Acabo de darme cuenta de que éste es el quincuagésimo cómic, acompañado de su correspondiente escrito, que dedico a Lepisma Saccharina a instancias de mi psiquiatra. Sin poner spoilers, pero si esto no fuera la vida real sino una serie de televisión deberíamos andar ya por la cuarta temporada, mostrando ya síntomas de agotamiento y dándole más cancha a algún personaje secundario para hacer un spin-off (¿De Bichabola, quizás?).
Pero lo verdaderamente raro sería que una productora hubiera aprobado este proyecto ni siquiera para emitir durante la midseason, porque, siendo claro, mi vida no es que parta de un high concept: una persona afirma hablar con un pececillo de plata y es ingresado en un extraño psiquiátrico. ¿Qué clase de target podría perseguir un producto así, qué rating, qué share iba a lograr? ¿Qué sale de aquí, una sitcom o una soap opera? ¿O una dramedy? Nada que pudiera emitirse en prime time, me temo: porque por muy bueno que fuera su showrunner y mucho cliffhanger que pudiéramos incluir al final de cada capítulo, pocas series de tirón querrían hacer un crossover con las aventuras de un pececillo de plata bibliófilo. Y el problema es de base, eso no lo soluciona ni un reboot por mucho teaser engañoso que usáramos para cautivar a la posible audiencia.
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PD: Que sí, que ya sé que me he pasado con los anglicismos, pero precisamente hoy en Carfax he recibido la visita de un amigo y nos hemos reído al ver cómo en su nómina había dejado de ser carretillero para pasar a ser un forklifter, así que tenía que hacerlo, tenía que hacerlo…
SEASON FINALE
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