérez-Reverte, en muchos aspectos su mejor libro, y de hecho el que él mismo suele recomendar a sus nuevos lectores, en especial si no sabe mucho sobre ellos, porque «funciona razonablemente bien con muy diversas clases de lectores». Producto de extensa y a veces peliaguda investigación in situ, cuenta la historia de Teresa Mendoza, la morra de un narco sinaloense, que cuando se encuentra en peligro se verá obligada a espabilar, huir y valerse por sí misma primero en México y luego en España, sobre todo en la Costa del Sol, donde el lenguaje se va transformando poco a poco de lo mexicano a lo español. Es uno de los mejores personajes femeninos, en cualquier libro o autor, de este siglo como poco. Tras su conversión a telenovela ha alcanzado tal difusión por América Latina que hay gente que dice que la conoció de verdad, y otra que dice que se inspiró en Sandra Ávila, la Reina del Pacífico, cuando es exactamente al revés: a esa «narca» real se le puso ese apodo parafraseando el de esta novela.
El caballero del jubón amarillo (2003)
Quinto Alatriste, escrito mientras se estaba haciendo el guion para la película de Agustín Díaz Yanes. Íñigo y Alatriste vuelven a Madrid, donde una conspiración contra la vida del rey los llevará a introducirse en el mundo del teatro, entre autores de fama universal, actrices de gran belleza y todo tipo de envidias y zancadillas.
Cabo Trafalgar (2004)
Adelantándose en un año al bicentenario de la batalla de Trafalgar, Pérez-Reverte escribió su propia versión novelada de la contienda, vista principalmente a través de un forzado a bordo, Nicolás Marrajo, que ha de aprender a toda leche si quiere salir con la piel intacta de una de las mayores y más famosas batallas navales de la historia. El tono a menudo se acerca al de La sombra del águila, incluso subiendo la apuesta con gotas de humor anacrónico, para de nuevo volver a ver grandes eventos desde el punto de vista de los curritos de a pie. Ambientado sobre todo en un barco ficticio, el Antilla, el nombre de este llegó a incluirse por error en un monumento que celebró el bicentenario.
No me cogeréis vivo (2005)
Tercera recopilación de artículos de XL Semanal, publicados entre 2002 y 2005.
El pintor de batallas (2006)
Si Territorio comanche es el libro que se escribe quince días después de volver de la guerra, El pintor de batallas es el que se escribe quince años después. De él dice su autor que «necesité toda mi vida para escribirlo», que «es una novela difícil de penetrar para algunos lectores, única que escribí sin pensar nunca en ellos», que «nunca fui tan sincero como en esa novela, y no volveré a serlo», que «fue muy dura la ejecución, y nada cómoda a la hora de recordar», y que él considera que para él es su mejor novela. Es un duelo cara a cara entre un fotógrafo de prensa, ahora retirado a pintar un mural en el interior de una torre al lado del mar, y el protagonista croata de una de sus fotos más conocidas y premiadas, que lleva tiempo buscándolo… para matarlo. Es una novela de conversaciones largas, opiniones intercambiadas, lecciones aprendidas y convicciones forjadas a base de duras experiencias y de intentar llegar a los límites del conocimiento humano a base de preguntarse por qué pasa todo lo malo del mundo. Al igual que en Territorio comanche, una situación estática (un puente allí, una torre aquí) provoca un tiempo muerto para hablar, recordar y ordenar lo que sale de la mochila. No es una novela para todo el mundo, ni el autor pretendió que lo sea, pero recompensará a quien se deje guiar por ella con paciencia, en medio de numerosas referencias a pintores y obras famosas, y de la presencia en el aire de un tercer personaje, Olvido Ferrara, a la vez alumna, amante y misterio para el protagonista.
Corsarios de Levante (2006)
Sexta entrega de Alatriste, que vuelve a sacarnos de la península Ibérica, esta vez para llevarnos por todo el Mediterráneo, desde Argelia hasta Turquía, pasando por Malta y Nápoles. La visión del Mediterráneo como violento patio común entre vecinos a menudo muy mal avenidos (españoles, turcos, italianos, griegos, berberiscos, egipcios y demás), que no paran de comerciar con una mano y apuñalarse con la otra, es fascinante.
