Si no hubiera existido Bobby Fischer habría que inventarlo. De hecho, Bobby Fischer parece más un personaje de ficción, construido por un guionista que, por momentos, se ha excedido en los puntos de giro, que una persona de carne y hueso.
Bobby Fischer se evaporó hasta que reapareció 20 años después, en 1992, para reeditar el duelo con Spassky en la antigua Yugoslavia, por capricho del banquero serbio Jezdimir Vasiljevic, que puso encima de la mesa una bolsa de 5 millones de dólares (3,65 para el campeón del duelo), saltándose la prohibición del gobierno estadounidense, que le instaba a no jugar a causa del bloqueo contra el país balcánico. Escupió sobre el documento, jugó, ganó y volvió a desaparecer.
Cada vez que Fischer se volatilizaba su leyenda crecía y, con ella, por qué no, la leyenda del propio juego.
Le detuvieron en el aeropuerto de Tokio en 2004, donde apareció con las barbas de un mendigo y los ojos de un desquiciado (quién sabe si lo fue siempre). Allí permaneció en medio de reclamaciones internacionales, como en la película de Steven Spielberg, hasta que Islandia, el país al que él situó en el mapa en 1972, le concedió asilo político. Murió en Reikiavik en 2008 con 64 años, las mismas casillas que tiene un tablero de ajedrez. No podía ser de otra manera; la historia se lo debía.
Como decía al principio, Bobby Fischer parece más un personaje de ficción que una persona real. Y esto es lo que han hecho Julian Voloj y Wagner Willian en Blanco y negro: Auge y caída de Bobby Fischer (la novela gráfica publicada por Salamandra), acercarnos la vida del genio del ajedrez de una manera visual y trepidante, que además acompaña el comienzo de cada capítulo con la explicación de los movimientos de cada una de las piezas para aquel que desconozca el juego.
Se trata de un cómic espídico, lleno de puntos de giro y acción, con una estética de corte oscuro, propia de las novelas policíacas, que recuerda por momentos a las creaciones de Frank Miller, Alan Moore y Eddie Campbell de los noventa, y que sorprenderá al lector que crea que se está acercando simplemente a la biografía gris del campeón de un juego que, desde el desconocimiento, puede parecer aburrido e insustancial. Nada más lejos. La vida de Bobby Fischer está a la altura del protagonista de una película de espionaje dirigida por Hitchcock, y no podía haber tenido mejor trasfondo que el apasionante juego de los reyes con la Guerra Fría de por medio y “los villlanos soviéticos” al acecho.
Quien ya conociese la vida de Fischer y sea aficionado al juego disfrutará de un formato y una narración diferente, más allá de los artículos y las académicas biografías y ensayos que se han acercado al mito. Porque probablemente eso es Bobby Fischer: un mito que hay que abordar desde su habitad natural, la ficción, y no una persona de carne y hueso.
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Autor: Julian Voloj. Ilustrador: Wagner Willian. Título: Blanco y negro: Auge y caída de Bobby Fischer. Editorial: Salamandra Graphic. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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