Llega al Teatro Español la adaptación de la novela de Santiago Lorenzo Los asquerosos, una obra de humor negro que habla de la búsqueda de la felicidad en la soledad de la España vaciada, una lucha que se ve interrumpida por la llegada de los «mochufas», personas ostentosas, vulgares, consumistas e incultas.
Los asquerosos es una pieza teatral que cuenta cómo se busca «la felicidad en la soledad», ha explicado este miércoles en rueda de prensa Natalia Menéndez, directora artística del Teatro Español y Naves del Español en Matadero, quien ha estado acompañada por el director de la obra, David Serrano, y sus protagonistas, Miguel Rellán y Secun de la Rosa.
La novela de Santiago Lorenzo posee un léxico casi lírico en el que abunda la ironía y la mordacidad. «Es un lenguaje atractivo, único, irrepetible, poco habitual», dice David Serrano, quien reconoce que «es muy grato encontrarse con una forma de hablar poco habitual, frases enrevesadas con las que la gente disfruta».
«Es una obra que habla de la esencia humana», añade Secun de la Rosa, quien reconoce que ha «disfrutado» con uno de los textos más profundos que ha leído, que invita a pensar «qué se gana cuando se está solo».
La función, que estará en cartel del 17 de diciembre al 24 de enero en la Sala Principal del Teatro Español, cuenta las peripecias de Manuel (Secun de la Rosa), que tras herir a un policía se lo cuenta a su tío (Miguel Rellán). Manuel desconoce cuál es el alcance de la lesión, pero su tío le aconseja desaparecer, «que se esconda en un pueblo de la España vaciada», apunta Rellán. Allí, a pesar de no contar con casi nada y subsistir de milagro, Manuel descubre una vida chula. Solo tiene contacto por teléfono con su tío, que le ayuda en lo que puede desde la distancia, por lo que la obra se desarrolla mediante conversaciones telefónicas. «Para hacer más real las conversaciones he prohibido a los actores mirarse, una complicación más, además de memorizar un texto complicado», añade David Serrano.
La paz, la tranquilidad y la libertad que Manuel respira en Zarzahuriel no le hacen echar en falta nada, al contrario, su precariedad es lo que le acerca, hasta casi tocarla, a la felicidad. «Es feliz viendo cómo se llena una botella de agua, le da tiempo a pensar», dice Secun de la Rosa. Y esto es así hasta que una familia urbanita trastoca la existencia de Manuel y «ensucia para siempre su paraíso», apunta Rellán, quien reconoce que en este momento empieza el conflicto con los «mochufas». Este término, creado por el propio Lorenzo, sirve para describir «a esa clase media ostentosa, vulgar, consumista, orgullosa de su incultura», explica Serrano.
Los actores reconocen que ahora vivimos invadidos por «mochufas». Gritos, música alta en todos los sitios, compras compulsivas, «no se sabe estar en silencio», dice Rellán al tiempo que recuerda el proverbio «si no puedes mejorar el silencio cállate. Hay horror al silencio». De la Rosa cree que estamos acomodados en la «estupidez», invadidos por la «imbecilidad» y que esta obra representa el «anti-Twitter».
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