Un día de cólera (2007)
Relato novelizado, otra vez adelantándose al bicentenario, de los sucesos del 2 de mayo de 1808 en Madrid, con el famoso levantamiento popular contra las tropas napoleónicas francesas. Es una novela solo hasta cierto punto, con un lenguaje más cercano a la crónica, podado de adjetivos y con centenares de personajes reales llamados por su nombre, cada uno de ellos situado en los puntos exactos donde se sabe documentalmente que estuvieron aquel día. Aunque habrá algunos que se quedarán en la memoria más que otros, el personaje central en realidad es todo el pueblo de Madrid, el humilde, currante y trabajador, que se echó a la calle harto de que los gabachos los humillaran en calles y tabernas, mientras los intelectuales y grandes personajes se lo pensaban mucho o ni siquiera se asomaron. Un trabajazo monumental, con mapa de la época y todo.
Ojos azules (2009)
Breve relato de menos de tres mil palabras publicado originalmente en El País Semanal en 2000, pero que fue luego recuperado en plan joyita-detallito para una edición en pequeño formato de sesenta páginas, con ilustraciones y una llamativa portada azul. Trata sobre la famosa Noche Triste de 1520, en la que el ejército de Hernán Cortés sufrió graves pérdidas intentando salir de Tenochtitlán (México). Un soldado español en concreto se retira en medio de la noche lluviosa cargado de oro, mientras describe sus sensaciones y las razones por las que se encuentra allí en primer lugar, entre ellas la esperanza de que el hijo suyo que tendrá una indígena azteca herede sus ojos azules.
Cuando éramos honrados mercenarios (2009)
Cuarta y última selección de artículos de prensa publicados en XL Semanal hecha hasta ahora. Por el momento, no parece que vaya a haber más recopilaciones como estas, de carácter general, aunque sí por temas específicos.
El asedio (2010)
La novela más extensa de entre todas las de Pérez-Reverte, más de 700 páginas, hecha de tres tramas diferentes que podrían haber sido relatos independientes, pero que fueron fusionadas en este gran retrato histórico del asedio francés a la Cádiz de 1811. Siguiendo hasta a seis personajes diferentes, tenemos una parte bélica, con el artillero francés Simon Desfosseux intentando lograr que sus obuses aterricen en la ciudad y al salinero Felipe Mojarra tratando de sacar adelante a su familia a la vez que echa una mano a la guerrilla local. Al mismo tiempo, la empresaria naviera Lolita Palma maneja su negocio en una ciudad más liberal y progresista de lo que pudiera parecerle a muchos, mientras duda sobre si emplear a Pepe Lobo, un ídem de mar con reputación a sus espaldas. Por último, se están produciendo una serie de brutales asesinatos de mujeres jóvenes en Cádiz, y el encargado de hallar al culpable es el comisario Rogelio Tizón, que se mueve cual peligrosa reina de ajedrez a lo largo y ancho del tablero en el que se ha convertido la ciudad. Vendida como «el novelón» de Pérez-Reverte, es un auténtico tour de force. No se asusten por su extensión.
El pequeño hoplita (2010)
En 2010 Pérez-Reverte reclutó a varios escritores de relumbrón en lengua española para publicar cada uno un libro infantil, de esos con pocas páginas, texto breve, muchas ilustraciones y gran formato, con el ánimo de convertirse en «mi primer» libro de cada uno de ellos (de hecho, así se llamó la colección). Entre las propuestas de Javier Marías, Mario Vargas Llosa, Almudena Grandes, Eduardo Mendoza y Enrique Vila-Matas, la de Pérez-Reverte es la visión de la batalla de las Termópilas desde el punto de vista de un niño que ve a su padre marchar a la guerra, imagen que lleva acompañando a la literatura occidental desde las obras más antiguas que poseemos. Con la garantía de Fernando Vicente en los dibujos, es un libro para iniciar cuanto antes a las nuevas generaciones de lectores.
Los barcos se pierden en tierra (2011)
Ya no hay más recopilatorios generales de artículos de prensa, pero sí un par de ellos agrupados en torno a un tema concreto. Este recoge los que tienen que ver con mares, barcos y marinos, uno de los temas favoritos de Pérez-Reverte.
