Sin más patria ni bandera que el arte del diseño, el ilustrador español Javier Mariscal se considera «nada nacionalista» y asegura que podría vivir en cualquier parte del mundo, aunque admite cierta predilección por América Latina.
«Nunca me siento en el extranjero si viajo por Sudamérica», ha expresado en una entrevista con Efe el diseñador, nacido en Valencia y con una carrera arraigada desde hace 50 años en Barcelona, ciudad que le debe la célebre mascota olímpica Cobi.
La entrada del estudio de Mariscal, flanqueada por frondosas plantas de verde perenne, es la puerta a un espacio de color con paredes vestidas de trabajos propios en revistas como «The New Yorker» y largas mesas donde ordenadores de última generación conviven con televisores anacrónicos.
Entre los libros que el ilustrador luce en sus estanterías, ataviadas con tazas y ceniceros llamativos, ha llegado recientemente «500 años de La Habana», una obra que España ha encargado a Mariscal y al periodista Mauricio Vicent para homenajear a la capital cubana en su aniversario fundacional.
«Este proyecto ha sido un regalo», ha explicado agradecido el diseñador, que siempre se ha sentido «muy vinculado» a La Habana, una ciudad que ha visitado en múltiples ocasiones a lo largo de su trayectoria profesional y de la que afirma sentirse «enamorado desde el primer día».
El libro, publicado por Lectura Plus (Planeta), sumerge al lector en un recorrido cronológico por la historia de la capital cubana desde 1519, año de su fundación, hasta la actualidad a través de la pluma de Vicent, «que lleva La Habana dentro», y mapas, paisajes y personajes representados con el característico trazo de Mariscal.
A pesar de que el diseñador se apresura a subrayar el carácter eminentemente «emocional» del libro —»ni Mauricio ni yo somos historiadores»—, explica que detrás de «500 años de La Habana» hay el trabajo de documentación más ambicioso que ha llevado a cabo hasta la fecha.
«He tratado de hacer arqueología a partir de grabados e imágenes de archivo, además de fotografías y esbozos propios de mis visitas a Cuba», ha detallado Mariscal, que se ha inspirado en personas reales para dibujar los personajes de la obra, fijándose en «el mestizaje que no solo marca a los ciudadanos, sino también a su cultura».
Otro tema presente en parte de las cerca de 300 páginas de la obra, de formato apaisado, es la arquitectura que moldea los edificios y las calles de La Habana y que, según el diseñador, conserva «en muy buen estado» vestigios de los siglos XVI al XX.
En este sentido, Mariscal ha apuntado que la capital cubana guarda cierto paralelismo con Barcelona y ha celebrado que este año sea la ciudad invitada de la popular fiesta mayor de La Mercè: «Es maravilloso que colaboren a nivel cultural».
«500 años de La Habana» no es el primer proyecto de Mariscal que mira hacia tierras caribeñas, puesto que esta ciudad es, junto a Nueva York y Las Vegas, uno de los escenarios del filme de animación «Chico & Rita», dirigido junto a Fernando Trueba y estrenado en 2010.
La cinta, que narra la historia de amor entre un pianista y una cantante de Cuba en los 50, mereció un Goya, un premio del Cine Europeo y la nominación a una estatuilla de los Óscar que finalmente se llevó el filme «Rango» (2011).
El tándem artístico Mariscal-Trueba busca ahora repetir el éxito de su primer filme conjunto con una nueva película de animación «en proceso de creación y todavía sin fecha de estreno», basada en una historia real y bautizada como «They Shot the Piano Player».
«Se trata de un documental sobre la ‘bossa nova’ protagonizado por un músico de Río de Janeiro de los años 60», ha avanzado Mariscal sobre la trama, puntualizando que será un proyecto «muy diferente» a «Chico & Rita», aunque ambos compartirán «una importante carga musical».
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