Leer con los oídos: Los audiolibros de Penguin cumplen diez años

Este miércoles, Penguin Libros ha celebrado los diez años desde que el grupo editorial lanzara sus primeros dieciséis títulos en formato audiolibro seleccionados de entre los best sellers que brillaban entonces en las mesas de novedades de las librerías. Autores como Julia Navarro, Javier Cercas, Albert Espinosa o Walter Isaacson, que por primera vez en nuestro país podíamos leer en el coche o el metro mientras nos dirigíamos al trabajo, en la cocina mientras cocinábamos o sencillamente en la cama, con los cascos y la luz apagada, antes de quedarnos dormidos.

Nuria Cabutí, CEO de Penguin, ha recordado en una reunión con los medios que por aquel entonces prácticamente nadie producía audiolibros en España y hoy el grupo atesora un catálogo de más de seis mil títulos y estudios de grabación propios en España, Argentina, México y Los Ángeles. También imparten cursos de formación a directores y productores y han recibido varios premios Audie, los Oscar de los audiolibros, que entrega la Asociación Americana de Editores de Audiolibros.

Explica Cabutí que, como recuerda siempre el paleontólogo y autor de la casa Juan Luis Arsuaga, después de llenar el estómago lo siguiente que busca el ser humano es una buena historia. «La narrativa es parte esencial de nuestra naturaleza, y desde tiempos ancestrales las historias comenzaron a difundirse precisamente mediante la tradición oral. Hoy los audiolibros representan una nueva manifestación de esa tradición, adaptada al mundo moderno».

Penguin, un referente global en la publicación de libros, ha sabido aprovechar el crecimiento de esta industria, observando la demanda en mercados como Estados Unidos y Alemania, donde el formato del audiolibro ha crecido exponencialmente. Para subirse a la tendencia, el grupo ha realizado grandes inversiones con el fin de posicionarse en el mercado hispanohablante.

Ya en los años 90 Alfaguara, una de las marcas editoriales del grupo, ejerció como pionera al grabar libros en casetes. Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando Penguin lanzó oficialmente su proyecto de audiolibros, comenzando con 17 títulos, de los cuales vendieron un total de quinientas copias. A finales de 2024, Penguin cerrará el año con un catálogo de seis mil títulos y una inversión de 17 millones de euros, con un acumulado de 4.5 millones de copias vendidas. A día de hoy han pasado por sus más de cincuenta estudios en todo el mundo mil quinientas voces distintas y quinientos directores.

Ángela Álvarez, directora de Penguin Audio, y Carmen Ospina, directora de Desarrollo de Negocio del grupo, destacan que el enfoque de Penguin siempre ha sido global, con una atención especial a la vasta comunidad de seiscientos millones de hispanohablantes en todo el mundo. «A través de un cuidadoso control de calidad, nos aseguramos de respetar los diversos acentos y matices del idioma español, una característica clave para nuestra audiencia», dice Ospina .

¿Cuál es el retrato robot del audiolector? «En comparación con los lectores de libros de papel, el público de los audiolibros es más joven, más tecnológico y menos predominantemente femenino», afirma Álvarez. Además, la forma de consumir audiolibros varía: algunos oyentes lo hacen mientras realizan otras actividades como cocinar o caminar al trabajo, pero cada vez más personas los escuchan en momentos de relajación o antes de dormir.

Uno de los fenómenos más interesantes, según las experiencias recabadas en Penguin, es el impacto que tienen los audiolibros en la memoria. Pese a lo que se podría pensar, muchos oyentes confiesan un mayor recuerdo de la historia escuchada en comparación con la leída. No sorprende tanto que quienes más libros leen en papel tiendan a ser los que más audiolibros escuchan.

A pesar de que la demanda de audiolibros es mayor en el mercado anglosajón, España y América Latina muestran un crecimiento sostenido, con un aumento anual de ventas a dos dígitos. Penguin domina el 30% del pastel del audiolibro en español, con su principal mercado en el público latino de Estados Unidos.

El proceso de creación de un audiolibro en Penguin implica un trabajo riguroso. Desde la grabación hasta la posproducción, cada audiolibro requiere alrededor de un mes y medio para completarse. Se dedican aproximadamente 60 horas de edición para asegurar un control de calidad meticuloso, garantizando que el resultado final cumpla con las expectativas de los oyentes.

En cuanto a la grabación, existen dos métodos: el de corrido, donde el narrador graba sin interrupciones, y el que consiste en cortar y ensamblar las mejores tomas, más habitual. La selección del locutor también es crucial. El público del audiolibro no solo busca una buena historia, sino también una conexión emocional con la voz del narrador. Autores como Eduardo Sacheri y Rodrigo Cortés han narrado sus propias obras, y aunque es poco frecuente, algunas biografías y libros de no ficción también cuentan con las voces de sus autores, como fue el caso del expresidente Mariano Rajoy.

En los estudios de grabación de Penguin en la calle Luchana de Madrid nos encontramos con Víctor Clavijo en plena faena, mientras graba la última novela de Arturo Pérez-Reverte, de próxima aparición en Alfaguara, La isla de la mujer dormida. En otro de los cubículos, Sol de la Barrera pone voz a la última aventura de la exitosísima heroína juvenil Amanda Black, creada por Juan Gómez-Jurado y Bárbara Montes, y no lejos de allí Alba Quintas Garciandía, profesora de teatro y autora del nuevo lanzamiento LIJ del grupo, titulado Liceo Septem, dirige la locución de su propio libro.

El proceso de grabación de un audiolibro depende en gran medida de la extensión del texto. Por ejemplo, un libro de 1.100 páginas puede requerir hasta 50 horas de grabación, mientras que uno de 300 toma alrededor de 11 horas. Si un narrador logra grabar dos buenas horas al día, puede completar la grabación de un audiolibro en aproximadamente una semana.

En cuanto a la dramatización, depende del autor y la obra, pero no suele enfatizarse. Algunas premiadas producciones, como La casa de Bernarda Alba o el Quijote, han incorporado efectos sonoros para enriquecer la experiencia, pero sin llegar a convertirse en ficción sonora, ya que buscan siempre una gran fidelidad al texto original. En la mayoría de los casos, el 80% de los audiolibros son narrados por una sola voz, salvo en obras con múltiples puntos de vista. Un audiolibro vende en promedio mil copias, con un precio similar al del libro en papel.

Penguin distribuye sus audiolibros a través de más de veinte canales y plataformas, entre las que destacan Audible, Google Play y pequeñas librerías. Sin embargo, la editorial mantiene una postura clara: no participa en tarifas planas ilimitadas. Como afirma Cabutí, «no estamos ni estaremos en tarifas planas ilimitadas que no remuneren adecuadamente a nuestros autores».

En Estados Unidos, los audiolibros de Penguin están disponibles en Spotify pero de forma también única y limitada, y en España sus títulos se encuentran en bibliotecas digitales como eBiblio.

Aunque el mercado de audiolibros en español sigue siendo pequeño, representando solo el 3% del total del grupo, su crecimiento es espectacular, con un aumento previsto de ventas del 30% este año. En 2024, Penguin espera alcanzar la rentabilidad tras años de inversión.

La mitad de las ventas de audiolibros en español se realizan en Estados Unidos, y entre los géneros más consumidos destacan la no ficción, la autoayuda y la cocina. El formato sigue ganando adeptos, y Penguin continúa innovando, enfocándose en satisfacer la demanda de los oyentes hispanohablantes en todo el mundo.