El puente de los asesinos (2011)
Séptimo y por ahora último Alatriste, ambientado en Italia, donde Diego y un Íñigo ya crecidito se ven envueltos en una conspiración para matar al dux de Venecia. El reflejo del paso de la misión por varias ciudades italianas es como una guía de viajes histórica, culminando en una Venecia fría, invernal y hasta con un toque gótico.
El tango de la Guardia Vieja (2012)
Una historia de ¿amor? y aventura contada en torno a tres momentos diferentes en el tiempo. El bailarín, ladrón y vividor Max Costa, empleado a bordo de un transatlántico en los años 20, conoce a Mecha Inzunza, una fascinante española de buena familia, interesada junto a su marido en la historia del tango. Después de su intenso encuentro, coincidirán dos veces más, en los 30 en Francia y en los 60 en Italia, cada una de las veces con joyas, robos o favores que hacer por el medio. Son tres momentos breves, en los que se nota el paso del tiempo, la pasión del momento, las arrugas en la piel y el qué podría haber ocurrido si… Rubén del Rincón ha usado a Max, el personaje principal, para hacer una precuela sobre su juventud en una trilogía de cómics.
El francotirador paciente (2013)
Fascinado desde tiempo atrás por el tema del grafiti, Pérez-Reverte volvió a sus tiempos de investigador a pie de calle, a los 61 años de edad, para documentarse junto a grafiteros de varios países y componer esta novela en la que, a modo de un Corazón de las tinieblas, se busca a un legendario artista de las paredes urbanas llamado Sniper que tiene acérrimos seguidores por todo el mundo. Lex Varela, una eficaz scout lesbiana, es la encargada de seguirle el rastro por España, Portugal e Italia. Un giro sorprendente en la narrativa revertiana que puede interesar a sus nuevos lectores jóvenes.
Perros e hijos de perra (2014)
Recopilatorio de artículos de prensa protagonizados por otra de las debilidades de Pérez-Reverte, los perros, y también por gente que les hace perrerías.
Hombres buenos (2015)
Una de las novelas mejor recibidas en la carrera de Pérez-Reverte. Narra el viaje de dos académicos de la lengua españoles en el siglo XVIII a París para hacerse con una edición de esa nueva obra de la que todo el mundo está hablando, la Enciclopedia, un intento en varios tomos por dejar escrito lo que el ser humano sabe hasta el momento sobre todo en general. Es una novela de muchas conversaciones, continuo intercambio de ideas y reflexiones maduradas durante décadas, sobre política, religión, artes, prohibiciones, tópicos nacionales y el progreso humano en general. De nuevo, si esto suena demasiado sesudo, no lo es. Tiene aventura y peripecia en su justa medida, aparte de una segunda capa metaliteraria sobre cómo se fue escribiendo la propia novela, pero es primordialmente una novela para prestar atención, subrayarla, citarla y volver a ella cada cierto tiempo en busca de oxígeno para la mente.
La Guerra Civil Española contada a los jóvenes (2015)
Breve libro de historia cuyo objetivo viene resumido en el título. Son una veintena de párrafos cortos, ilustrados otra vez por Fernando Vicente, que repasan los hechos más importantes de la Guerra Civil con el ánimo de ser quizá «mi primer libro» sobre el tema. Existe una edición en tapa blanda con actividades escolares al final del libro, que puede ser de mucho interés para alumnos y profesores.
Todo Alatriste (2016)
Recopilación, en un solo volumen de 1.800 páginas en tapa dura, de las siete primeras novelas de Alatriste, algunas con ilustraciones nuevas, y con dos portadas diferentes, una negra en edición limitada y otra color crema, como el de las novelas originales en su primera edición. Ideal para regalo y para tenerlo todo junto… hasta ahora.
Jodía Pavía (2016)
Este irreverente y muy divertido relato sobre la batalla de Pavía, en la línea de La sombra del águila, se publicó por primera vez en El País Semanal en el año 2000. Dieciséis años después, Pérez-Reverte lo amplió y retocó para una edición digital hecha para Zenda, que incluye además las ilustraciones de portada e interiores de Rubén del Rincón.
Guerreros urbanos (2016)
Un libro sobre grafiteros hecho con imágenes del fotógrafo Jeosm y textos de Pérez-Reverte. Tiene 144 páginas, y consta de un centenar de fotografías en riguroso blanco y negro hechas por el primero, acompañadas de una decena de líneas para cada una escritas por el segundo. Lejos de ser un cuidadoso catálogo de posados de autores y obras, el libro está hecho de instantes rápidos y fulgurantes, que dan una sensación de inmediatez y energía muy efectiva. En la misma línea van los textos de Pérez-Reverte, escritos en segunda persona de presente (“estás inmóvil”, “buscas el spot perfecto”, “recorres todo el mundo”), recurso que coloca al escritor y académico como testigo directo, codo con codo, de algunas de las fotografías, pero cediendo el protagonismo, como mero observador, a los autores de las pintadas. Son frases cortas, concisas y al grano, algunas de ellas casi recopilables en un manual de consejos para el buen grafitero, pero en absoluto frías o carentes de emoción. Más bien al contrario, en ellas se notan olores “a hierro y grasa de vía”, se sienten “corazones que bombean adrenalina”, se oye “el siseo del chorro” del spray y “el sonido de las bolas mezcladoras en el interior”, o se ve una sombra amenazadora venir a por ti y los tuyos. Otro que quizá se le pueda haber pasado a los coleccionistas.
Falcó (2016)
Inicio de una nueva saga de novelas, sobre un agente del bando franquista en la Guerra Civil que en realidad está en ese lado por peculiares lealtades personales y por puro interés en sí mismo. Guapo, elegante, seductor y de rancio abolengo jerezano, Lorenzo Falcó puede repatearte y atraerte en igual medida. Su primera misión será intentar sacar a José Antonio Primo de Rivera de la cárcel de Alicante, pasando antes y después por varios otros lugares de España mientras se refleja la situación como estaba a finales de 1936, en una mezcla de narrativa histórica, cine negro e interpretación del pasado reciente español.
Eva (2017)
A pesar de venir titulado por uno de los personajes que aparecieron en la primera novela, Falcó pasa la mayor parte de su tiempo en este libro ocupado con una segunda misión, esta vez en el puerto de Tánger, donde hay un barco cargado de oro destinado a la Unión Soviética. De nuevo una localización geográfica es parte importante del relato, hechizando con su sola presencia, mientras dos tripulaciones rivales españolas se miran de soslayo y odian al enemigo histórico común: los ingleses.
Los perros duros no bailan (2018)
Sorpresa a mitad de año, cuando lo que se esperaba era el tercer Falcó. Es una mezcla de fábula y novela negra, protagonizada por perros cuyas conversaciones oímos, tal cual, y en la que un antiguo mastín de peleas, el Negro, busca a un amigo suyo desaparecido, temiendo que haya podido caer en ese deleznable mundo, del que él mismo solo pudo salir con dificultad hace un tiempo. Graciosa, dura, conmovedora, triste y esperanzadora al mismo tiempo, es más que una simple carta de amor a los perros, tema muy del gusto de Pérez-Reverte.
La cabellera (2018)
Relato que forma parte de los doce escritos por un autor diferente cada uno e incluidos en el libro Bajo dos banderas, publicado por Zenda en edición limitada en papel, pero disponible en libro electrónico. El tema común a todos ellos es España en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, y vienen firmados por Juan Eslava Galán, Espido Freire, Agustín Fernández Mallo, Susana Fortes, Luz Gabás, Juan Gómez-Jurado, Emilio Lara, Cristina López Barrio, José María Merino, Arturo Pérez-Reverte, Clara Sánchez y Lorenzo Silva. Este libro acompañó en Nueva Orleans, Washington DC y Miami a la exposición «Memorias Recobradas: España, Nueva Orleans y la ayuda a la Revolución Norteamericana», que conmemoraba el tercer centenario de la fundación de la ciudad de Nueva Orleans. La cubierta del libro es un fragmento de La marcha de Gálvez, pintura de Augusto Ferrer-Dalmau que se expuso en dicha muestra. Ideada y dirigida por Arturo Pérez-Reverte y coordinada por Leandro Pérez, incluye al final una cronología de hitos de la Independencia de los Estados Unidos de América, a cargo de Juan Eslava Galán. Pérez-Reverte, en su relato La cabellera, no se anda con chiquitas desde el principio: “No los habíamos visto. Ni olerlos, siquiera, hasta que nos dispararon casi a bocajarro desde ambas orillas del arroyo. Pam, pam, pam, sonaba. Como lo cuento. Humo de pólvora y moscardones de plomo zurreaban por todas partes, dando chasquidos siniestros al pegar en carne”. Otra vez, como ha ocurrido siempre, buenos vasallos carentes de buenos señores se encuentran a sí mismos vendiendo su piel cara, cuerpo a cuerpo, en una escena de retirada desesperada que continúa la tradición revertiana de La sombra del águila y tiene poco que envidiar a Ojos azules. “Veinticuatro, contando el sargento. Todos a la cazuela”.
Sabotaje (2018)
Tercer y último Falcó por ahora publicado. El encargo esta vez es ir a París a intentar destruir el Guernica, el cuadro que Pablo Picasso está pintando para ayudar a la causa de la República en la Guerra Civil. Como siempre con nuestro inefable agente, la misión es solo una parte del relato, y el ambiente parisino de entreguerras es lo indicado para ver a Falcó en su salsa entre cabarets, espías y artistas de gran fama a quienes besar o dar rodillazos en la entrepierna.
Una Historia de España (2019)
Recopilación de una serie de 91 artículos publicados en XL Semanal entre 2013 y 2017, ya numerados desde su aparición en la revista, que repasan la Historia de España desde sus primeras civilizaciones hasta la Transición. Presentar hechos e información de una forma lo más objetiva posible para que luego cada lector saque sus propias conclusiones es un propósito habitual en muchos libros de Historia. Este no es de ese tipo de libros. Este es un libro con las conclusiones ya sacadas, e incluso podría decirse que esa es precisamente la intención de su autor: presentar una serie de sus muy personales impresiones sobre la Historia de España. Además, el libro confirma varias de las ideas y convicciones personales que Pérez-Reverte ha ido espolvoreando por sus novelas, desde el papel de la iglesia católica en la historia española (“en Trento nos equivocamos de Dios” es una de las frases clave) hasta el papel de los sufridos peones sobre el tablero de ajedrez, pasando por el muy cidiano “qué gran vasallo si tuviera gran señor” o el maldito cainismo que ha llevado a España a la guerra civil varias veces, mucho antes de la de 1936. La finalidad del libro, pues, no es hacer un recorrido exhaustivo y lleno de datos por la Historia española, sino más bien la de recordar de entre su catálogo de grandes éxitos aquellos que pueden explicar de alguna manera cómo somos ahora, tanto en las cosas que han cambiado a través de los siglos como en lo que no. Está escrito en un lenguaje muy coloquial, con mucha sorna, mucho humor, e incluso directamente con una cantidad de chistes y anacronismos con los que un cómico que sepa hacer su oficio medianamente bien podría hacerse varios monólogos de carcajada continua. Eso sí, cada cierto tiempo la sonrisa se congela en los labios, de la misma forma en que ocurría en textos históricos anteriores suyos como La sombra del águila, Cabo Trafalgar o Jodía Pavía. El tono ni da cuartel ni hace prisioneros, e incide especialmente en aquellos hechos o periodos que han podido ser más excesivamente romantizados o manipulados, como la Reconquista, o la famosa convivencia de culturas medieval. Una de las cosas que busca estimular este libro son las ganas de buscar más información, de contrastarla e incluso de intentar contradecir las opiniones que contiene, si se piensa de forma diferente. Debe ser un libro que lleve a muchos otros, y si ese interés hay que causarlo con un tono punzante y provocador, bienvenido sea.
Sidi (2019)
El Cid Campeador en versión revertiana. Contra la imagen franquista y patriotera que le enseñaron en la escuela española de los 60, Pérez-Reverte toma el relato en el punto más bajo de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar (su expulsión de los dominios de Alfonso VI de Castilla, por obligar al rey a jurar en público que no había participado en la muerte de su hermano), y se plantea cómo un infanzón burgalés de medio pelo, veterano y desterrado, convierte en el siglo XI una banda de cuarenta parientes, paisanos y arrimados en una temible hueste de varios cientos, digna de servir, de manera mercenaria y a mucha honra, a cualquier rey, cristiano o moro, con una sola condición: que no lo envíen a luchar contra Alfonso, «su señor natural». Pérez-Reverte usó los westerns de John Ford como inspiración, y también todo tipo de tratados de liderazgo militar, desde Sun Tzu hasta Von Clausewitz, para poner a esta banda de rudos castellanos a transitar por la frontera del Duero, adquiriendo un prestigio tal que hasta los moros acaban llamando a Ruy Díaz «sidi»: señor.
La cueva del cíclope (2020)
Publicado durante la pandemia de coronavirus (y por eso solo está disponible en libro electrónico), es una recopilación de más de 6.000 tuiteos de Pérez-Reverte sobre literatura, respondiendo a preguntas hechas por más de 4.700 usuarios de Twitter durante los primeros 10 años de existencia de la cuenta @perezreverte. Dejando a un lado los memes, los zascas y la polémica política por los que a veces Pérez-Reverte aparece en los medios de comunicación más dados al clickbait, el conjunto resulta lo más parecido a poder tener una conversación (o varias, hay para muchas horas) sobre libros y autores con el escritor, con centenares de referencias, desde clásicos universales a títulos muy específicos para ciertos intereses solamente. El libro está dividido en cuatro partes: la primera sobre libros y escritores (Cervantes, Dumas, Conrad, Dostoyevski, Marías… cualquiera sobre el que le hayan preguntado algo); la segunda sobre las propias obras de Pérez-Reverte, donde aclara dudas y comenta detalles de todos los libros que escribió hasta 2020; la tercera es sobre «el oficio de escritor», con tuiteos sobre cómo se organiza para escribir, cuáles son sus gustos y convicciones personales, reacciones a opiniones de sus lectores y otras cosas interesantes en la vida de un «artesano de la tecla», como se define a sí mismo; y por último, la cuarta parte son decenas de recomendaciones específicas hechas a peticiones del oyente: sobre el Siglo de Oro, sobre Historia, sobre el mejor libro de determinados autores o sobre las mejores ediciones de cada libro. Conteniendo el equivalente a 1.400 páginas de un libro convencional, es una manera de poder conversar con Arturo Pérez-Reverte en el bar de Lola siempre que se quiera, en torno a territorios literarios ya conocidos o aún por explorar, porque seguro que esta obra contiene alguna de las mismísimas preguntas que usted ya se haya hecho sobre él, como lector suyo.
Línea de fuego (2020)
También debido a la pandemia del coronavirus, que redujo al mínimo sus viajes y compromisos sociales, a Pérez-Reverte le dio tiempo a completar en tiempo récord otra extensa novela de casi 700 páginas, esta vez sobre un tema que durante mucho tiempo había dicho que no iba a tocar directamente en su narrativa: la Guerra Civil Española, que solo había aparecido de telón de fondo en Falcó. Y aquí lo hace dejando lejos, muy lejos, a los dirigentes de los bandos contendientes y centrándose solamente en diez días de batalla casi incesante a orillas del Ebro. Siguiendo el punto de vista de ocho personajes diferentes, ninguno de ellos más arriba de alférez, cada uno de ellos con su corte de secundarios, se pinta un fresco con muchos detalles no solo bélicos (hay armas, tiros y explosiones por doquier), sino también ideológicos y sobre todo humanos: cada personaje tiene razones de peso para estar allí voluntariamente (excepto un caso, que lo que desea realmente es largarse de allí cuanto antes), y desde el comunista más convencido al carlista de rancio abolengo, todos tienen una humanidad básica por debajo de la capa de la ideología que las circunstancias les han impuesto. El propio Pérez-Reverte tuvo a sus padres, tíos, abuelos y tíos abuelos en bandos a menudo diferentes a los que se podría esperar de ellos, y por eso sabe, y refleja en esta novela, que hay mucho más que hablar a la hora de juzgar a nadie, que en qué lado estabas, o te pusieron. Es una novela que se lee mejor dejando a un lado las ideas preconcebidas que uno pueda tener sobre la Guerra Civil o sobre el propio Pérez-Reverte.
El italiano (2021)
Novela ambientada en Gibraltar en 1941, cuenta las hazañas bélicas de un grupo de buzos italianos que durante la Segunda Guerra Mundial saboteaban barcos británicos sumergiéndose en el mar a bordo de torpedos tripulados. Como siempre con Pérez-Reverte, está hecha de multitud de piezas que ha ido sacando de su mochila, y en este caso comienza con el recuerdo de una película sobre este tema vista con su padre cuando era niño, en la que los italianos aparecían con una injustificada fama de guerreros cobardes. A raíz de esta memoria, y añadiendo a la mezcla una librera local, Elena Arbués, tenemos un relato de «amor, mar y guerra» en el que ella, a través de sus lecturas, contempla como un héroe de la Antigüedad al piloto italiano Teseo Lombardo, recién salido de ese mar Mediterráneo que tantas guerras ha visto y tanta cultura ha creado. Las descripciones de los golpes de mano de los pilotos de los torpedos (apodados maiali, cerdos, por lo difícil que era controlarlos bien) son emocionantes y efectivas, como lo es la historia de amor en tiempo de guerra. Además, cuarenta años más tarde, un periodista investigará sus vidas e intentará dar sentido al valor, la ideología, los sentimientos y las circunstancias de aquel entonces.
Revolución (2022)
Otro recuerdo de familia, el de un amigo de su bisabuelo, fue la chispa que prendió, veinte años después de La Reina del Sur, una nueva inspiración mexicana para una novela. En vez de narcos esta vez nos lleva a 1911, a la revolución de Zapata y Pancho Villa, en la que un joven ingeniero de minas español se ve envuelto, un poco por curiosidad, otro poco por su propia personalidad y otro poco por su experiencia con explosivos. Durante los años siguientes Martín Garret aprenderá, sobre la guerra y sobre la gente a la que afecta, las mismas lecciones que el propio autor aprendió durante su carrera como hombre que miraba cómo ocurrían todas estas cosas. Tiene vibrantes escenas de acción, tres personajes femeninos que enriquecerán la experiencia vital de Martín, y un extraordinario uso de mexicanismos de hace un siglo que hacen que sus diálogos, sobre todo los del mayor de brigada Genovevo Garza, salten de la página.
El problema final (2023)
Este libro «es el intento de un novelista profesional por recobrar cierto placer perdido: volver a ser lector inocente, o jugar a serlo, situándose ante una trama policial con la antigua visión de cuando cada página leída era sorpresa, emoción e intriga. (…) Sólo advertí una forma de resolverlo: combinar al escritor veterano con el lector ingenuo que antaño fui. Mezclar ambos extremos, asombro y experiencia». El juego y el homenaje a los libros que le gustan han sido siempre partes importantes de la narrativa de Pérez-Reverte, y en esta «novela-problema» (que no «novela negra») se rinde honores a Conan Doyle, Agatha Christie, Poirot y varios otros autores y personajes de historias con enigmas, acertijos y robos o asesinatos que resolver. Se encierra a varios personajes en una isla griega en 1960, uno de ellos aparece muerto, y con la excusa de que otro de los invitados es un actor que interpretó a Sherlock Holmes en quince películas y algo se le habrá quedado, se inicia un juego de pesquisas, deducciones y reflexiones sobre la vida, la literatura y el cine al que se invita a participar tanto al lector bisoño en estos temas como (y sobre todo) al veterano avezado.
La isla de la Mujer Dormida (2024)
Hay muchos elementos de esta novela que ya han aparecido antes en las novelas de Pérez-Reverte, reforzando la idea de un territorio literario en el que se siguen construyendo nuevos edificios y encontrando nuevas ruinas. Está el mar Egeo, está la Guerra Civil Española de fondo, está un marino desarraigado y está una mujer veterana, esta vez si no al borde de la derrota, sí dando sus últimas bocanadas. Es 1937, y mientras Falcó está a lo suyo en otros libros, Miguel Jordán es captado por el bando nacional para intentar hundir suministros soviéticos enviados por mar a la República española. Basándose en una isla griega tan pequeña que solo hay una casa en ella, la mansión del barón Katelios, la novela conjuga escenas bélicas trepidantes con la historia de cómo la esposa del barón, Lena, llegó a decidir usar el sexo «como venganza intelectual» contra él. Todo esto, regado con otra buena selección de secundarios que reclamarían novela propia, en especial esa pareja de españoles en Estambul que se espían mutuamente y se van de burdeles juntos.
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